Opinión Online

Emprendimiento en Colombia: mucha actitud pero poco apoyo institucional

Según los resultados del Reporte Mundial de Emprendimiento AGER 2015, el 90% de los colombianos tiene una actitud positiva hacia el emprendimiento, sin embargo el 70% considera que no existen apoyos institucionales concretos que favorezcan el desarrollo de una cultura social de emprendimiento e innovación.

Víctor Hugo Malagón Basto
23 de junio de 2016

El estudio AGER, resultado de 44.000 encuestas en 38 países alrededor del mundo, revela las motivaciones de los emprendedores y los aspectos más recurrentes a la hora de poner en marcha un negocio.

Hablar de emprendimiento en Colombia implica necesariamente pensar en valores muy profundos que definen la cultura misma de nuestro país: imaginación, creatividad, astucia, optimismo, pero sobre todo resiliencia, porque aún en las peores condiciones de violencia, inequidad y pobreza, surge siempre esa disposición mental al emprendimiento, bien por necesidad, bien por oportunidad, bien por vocación de vida.

Muchas son las variables que determinan la realidad y la potencia del emprendimiento en nuestro país: actitud mental, cambio cultural y generacional, visión positiva del trabajo independiente, reconocmiento social, menor miedo general al fracaso, entre otras. Podríamos decir sin miedo a equivocarnos que la sociedad colombiana en general avanza hacia el mayor reconocimiento social del emprendimiento y la innovación como uno de los caminos más efectivos para el desarrollo de nuestra sociedad, no sólo desde el punto de vista económico y financiero, sino también en la perspectiva social y ambiental. No en vano, cada vez cobran más fuerza aquellos emprendimientos sostenibles con evidentes  e importantes impactos, que solucionan problemas y necesidades concretas ambientales y sociales.

A pesar de esta  visión optimista sobre la realidad del emprendiemiento en Colombia, debemos aceptar que sigue habiendo aún una deuda institucional de apoyo al espíritu emprendedor. Los importantes esfuerzos gubernamentales, la creación de programas públicos de promoción al emprendimiento, y el patrocinio oficial a determinadas iniciativas,  siguen siendo insuficientes. Más allá de la intuición  o de la simple percepción, esta realidad se demuestra en estudios tan importantes como el reporte global de emprendimiento AGER, cuyos resultados para Colombia y para el mundo, se presentan en Bogotá por quinto año consecutivo, bajo el liderazgo de Amway Internacional, la Universidad del Rosario, la Asociación para el progreso de la Dirección (APD) y la Cámara de Comercio de Bogotá ,entre otros aliados, además del importante apoyo internacional de la facultad de Administración de TUM en Munich Alemania, incluyendo a los asesores académicos en 38 países alrededor del mundo en las universidades, centros de estudios e instituciones educativas privadas y públicas más sobresalientes del mundo.

En Colombia fueron entrevistados 1.019 hombres y mujeres de más de 18 años en las principales ciudades del país. Y en efecto el estudio revela que  el 90% de los encuestados colombianos tienen una actitud positiva hacia el emprendimiento y el trabajo independiente, mientras que un 77% se proyecta como dueño y fundador de su propia empresa. Esta tendencia es evidentemente mayor cuando la verificamos en personas menores de 35 años, lo que nos confirma que este fenómeno se arraiga en una juventud cultural y socialmente más preparada para esta nueva realidad, independientemente de su género.

Llama la atención que cada vez son más fuertes los motivadores éticos y humanos en la tendencia emprendedora. En el caso de los resultados para Colombia sobresalen motivadores como:

  • “independencia de un empleador, ser mi propio jefe” (35%)
  • “mejor compatibilidad entre familia, tiempo libre y carrera” (33%)
  • “realización personal, posibilidad de concretar ideas propias” (33%)
  • “regreso al mercado laboral, alternativa para el desempleo” (29%)

Ahora, a la ausencia de políticas, instituciones, oportunidades y mayores accesos, se suma una cierta subestimación o subvaloración social del emprendimiento. En este sentido el 72% de los encuestados consideran que la sociedad en general no está a favor, ni valora el ánimo emprendedor de los colombianos. Estos son entonces los retos más grandes y más complejos en la promoción de una sociedad del emprendimiento y la innovación: empresas, gremios, academia y sector público, debemos promover el desarrollo de capacidades de emprendimiento en la población a través de instrumentos y apoyos prácticos y aplicados. Buenas plataformas de promoción facilitarían el desarrollo de los valores y las competencias de emprendimiento e innovación que parecen ser un sello distintivo de las nuevas generaciones de colombianos.