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Impacto de la globalización en la estrategia de las empresas familiares

Uno de los grandes problemas que estamos padeciendo en el presente en nuestros países es la falta de estructuras y legislación, en todo sentido, aptas para atender los retos de la complejidad de la globalización. Opinión de Raúl Serebrenik G.*

Raúl Serebrenik G., Raúl Serebrenik G.
22 de septiembre de 2014

Los economistas determinaron y vieron que el intercambio comercial sin barreras entre países, aceleraba las ganancias de las grandes corporaciones; en el último siglo, en el que se ha dado la evolución en la teoría de la administración y de las ciencias económicas, solo se han enfocado en las grandes corporaciones, y se ha cometido una gran injusticia con las llamadas empresas familiares. Lo curioso del tema, es que las empresas familiares son las mayores generadoras de empleo sostenible; en algunos países también son las mayores aportantes no solo del producto interno bruto, así como también son las mayores pagadoras de impuestos, que es el oxígeno del progreso en nuestras sociedades. Todo tienen su límite, en especial cuando muchos países quieren recostarse en las empresas familiares, cobrando mayores impuestos y financiando las crisis creadas por ellos mismos o la corrupción y la ineptitud de los políticos, eso sin querer discriminar ninguna facción política.

La globalización simplemente nos tomó por sorpresa, en muchos de nuestros países que no estamos preparados con todo lo bueno y con todo lo malo; por ejemplo: una crisis en el sector financiero, décadas atrás se mantenía aislada y afectaba solo el país de origen, es fácil ver, cómo hasta hace poco y claramente con la última crisis nos demostró como en un entorno de apertura, se contagió una gran parte del mundo. Ni que hablar sobre los ataque cibernéticos, o lo que se está destapando, lo que era una verdad a gritos sobre los sistemas de espionaje internacional, o las redes de organizaciones terroristas globalizadas.

Nuestros sistemas educativos en Latinoamérica está desarrollados a imagen y semejanza de los sistemas implementados por los ingleses de la época post victoriana, para atender la complejidad de una sociedad de la era industrial, donde se buscaba llegar a un estándar mínimo, y con esto ya bastaba para que las personas se programaran a buscar unos “buenos empleados”, Inclusive para aquellos que tenían pretensiones de llegar más lejos, el dicho que aplicaba era: termina una “buena carrera”, con esto lograrás tener un “buen empleo” y con un muy “buen sueldo”; trabaja unos años duro y lograrás una buena pensión.

El reto hoy en una sociedad globalizada, es que los jóvenes crean una compañía que pague buenos sueldos, no solo a ellos, ojalá a muchos otros, y para esto tiene que haber un cambio de paradigma en nuestro sistema educativo; pues hoy en día para competir no se requiere de llegar a mínimos estándares, sino por el contrario, se requiere lograr el máximo potencial de cada uno. Hay países que comenzaron a generar ese cambio, como por ejemplo el caso de Corea del Sur, Singapur, Finlandia, Israel y algunos otros, que valen la pena destacar; cada uno de ellos realizó una estrategia, que han venido ajustando, esta supuesta estrategia, no la conocemos en nuestros países, o se mantiene como “secreto de estado”, lo que si observamos es mucha demagogia y poca acción.

El cambio de paradigma requiere de un cambio cultural, por esta razón, es importante entender qué valores y principios de nuestra sociedades vale la pena descartar, y qué valores y principios vale la pena incorporar; este ejercicio posiblemente es esencial o inclusive primario, antes de desarrollar un modelo y estrategia a nivel educativo. El aumento del presupuesto en el rublo de la educación como porcentaje del PIB de nuestros países debe ser inminente, pero antes hay que estar claros para que tengamos unos países civilizados debemos ser educados, con una educación de calidad, comparativamente no es coincidencia, que Suiza consistentemente esté siempre en los primeros lugares en los indicadores de desarrollo, innovación, emprendimiento y otros más, por ejemplo el número de lenguas que habla un individuo en etapa escolar en primaria (hasta 4 o 5 idiomas) en Suiza no es fortuito, los profesores gozan de un status social y económico destacado en la vida social, familiar y cultural del país, y parte del problema estructural que tenemos en Latino América es que las personas que estudian la carrera de pedagogos o que son profesionales en el área de la educación en un alto porcentaje, no necesariamente fueron los mejores alumnos en sus épocas de colegio.

Parte del cambio que generó la estrategia implementada en Finlandia y en Japón, trata de incentivar que excelentes alumnos de colegio entren a las carreras de pedagogía, quieran ser profesores, subiendo sustancialmente el listón y los estándares que deben tener profesores de calidad; esto es contundente, una educación de calidad solo puede ser prevista por profesores de calidad, con sistemas innovadores, aprovechando las nuevas tecnologías, lo cual nos devuelve a nuestro tema central, la generación de una cultura emprendedora, básica en el desarrollo futuro de un país, debe ser uno de los puntos principales de la agenda educativa, si esto no ocurre de esta manera, todo lo que se diga es pura demagogia política.

Se preguntaran ustedes qué tiene que ver esto con el futuro de las empresas familiares y la globalización; la respuesta es todo. En los últimos años vemos como más y más empresas familiares en los diferentes países de Latino América, incluyendo familias latinas en USA y en Europa, incorporan en sus estrategias fundamentales de continuidad, el desarrollo e implementación de programas de formación en las familias y en especial para las futuras generaciones, inclusive con una agenda personalizada para cada miembro familiar. Cuando estudiamos los secretos de la longevidad de las empresas familiares, vemos claramente que uno de los factores fundamentales que sale a resaltar, que es el de mantener generación tras generación, los esfuerzos de emprendimiento e innovación que se destacan como parte de la estrategia de continuidad, y más en entornos cada vez más competitivos, dada la apertura económica que se genera a la firma de los tratados de libre comercio, como una tendencia clara de esta época de globalización que estamos viviendo.

Las empresas familiares longevas son ejemplos vivientes de cómo adaptarse a los nuevos retos y a las nuevas épocas. Los negocios familiares seguirán siendo las unidades productivas de nuestro aparato económico, es por ello que deberíamos aprender de aquellas que han logrado perdurar por generaciones.

*Asesor y conferencista.
Experto en temas de patrimonios, legados familiares y Dinastía Empresariales. Autor del libro: Dinastías familiares, legado y riqueza. Creador del Modelo de Consolidación de las Dinastías Familiares.
rauls@fcwpc.com