OPINIÓN ONLINE

La era de las tasas de interés negativas

Las herramientas de política monetaria de los bancos centrales a nivel global se han mostrado cada vez más escasas, donde la inyección de dinero y la reducción de tasas de interés a niveles cercanos a cero no son suficientes para una economía deteriorada.

Invitado
22 de febrero de 2016

En los últimos años, hemos visto como los bancos centrales en Japón y  Europa han adoptado por reducir tasas de depósitos a terreno negativo, la pregunta que varios lectores se harán es, ¿cuál es el objetivo de las tasas de interés negativas?

Cuando un banco central reduce las tasas de depósito a terreno negativo, el propósito es incentivar a los bancos a tomar mayor riesgo prestando dinero a tasas positivas en vez de ‘sentar’ sus depósitos en el banco central. Igualmente, el objetivo es incentivar a los ahorradores a gastar más dinero o comprar activos de riesgo (por ejemplo, acciones) en vez de tener su dinero en la cuenta de ahorros. Otro objetivo aunque menos común es que sirve como un mecanismo de control sobre el tipo de cambio.

No todo es color de rosa

La Reserva Federal ha empezado a añadir a sus conversaciones la posibilidad de tasas de interés negativas en EE.UU en caso de un deterioro dramático de la economía. Sin embargo me preocupa sobremanera que la FED pueda revisar dicho método como una eventual solución.

Primeramente, que la FED contemple esta solución implicaría que la autoridad monetaria más grande del mundo no tiene muchas otras herramientas para enfrentar una nueva crisis, y aún más preocupante, es que los efectos podrían ser más negativos que positivos, como lo hemos visto en la mayoría de los casos recientes.

Suiza, Suecia y Dinamarca redujeron tasas a terreno negativo en 2015. En el caso de Dinamarca y Suecia, el crédito a compañías no financieras y a hogares se redujo durante el mismo periodo. En Suiza el caso fue mixto, ya que se vio contracción en el crédito empresarial, sin embargo se vio crecimiento en el crédito a hogares. En la Eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) inició tasas negativas en junio de 2014. En consecuencia los costos de préstamo en Alemania se redujeron de 2,73% a 2,04%, y en Francia de 2,22% a 1,73%, no obstante para la Eurozona, hemos visto una leve reactivación en la creación de crédito, aunque mucho menos de lo esperado.

En contraste, observamos cada vez con mayor evidencia los bancos europeos con problemas de rentabilidad y un mercado de crédito seco, en parte como consecuencia de tasas de interés negativas. Si el BCE quiere profundizar en continuar reduciendo las tasas y la FED eventualmente tomara ese camino, los efectos negativos de dicho experimento tienen todos los elementos para fracasar, debilitando al sistema financiero mundial, que actualmente ya está bastante golpeado.