Emprendimiento: El juego largo

En algunas columnas anteriores me he referido al peligro de tener el aparato productivo del país tan concentrado en un solo producto, el petróleo, esto lleva no solo a que la tasa de cambio, sino que la inversión extrajera directa sean fuertemente dependientes de los flujos provenientes de este sector en particular.

Lo lógico sería entonces, diversificar los sectores productivos y exportadores de la economía, sin embargo, uno de los principales problemas es que esto implica salir de la zona de confort, y así como les pasa a las personas, es sumamente difícil para un país, ya que implica romper esquemas tradicionales y además los resultados derivados de este cambio no se ven de la noche a la mañana, con lo que el costo político es muy alto. Pero tómense un momento e imaginen que Colombia fuera el hogar del siguiente AirBnB o Uber y como esto afectaría las dinámicas de empleo, consumo e ingresos del gobierno dentro del PIB.

En términos de emprendimiento en Colombia existe un ecosistema que ha venido creciendo rápidamente en los últimos 5 años con entidades como MinTIC, Wayra, Innpulsa, el Sena y la Cámara de Comercio de Bogotá y eventos como el Colombia Startup & Investor Summit llevado a cabo la semana pasada. Así como asociaciones del estilo de Colombia Fintech y una atención cada vez mayor por parte de los entes regulatorios, en especial financieros. Pero vale la pena preguntarse ¿cómo estamos comparativamente con el mundo y la región?

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¿Qué es emprendimiento?

Me gustaría partir en esta sección de la definición que da el Global Entrepreneurship and Development Institute GEDI, donde se especifica que un emprendedor es una persona con la capacidad de ver la innovación y llevarla al mercado. Poniendo sobre la mesa un concepto clave, Innovación, y es que al innovar no solo se crean productos nuevos, sino que se redefinen los mercados y sus dinámicas.

En términos económicos esta definición de empresario se asocia de forma muy fuerte con las teorías económicas de Joseph Schumpeter, de principios del siglo XX según la cual cuando un mercado se encuentra en equilibrio los empresarios se sienten incentivados a innovar para generar mayores ingresos y llevar la economía a un nuevo y mejor equilibrio. Si bien esta es una descripción muy resumida y simple de la teoría permite ver que la lógica es bastante clara y aplicable al contexto actual.

 Gráfica 1. Elaboración propia. Fuente http://thegedi.org/

El GEDI es un instituto con sede en Washington que explora la relación entre emprendimiento y desarrollo económico, fundado por diferentes académicos en el tema su principal producto es el Índice de Emprendimiento Global, el cual permite medir la calidad de los ecosistemas para los emprendedores en el mundo, tomando en cuenta 14 pilares divididas en las siguientes categorías:

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• Actitudes emprendedoras: Agrupa métricas sobre temas como percepción de oportunidades, habilidades de startup, aceptación del riesgo, networking y apoyo cultural entre otros.
• Habilidades de emprendimiento: Agrupa métricas sobre temas como oportunidades iniciales, absorción de la tecnología, capital humano y competencia.
• Aspiraciones emprendedoras: Agrupa métricas sobre temas como innovación en producto, innovación en procesos, alto crecimiento, internacionalización y capital de riesgo.

En la gráfica 1 se puede ver que Colombia está entre los 50 primeros países, ocupando el puesto 44, por encima de países China e Italia, lo que habla muy bien de los esfuerzos que se han generado para fortalecer el ecosistema emprendedor y como son percibidos internacionalmente, todavía tenemos un camino por recorrer para llegar a los primeros 10 que en promedio doblan el registro del índice de 37 para nosotros.

Pero la gran ventaja es que, si bien Colombia es el número 44 en el mundo, es el tercero en la región de Sur, Centro América y el Caribe solo superado por Chile y Puerto Rico, esto es lo que presenta una excelente oportunidad para que el país se convierta en el centro emprendedor para la región, concentrando recursos y esfuerzos.

El capital de riesgo

El capital de riesgo es en esencia ese tipo de inversión realizada por fondos en los cuales financian emprendimientos en edad temprana con elevado potencial de crecimiento, pero también con un alto nivel de riesgo. De acuerdo a las mediciones del GEDI en la gráfica 2 se puede ver dentro de los mismos 50 países que solo teniendo en cuenta la medición de capital de riesgo Colombia, su puesto desciende del 44 al 49.

 Gráfica 2. Elaboración propia. Fuente http://thegedi.org/

Incentivar la entrada capital de riesgo puede servir para atacar varios problemas, en una de sus formas puede ser inversión extranjera directa, al aportar directamente en los emprendimientos, pero también podría ser una herramienta interesante para aportar profundidad a la bolsa local. Con la emisión de bonos verdes de Bancoldex el pasado 9 de agosto se demostró que los inversionistas tienen apetito por productos tradicionales como los bonos, pero aplicados de formas más exóticas, entonces, ¿por qué no crear una bolsa de valores enfocada solo al emprendimiento? Es decir, un mercado donde los inversionistas tengan una amplia gama de instrumentos tradicionales como acciones o bonos, enfocados a fondear emprendimientos en edad temprana y en expansión.

Y no solo me refiero a inversionistas de capital de riesgo piensen en como el crowdfunding genera nuevas formas de inversión, porque no atraer ese impulso y generar profundidad en nuestro mercado local, fondeando proyectos y haciéndolo simultáneamente más atractivo para otros inversionistas y emprendedores en la región. ¿No valdría la pena entonces hacer la verdadera apuesta de largo plazo? Desde mi punto de vista es hora de hacer el juego largo y no buscar solo los resultados en corto plazo.

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