GUSTAVO RIVERO

La concentración del poder de mercado

¿Cómo domar a los titanes?

Gustavo Rivero, Gustavo Rivero
14 de junio de 2019

El FMI analizó el mayor poder de mercado concentrado en pocas empresas no manufactureras y su papel sobre las tendencias macroeconómicas de los últimos años: 

1) Escasa inversión, a pesar del descenso en los costes de financiación y del elevado rendimiento esperado.

2) Creciente diferencial entre el rendimiento estable de la inversión en capital frente al descenso del rendimiento en activos de bajo riesgo.

3) Diferencial cada vez mayor entre la riqueza financiera y la productiva.

4) Menor participación de los trabajadores en el reparto de la renta y aumento de la desigualdad.

5) Menores tasas de crecimiento de la productividad.

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El organismo considera el margen de beneficios como proxy del poder de mercado y analizó un millón de empresas en 27 países, donde 2/3 son economías desarrolladas, para el periodo 2000-15.

En primer lugar, el FMI confirma que el margen de beneficios de las empresas ha aumentado en los últimos años de forma generalizada entre sectores y países, pero solo de forma significativa en las economías desarrolladas, donde aumentó un 8 % en media en el periodo analizado. En cambio, apenas aumentó un 1,8 % en los emergentes analizados.

La mayor parte de ese aumento se concentra significativamente en el 10 % de las empresas que más poder de mercado han ganado (30 % frente al 2 % que ha aumentado para el resto de los deciles). Se trata de empresas no manufactureras (información y comunicaciones, financieras y utilities) caracterizadas por un mayor uso de las tecnologías digitales, una mayor rentabilidad (50 % más), una elevada productividad (+30 %) y una mayor propensión a invertir en I+D (+30 %). Este tipo de empresas se ha concentrado en mucha mayor medida en EE.UU., por lo que esa ganancia de poder de mercado es mayor en dicha economía que en la UE.

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Según Bankia, el FMI considera que las implicaciones macro son modestas por el momento, pero si el poder de mercado sigue aumentando al mismo ritmo, puede llegar a tener consecuencias muy relevantes a medio y largo plazo. Por el lado de la innovación, una vez que el margen de beneficios ha aumentado, llega un momento en el que estas empresas ya no tienen incentivos a una mayor inversión en I+D: según estimaciones del FMI, esa inversión caería un 4 % en los próximos 15 años si el poder de mercado aumenta al ritmo de 2000-15. Por el lado de la inversión fija, las consecuencias ya serían visibles: según sus estimaciones, para una economía desarrollada media, la inversión sería hoy un 3% mayor y el conjunto de la economía un 1% si el poder de mercado no hubiera aumentado desde 2000.

Estos efectos sobre la inversión en I+D y en capital fijo tienen implicaciones sobre la política monetaria: según las simulaciones para EE.UU. y la UEM, en media, el aumento en el poder de mercado incrementó la inflación (+0,2 p.p.), provocó un menor crecimiento potencial (al reducir la inversión) y el tipo de interés natural real ha sido menor (10 p.b. más bajo). Además, al reducirse los tipos naturales, se puede hacer más severa una recesión en el caso de que el resto de los factores haya llevado a los tipos nominales al límite del 0% como en el caso de la pasada recesión de 2007-08.

Por último, también encuentra evidencia empírica de que el aumento del poder de mercado en los últimos años está asociado con el menor reparto de la tarta de la renta hacia los trabajadores: al menos, explica el 10% del descenso durante el periodo 2000-15 (ha caído en 2 p.p.).

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Teniendo en cuenta que todo parece indicar que esta tendencia se mantendrá en el corto plazo, el FMI recomienda políticas destinadas a incrementar la competencia: reducir las barreras de entrada a este tipo de sectores donde las empresas han ganado mayor poder de mercado, liberalizar el comercio y la inversión directa extranjera, ajustar el marco regulatorio de la competencia a las nuevas necesidades y reducir los obstáculos para que las empresas adquieran el desarrollo tecnológico, entre otras medidas.

En este sentido y según The Economist, para domar a los titanes tecnológicos, hacen falta dos medidas:

1) Hacer un mejor uso de la ley de competencia existente, lo cual podría haber impedido la adquisición de Instagram por parte de Facebook y la de Waze por parte de Google.

2) Dado que los datos personales son el principal activo, los reguladores podrían obligar a ponerlos a disposición de los competidores (si los usuarios lo desean) a cambio de una tarifa, un poco como la licencia obligatoria de una patente. Este mecanismo convertiría los datos que los titanes acumulan para suprimir la competencia en algo que los usuarios comparten para fomentar la innovación.

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