CAMILO DÍAZ

Hay tres riesgos a nivel internacional

Aunque la crisis financiera de 2008 viene siendo superada, los activos financieros enfrentan tres riesgos a nivel internacional que pueden afectar su valor.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
24 de marzo de 2018

Los activos financieros como bonos, acciones, commodities y monedas, están enfrentando tres riesgos importantes a nivel internacional que pueden erosionar su valor, o por lo menos generar alta volatilidad en los precios en el corto plazo. El primero es el inminente aumento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, que ahora se encamina a enfriar la economía americana subiendo el costo del dinero. El segundo, el enfrentamiento comercial que ha desatado Donald Trump con China y la Unión Europea al imponer aranceles al acero y el aluminio importados. Y el tercero, la desconfianza en las redes sociales a causa del uso no autorizado de los datos de los usuarios y que ha quedado al desnudo con los sucesos de Cambridge Analítica.

El aumento de tasas de la FED según su nuevo presidente, Jerome Powell, pondrá las tasas de referencia al finalizar el año entre 2,25% y 2,50% lo que significa un aumento de 0,75% desde el nivel actual. Ese movimiento va a ocasionar tendencias bajistas en las bolsas mundiales y afectará en mayor medida a los activos más riesgosos como las acciones, algunos commodities, a excepción del oro que es usado como refugio, y el petróleo cuya demanda viene creciendo a la par que mejora la economía mundial. Y afectará mucho más a las denominadas criptomonedas, léase bitcóin, Ethereum etc. Los bonos de empresas y países por debajo del grado de inversión también tendrán reducciones en precio.

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La razón para que se afecten los activos financieros con el ajuste de tasas, es que la mayor parte de la valorización de las acciones no se ha dado por una recuperación de la ganancias de las empresas, en lugar de eso, los récords de precios del Dow Jones, del S&P, y Nasdaq, han llegado por cuenta de la liquidez que proporcionó la FED con sus planes de relajamiento cuantitativo que en conjunto le inyectaron casi US$3 billones a los mercados, y por una política monetaria que prestó dinero casi al cero por ciento durante un tiempo prolongado. Las acciones del S&P antes de la crisis de 2008 se negociaban por 21,46 veces el valor de las utilidades, hoy se negocian por 25 veces sus utilidades, mostrando que todo ese dinero a interés bajo fue a parar a los mercados de acciones, un poco menos al de bonos y ha financiado la especulación de los fondos de cobertura en la compra de criptomonedas.

Cuando las tasas de interés suban, la tasa de descuento de las utilidades de las empresas también lo hará reduciendo el valor presente de las utilidades, provocando que los inversionistas vendan las posiciones en activos riesgosos que acumularon durante el periodo de tasas bajas para tomar utilidades a buen precio, por un lado; y por el otro, para cubrir los créditos que adquirieron para financiar sus compras. Las criptomonedas van a sufrir más, porque además de las tasas, el precio de la energía viene subiendo, lo que reduce el margen de ganancia entre minar, por ejemplo, bitcoines y el valor de mercado de estos que ha caído más del 15% en las últimas tres semanas al pasar de US$11.000 a US$ 8.500.

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El enfrentamiento comercial de Estados Unidos va a poner una cortina de duda sobre las ganancias de las empresas relacionadas al acero, el aluminio, el sector automotriz, navieras y de logística, y aquellas relacionadas con la cadena de valor del comercio internacional. A medida que una guerra comercial se intensifique, el intercambio internacional va a disminuir afectando las utilidades de las empresas, una razón más para generar ventas de acciones, por lo menos en los sectores que se vean afectados por la confrontación comercial de Trump con el resto del mundo.

Las empresas tecnológicas relacionadas a las redes sociales son otro foco de movimientos a la baja, esas compañías van a sufrir en sus cotizaciones por tres factores. Primero, una disminución de los usuarios que preferirán cerrar o utilizar menos las redes sociales porque desconfían de que sus datos sean robados o mal utilizados. Segundo, porque tendrán que aumentar sus inversiones en seguridad, ampliar personal – Facebook anunció contratar 12.000 empleados más en seguridad informática – y eso va a disminuir las ganancias operacionales. Y tercero, tendrán menos ingresos por ventas de datos, publicidad y servicios de mercadeo.