LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ

La madre de muchos males

El problema de la informalidad laboral en Colombia debe resolverse si queremos atacar otros males más grandes. Sin embargo, tampoco podemos echarle la culpa de todo.

Luis Alberto Rodríguez, Luis Alberto Rodríguez
26 de abril de 2018

Uno de cada dos colombianos se gana el pan de cada día con un empleo informal. Dicha característica de nuestro mercado laboral tiene muchos efectos y sinergias negativas. Es imperioso que busquemos soluciones, pero que no sean con visiones fiscalistas y perseguidoras. La informalidad existe porque están los incentivos.   

La informalidad laboral es objetivo de campaña, todos los candidatos presidenciales prometen acciones para acabarla o al menos disminuirla. Algunos entenderán perfectamente que ese es un problema y otros tendrán muy claro que es una de las mayores preocupaciones en las encuestas de percepción ciudadana.  

Lo cierto es que la informalidad laboral nos agudiza otros problemas del país. Por ejemplo: líos fiscales porque facilita la evasión de impuestos, crisis del sistema pensional porque pocos cotizan, ineficiencia en la entrega de subsidios porque algunos informales reciben ayudas que otros merecen más, lavado de activos porque no se le hace trazabilidad a los ingresos y muchos otros.

Recientemente Gustavo Duncan sacó un libro titulado “Democracia feroz” y toca otros problemas que se originan en las economías no formales. El autor se pregunta ¿Por qué los colombianos no tienen capacidad de controlar a sus políticos? Y resume la respuesta en lo siguiente: “en Colombia la clase política ha podido mantener comportamientos inapropiados a la luz de cualquier democracia, en particular comportamientos corruptos y actos contrarios a la ética pública, por la existencia de una enorme porción de la economía que necesita protección frente a la intervención de las instituciones del Estado”. Duncan básicamente apunta que los ciudadanos que viven de economías informales –algunos criminales- necesitan a los malos políticos que los protejan.

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Más allá de los perversos efectos de la informalidad laboral y las más desagradables simbiosis que puedan existir entre ella y las economías criminales, es un error caer en la generalización de atacar la informalidad como un enemigo. Esa postura desconoce que la informalidad existe por culpa de un Estado lleno de trámites y costos tortuosos que crean incentivos a la informalidad. Es decir, que la informalidad aparece más por cálculos naturales que por intencionalidad de violar las leyes. Adicionalmente, esa visión no permite ver que la informalidad se convierte en una especie de puente entre los hogares que salen de la pobreza gracias a la política económica y social pero que van camino a convertirse en clase media.

El problema de la informalidad laboral en Colombia debe resolverse si queremos atacar otros más grandes. Sin embargo, tampoco podemos echarle la culpa de todo. Por ejemplo, varios candidatos presidenciales han dicho que la formalización es la herramienta para resolver los problemas del sistema pensional de Colombia. Eso es falso, en las actuales condiciones del sistema pensional -que es inequitativo y con subsidios mal focalizados-, si incrementamos la formalidad y los que se pensionarían en ese sistema lo que hacemos es profundizar sus problemas: más pensionados en un sistema con deficiencias en focalización y equidad.

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Es perentorio que el próximo Gobierno haga una tarea de simplificación y mejora normativa que incentive la formalización empresarial y conlleve a formalización laboral. El Departamento Nacional de Planeación ha señalado que entre 2000 y 2016 se emitieron cerca de 96 mil normas, algo debemos hacer con ese exabrupto de regulación.   

Sin embargo, también se deben usar recetas que ya han funcionado. Por ejemplo, la reforma tributaria de 2014, que sí fue buena a diferencia de la del 2016 pues tuvo comprobados resultados en formalización laboral por la eliminación de parafiscales que se cobraban a la nómina, ¿no valdría la pena terminar de hacer la tarea quitando todos los parafiscales que aún tenemos y que impiden la formalización laboral?

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