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Factores de éxito de las Juntas Directivas en los grupos empresariales familiares

La tendencia en el mundo empresarial familiar es tener Juntas Directivas profesionales, con miembros externos e internos; es decir, uno o varios representantes de la familia, dado a que podemos afirmar que lo importante es lograr un equilibrio entre miembros externos e independientes y miembros familiares. Opinión de Raúl Serebrenik G.

Dinero
13 de febrero de 2012

En ambos casos es necesario escoger estos miembros con criterio responsable, ya que en ocasiones he observado en la práctica del día a día, que no sirve simplemente que sea un allegado a la familia; este debe ser un experto en el sector al que pertenezca la empresa y lo más importante evitar los conflictos de interés. Cuando usted, como presidente o fundador sabe que esta situación puede presentarse, es mejor que su Junta Directiva sea manejada por externos independientes que por miembros de la familia o amigos que no sean aptos para esta tarea.

Algunas Empresas Familiares exitosas cuentan en sus Juntas Directivas con figuras destacadas, dedicadas de tiempo completo a la empresa. Por ejemplo, la empresa “Hilti” productora de equipos de ingeniería y construcción, posee un modelo de Junta Directiva profesional que decide los lineamientos de la empresa desde su casa matriz en Suiza, así como internacionalmente. Estas son empresas donde cuentan con miembros de la familia en sus Juntas Directivas, que ejercen cargos ejecutivos y que logran eficientemente el equilibrio esperado.

He vivenciado casos en que para el fundador o dueño de una empresa de la primera generación, suele ser muy difícil interactuar con una Junta Directiva autónoma que en diversas ocasiones puede estar en desacuerdo con el criterio del mismo fundador, en otras palabras, hay la percepción que una Junta Directiva puede generar alguna pérdida del poder. Por lo tanto, la Junta Directiva ideal es aquella que va más allá de un aporte puntual, que tiene una función de acompañamiento de un proceso para la sucesión y de un proceso de continuidad de crecimiento. Muchas veces el fundador deja de ser el Gerente General y pasa a ser miembro de la Junta Directiva o incluso el Presidente de ésta, pero eso varía dependiendo de las características de cada familia.

Otra situación característica al interior de algunas Empresas de Familia es el conflicto por temas relacionados con la Junta Directiva, en esta situación aconsejo que haya un mayor número de miembros externos o independientes, los cuales permitirán que se traten los temas de manera más corporativa que emocional.

Los miembros de junta deben ser profesionales con gran conocimiento y más allá de eso, una gran experiencia. Pero aún así, hay que tener en cuenta varios factores más porque de hecho no es solo experiencia, sino el nivel de profesionalismo y compromiso.

Uno de los aspectos con los cuales me he encontrado, es con miembros de Juntas Directivas de este tipo de empresas con gran conocimiento teórico, pero poco práctico y viceversa.

Es muy importante a la hora de la escogencia de miembros de Juntas Directivas, que estos no sean solo personas reconocidas nacional o internacionalmente y con mucha experiencia, sino que también cuenten con el tiempo necesario para dedicarle a la empresa.

Los miembros de una Junta Directiva que funciona exitosamente, logran alinearse con la estrategia de la empresa generando una dinámica positiva. Por ejemplo, he observado que hay empresas que presentan una falencia en un momento dado y en un tema en particular, como puede ser la internacionalización de la compañía; es entonces el momento para que la misma Junta Directiva incorpore un miembro experto en ese tema, que ya haya pasado por varios procesos de internacionalización enriqueciendo la gestión de la junta. Esto lo podemos aplicar a diferentes temas como: Marketing, financiero, productividad, etc.

En general en Latinoamérica hay una gran necesidad de crear empresas dedicadas a buscar talentos para Juntas Directivas. Es una decisión muy acertada para cualquier empresa preocuparse por encontrar miembros de Junta Directiva eficaces y alineados con los objetivos de corto, mediano y largo plazo de la empresa.

La implementación de buenas prácticas de Gobierno Corporativo lo incorporan los miembros de la familia en la cultura familiar-empresarial, como parte esencial de las responsabilidades de un buen propietario independientemente si este trabaja o no en la Empresa Familiar.

Por último, es importante destacar que una de las tareas de la familia empresaria es la de preparar potenciales miembros familiares para poder participar de la mejor manera posible como buenos miembros de Junta Directiva.


* Asesor de Empresas de Familia. Experto en temas patrimoniales, legado y riqueza.
rauls@fcwpc.com