LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ

Es la voluntad política, estúpido

A la famosa frase de Bill Clinton: “es la economía, estúpido”, tendremos que ponerle otra versión colombiana “es la voluntad política, estúpido”. Muchas cosas en el país no pasan por falta de decisión más que de información

Luis Alberto Rodríguez, Luis Alberto Rodríguez
15 de marzo de 2018

En estos cuatro años de desaceleración económica, mucho se ha hablado de las reformas necesarias para promover un crecimiento sostenido a tasas por encima de las observadas en los últimos años.

Aunque siempre habrá diferencias sobre algunas propuestas específicas entre los analistas económicos, también es cierto que desde hace varios años hay consensos sobre un grueso de iniciativas necesarias para que la economía colombiana sea más competitiva, irradie mayor bienestar y presenciemos un crecimiento más sostenible.

En esta línea, se debe resaltar que la tecnocracia colombiana es bastante sólida. Instituciones como el Banco de la República, Fedesarrollo, ANIF, Asobancaria, Consejo Privado de Competitividad y universidades han llenado la discusión de misiones y documentos con ideas en cada uno de los temas relevantes para promover crecimiento y desarrollo económico. Además, se debe destacar que desde los años noventa muchos técnicos han resuelto valientemente problemas de política pública, tareas imposibles si solo se delegaban a los políticos que responden generalmente a restricciones de sus intereses electorales.

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Sin embargo, aún quedan temas pendientes, unos más difíciles y urgentes que otros. Por ejemplo, el sistema tributario. Aunque el actual gobierno tramitó dos reformas tributarias, la primera con resultados despampanantes en formalización del empleo y otra necesaria para llenar huecos fiscales, aún estamos lejos de la reforma tributaria estructural que los técnicos han propuesto. Vale la pena recordar que existe un documento de Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria, que contó con la secretaría técnica de Fedesarrollo, quienes han señalado que la reforma tributaria del 2016 dejó muchas tareas pendientes.

El sistema tributario es uno de los ejemplos en los que existen los diagnósticos y propuestas, pero aún hay muchas cuestiones aplazadas. Hay otros temas que tienen propuestas y se han identificado como prioritarios, aunque con dificultades para concretarse por falta de voluntad política. Por ejemplo, la reforma pensional, la necesidad de un CONPES de ciencia, tecnología e innovación y la creación de una oficina de temas económicos para el Congreso de la República. Adicionalmente, hay unos que se postergan sus discusiones para el final de los gobiernos o incluso para los siguientes. Ejemplos de estos son respectivamente la misión del gasto público que aún no publica el informe final y la misión del mercado de capitales de la que se habló durante los últimos 7 años pero no se llevó a cabo.

A la famosa frase de Bill Clinton: “es la economía, estúpido”, tendremos que ponerle otra versión colombiana “es la voluntad política, estúpido”. Muchas cosas en el país no pasan por falta de decisión más que de información. Es innegable que la situación económica que recibirá el siguiente gobierno no es la más cómoda, se acabó el tiempo para aplazar algunas reformas, como la del gasto social y pensional. El próximo presidente debe tener voluntad para tomar decisiones impopulares.

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Expertos del tema, como Alberto Carrasquilla, han señalado la necesidad que el próximo presidente llegue el 8 de agosto con el paquete de reformas económicas al Congreso, es una tarea incomoda y seguro plagada de medidas que no dan votos, pero hay una buena noticia: muchas de las decisiones que tiene que tomar ya están diagnosticadas. El mandatario tendrá que poner su voluntad.