OPINIÓN ONLINE

Jubilarnos siete años más tarde o duplicar el ahorro

Las expectativas de rentabilidad en los próximos 20 años se van a reducir de manera abrupta con respecto a las obtenidas en el periodo 1985-2014

Gustavo Rivero
27 de mayo de 2016

Los agentes económicos, ante unas rentabilidades esperadas cada vez más bajas, en vez de gastar están ahorrando más para mantener los niveles de consumo futuro. Lo que explicaría que tampoco las empresas terminen de aprovechar unas condiciones financieras envidiables para invertir en la mayoría de países. De hecho, McKinsey publicaba hace unas semanas unos cálculos que no dejan de ser preocupantes. Según la consultora, las expectativas de rentabilidad en los próximos 20 años se van a reducir de manera abrupta con respecto a las obtenidas en el período 1985-2014: las familias van a tener que ahorrar más, jubilarse más tarde o reducir su consumo futuro.

Así que, ante una caída de la rentabilidad media anual de 200 puntos básicos, una persona de 30 años tendrá que trabajar siete años más o duplicar su tasa de ahorro si quiere mantener su nivel de vida tras pensionarse. Si todo ello lo mezclamos con las tendencias demográficas, la situación es ciertamente inquietante y explicaría que el ahorro de las familias se sitúe en el 17% de la renta disponible en países como Alemania. En otras circunstancias, este contexto debería estimular la inversión pública pero, entre los países que no pueden (sur de Europa) y los que no quieren (norte de Europa), el resultado es que la Eurozona tiene un exceso de ahorro sobre inversión del 5%, difícilmente defendible en momentos de debilidad económica global generalizada..

En el otro lado de la trinchera, los defensores de la estrategia del Banco Central Europeo piensan que se están confundiendo los síntomas con las causas de los problemas y que, en el caso de los bajos tipos de interés, es el exceso de ahorro sobre la inversión el que explicaría estas condiciones financieras tan laxas. Es el “exceso de ahorro” de Greenspan combinado con la teoría de los tipos de interés de Kurt Wicksell, que defendía la existencia de una tasa de interés natural que equilibra el ahorro y la inversión, los que aconsejan, en momentos como los actuales, que los bancos centrales sitúen los tipos de interés monetarios por debajo de esa tasa natural para incrementar la demanda de dinero para inversión..

Pero, como la política monetaria puede facilitar pero no obligar, la propia Comisión Europea en el Informe de Primavera defiende que “algunos países deberían aprovechar su margen fiscal para elevar su inversión”. Este mayor esfuerzo público podría contrarrestar la debilidad de la inversión privada. De hecho, las previsiones muestran un crecimiento de la inversión en equipo en Alemania (1,8% en 2016 y 3,8% en 2017) muy por debajo del agregado de la Eurozona (3,9% en 2016 y 5,3% en 2017). Mientras el saldo de la balanza por cuenta corriente no parece que vaya a reducirse a corto plazo..

Sean estos niveles de tipos de interés causa o síntoma, lo cierto es que, día a día, no deja de sorprender el comportamiento de los mercados financieros en las últimas semanas en medio de un proceso de búsqueda de la rentabilidad perdida. Así, hemos visto desde bonos emitidos a 100 años por Irlanda y Bélgica (también los tienen Petrobras o Filipinas) hasta Argentina realizando su mayor emisión de la historia (16.500 millones)...