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IBR: Un aliado en el manejo del riesgo de tasa de interés

El principal factor detrás del comportamiento del dólar es la postura monetaria de la Fed, por ende la incertidumbre sobre el futuro del peso colombiano tiene mucho que ver con la expectativa de nuevas alzas en la tasa de interés de la Fed, aunque prácticamente se había descartado la posibilidad en 2016.

Germán Verdugo
1 de junio de 2016

La semana pasada fue inaugurado un nuevo plazo para la tasa de interés IBR (Indicador Bancario de Referencia). A partir del 23 de mayo el IBR de seis meses llegó para ampliar las tasas de interés de referencia del mercado monetario colombiano, como complemento a la IBR de un día, un mes y tres meses que vienen publicándose desde 2008, como reemplazo de la agotada y obsoleta DTF.

La IBR es una adaptación de la tasa de interés más utilizada en el mundo, la tasa LIBOR. Al igual que la tasa LIBOR, el IBR no es una única tasa de interés sino un sistema de tasas de interés que dan cuenta del precio o costo de los recursos a corto plazo en el sistema financiero de un país. Para el caso de la LIBOR cada día se calculan 35 tasas de interés producto de siete plazos distintos para cinco monedas (o sistemas financieros) diferentes. En el caso del IBR el sistema administrado por el Banco de la República, produce el cálculo de tasas de interés a cuatro plazos distintos.

 Aunque los usos del sistema de tasas de interés IBR son diversos, tal vez el más importante IBR es que ha permitido el desarrollo de un mercado de instrumentos derivados que dan la posibilidad, a empresas e inversionistas, de cubrir el riesgo que involucra estar expuesto a las fluctuaciones de las tasas de interés de corto plazo. Por ejemplo, las empresas que hoy se endeudan o toman créditos comerciales a una tasa DTF + algunos puntos porcentuales, deben asumir un mayor costo financiero cuando, en escenarios de brotes inflacionarios, el Banco de la República incrementa la tasa de interés de intervención que rápidamente se transmite hacia otras tasas de interés de corto plazo.

 Este riesgo de mayor costo financiero podría ser cubierto, total o parcialmente, si los créditos estuvieran atados al IBR en vez de estar atados a la DTF, ya que sobre el IBR existen instrumentos denominados swaps de tasas de interés que permiten a los tomadores de crédito estabilizar su flujo de caja. Según cifras de la Asobancaria, a cierre de 2015¶los créditos atados al IBR totalizaron 21 billones de pesos, equivalente a (apenas) el 6.27% de la cartera total de los establecimientos de crédito.

 En un swap IBR las partes involucradas en la transacción se comprometen a intercambiar flujos de caja que representan los intereses causados por una tasa de interés fija y otra variable a un plazo futuro definido. Los intereses de la tasa fija se pactan con el IBR del plazo respectivo (1, 3 o 6 meses) vigente el día que se realiza el swap, mientras que la tasa variable corresponde al promedio (geométrico) del IBR de un día (overnight) para el plazo pactado de cada flujo. En consecuencia, al momento de cumplirse la fecha de cada flujo pactado en el swap se intercambia la diferencia entre los intereses causados por ambos métodos.

 De esta forma, no importa cuál sea la fluctuación de las tasas de interés de corto plazo, el deudor del sistema financiero que generalmente toma créditos atados a una tasa de interés tiene, hoy en día, la capacidad de fijar el costo de la deuda a través de un swap donde recibe flujos atados al comportamiento del IBR, mientras entrega flujos fijos, de manera que estabiliza y vuelve completamente cierto el costo financiero del crédito (los flujos de intereses).

 En el evento en que la tasa de interés IBR  se incremente el deudor recibirá flujos de su contraparte en el swap que le permitirán compensar el sobrecosto del crédito. De esta forma cualquier deudor con crédito atado al IBR podrá realizar un eficiente manejo del flujo de caja, utilizando la cobertura (swap IBR) si hay expectativas de incrementos en las tasas de interés de corto plazo o dejando descubierto el riesgo de tasa de interés si hay expectativas de reducciones en la tasa de interés de corto plazo, puesto que el costo financiero será menor.

 Para resaltar la importancia del mercado de swap IBR, infortunadamente no hay estadísticas públicas ni oficiales. Sin embargo según un informe de Davivienda en cuanto a los montos negociados, el crecimiento del mercado Swap IBR ha sido exponencial, pues mientras en 2011 se transaron 1.614 millones de dólares en este mercado, en 2014 este monto alcanzó 42.497 millones de dólares. En general, desde 2013 el saldo anual ha superado 25.000 millones de dólares.

 Las cifras del estudio mencionado aparecen en dólares como reflejo de que el uso del mercado de swap IBR principalmente lo han hecho los inversionistas extranjeros para cubrir el riesgo de tasas de interés de portafolios con títulos de deuda pública que pagan intereses fijos en pesos y que se ven afectados cuando el Banco de la República incrementa las tasas de interés.

 Lastimosamente, las tesorerías de muchas empresas colombianas no cuentan hoy con la capacitación o el conocimiento adecuado para aprovechar estas posibilidades que da el mercado colombiano para un manejo eficiente de su actividad financiera. Este hecho sumado a la desidia del gobierno para divulgar e incentivar el uso de instrumentos como el swap IBR, del cual ni siquiera hay estadísticas, contribuye a mantener amplio el rezago de la competitividad del sector productivo colombiano.