JORGE IVÁN GÓMEZ

Una guía para la transformación personal ¿Cómo lograr nuestro éxito personal?

En este artículo veremos cuáles son las claves para iniciar nuestro propio proceso de transformación personal, que nos asegure el logro de nuestras metas.

Jorge Gómez Pinilla, Jorge Gómez Pinilla
12 de abril de 2018

Primero, ¿cuál es tu “elemento”?

Recientemente, un inglés, Ken Robinson, revolucionó el concepto del liderazgo personal por medio de lo que denominó: El Elemento, que es la intersección entre lo que hacemos bien (nuestras capacidades) y lo que nos gusta hacer (nuestras motivaciones). Es aquello que moviliza toda nuestra pasión y energía y nos convierte en personas muy talentosas.

Cuando descubrimos que algo nos apasiona, debemos empezar a construir capacidades para nosotros mismos. Jim Rohn señala que el éxito es proporcional a nuestro desarrollo personal y este, a su vez, implica trabajar en crear nuevas habilidades, conocimientos, capacidades y hábitos.

Segundo, ¿por dónde empezar?

Debemos llevar a cabo una reflexión profunda sobre nuestro diagnóstico personal de debilidades y fortalezas, con el fin de establecer en qué somos buenos y cuáles son nuestros principales gustos y motivaciones. Sobre todo, debemos detectar cuáles son los obstáculos que impiden que alcancemos nuestras metas.

Después debemos establecer los objetivos personales en diversas dimensiones de la vida como el trabajo, la familia, la salud, el dinero y los amigos. Luego definimos nuestros valores más esenciales que surgen de la pregunta personal sobre lo que creemos de la vida, el trabajo y las personas. Cuando tenemos objetivos y valores, el paso siguiente es tomar las decisiones personales que nos lleven al logro de los objetivos. Finalmente, es necesario llevar un registro de los avances en cada uno de los objetivos.

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Tercero, la clave está en la hora personal del liderazgo

A medida que adquirimos la disciplina de trabajar en nosotros mismos, es decir, en nuestro propio desarrollo, debemos crear un espacio matutino de reflexión: la hora personal del liderazgo, en la que planeamos y visualizamos las actividades del día, los objetivos en los que estamos trabajando y la manera como abordaremos cada actividad para ser más productivos.

El método para alcanzar las metas

Luego nos observamos y nos concentramos en los hábitos que tenemos, tanto positivos como negativos. Para este propósito debemos preguntarnos: ¿qué hábito negativo quiero erradicar de mi vida?, ¿qué nuevo hábito positivo quiero empezar a construir?

Los hábitos positivos son el motor de la excelencia humana. Por tanto, nuestra tarea es empezar a construir para nosotros mismos los hábitos que nos asegurarán el logro de nuestras metas, pues el éxito es secuencial, es decir, requiere el trabajo diario y persistente.

En la noche, el examen

En las noches debemos examinarnos a la luz de los propósitos establecidos en la mañana y evaluar nuestra jornada a partir de tres preguntas básicas: ¿qué hice bien?, ¿qué hice mal?, y en ¿qué puedo mejorar mañana? Este examen de liderazgo nos sirve para ser conscientes de nuestro trato a las personas, la efectividad en nuestras relaciones con los demás y, sobre todo, nuestra contribución a las metas propuestas.

Por último, lo fundamental: la renovación personal

Autores como Peter Drucker y Stephen Covey recomiendan como una actividad central del desarrollo personal la creación de hábitos de renovación personal. Es muy común que en ocasiones nos sintamos agobiados y quemados en nuestro trabajo por el exceso de responsabilidades y obligaciones. La clave de la renovación personal está en actividades de aprendizaje como la lectura de una buena literatura en management y también la práctica rutinaria de un deporte de nuestra predilección. Un buen libro y unas dosis adecuadas de deporte nos liberan del peso de las ocupaciones y, sobre todo, renuevan nuestra mente y nuestro espíritu.

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Conclusión

La clave del desarrollo personal consiste en descubrir qué debemos trabajar en nuestras capacidades, habilidades y en el desarrollo de nuestros hábitos. Es muy usual dormirnos sobre los laureles y dejar de plantearnos retos y nuevos desafíos. Nos cuesta mucho descubrir que el crecimiento es doloroso y requiere de mucho esfuerzo. Recordemos que lo que hace a un campeón es el hambre de triunfo, la ambición y el deseo diario de superación. Por esto, el mayor consejo que dejó Steve Jobs a los graduandos de la Universidad de Stanford en su discurso de graduación fue el de “mantenerse siempre hambrientos”.

La gran tarea consiste en diseñar rutinas diarias que incluyan los hábitos de la lectura, el desarrollo de alguna habilidad (comunicación, un idioma, toma de decisiones, etc.), el deporte, el estudio, madrugar, o la reflexión diaria. La garantía del éxito la determina nuestra capacidad de dirigir nuestra vida a partir de los hábitos positivos.