OPINIÓN ONLINE

El Waze de nuestro cerebro, ¿sabe cómo funciona?

Nada puede vencer a personas reales trabajando juntas, nada puede vencer a células nerviosas trabajando juntas.

Andrés Cadena
19 de mayo de 2016

Imagine millones de conductores en la calle, trabajando juntos hacia un objetivo común: ganarle al tráfico y tener la mejor ruta hacia el trabajo y de regreso todos los días. Imagine millones de células nerviosas en su cerebro, trabajando juntas hacia un objetivo común: ganarle a las adversidades de la vida y tener las mejores rutas hacia los objetivos todos los días.

Desde la siguiente premisa básica: claridad es poder para el cerebro, el “Waze” de nuestro cerebro funciona exactamente igual al aplicativo del tráfico, donde el primer paso consiste en escribir de manera clara y precisa el destino hacia donde busca ir.

Piense por un momento que sucedería si colocara la dirección incorrecta al aplicativo o colocara tan solo una parte de la dirección del lugar a donde busca ir, ¿qué sucedería? Razón por la cual se convierte en algo fundamental el poder saber  con exactitud lo que desea conseguir: ¿cuál ha de ser el resultado? Definir con precisión el desenlace final en términos de lo que quisiera ver, escuchar y sentir una vez lograra el objetivo y así como en el aplicativo, una vez escribe la dirección exacta del lugar a donde busca ir, coloca “ir ahora” funciona de la misma manera con su cerebro, una vez tiene una imagen clara y nítida del objetivo a alcanzar da la misma orden “ir ahora” y será su celebro quien le indicará una serie de rutas (acciones) que lo conducirán inevitablemente hacia la meta definida.

Ahora bien podrá tener claridad absoluta de cual es su meta, su sueño, sin embargo, si no da la orden “ir ahora” terminarán siendo solo sueños y deseos. Recuerde algo fundamental: deseos sin acciones serán siempre deseos,

mientras que los deseos sumados a las acciones serán realidades. Su cerebro “waze” necesita estar enfocado en algo, razón por la cual es fundamental determinar las metas con precisión, de lo contrario tendrá un cerebro enfocado en lo que no tiene, en los problemas y en las adversidades. Debe ser usted quien gobierne a su cerebro, no lo contrario.

Desde el punto de vista neurológico no existe casi ninguna diferencia entre pensar y hacer. Por esta razón, si se define con precisión la estrategia mental, el sistema nervioso, que es el que controla el comportamiento, se impulsará hacia el objetivo. Paralelamente a la decisión de emprender la acción deberá desarrollar la agudeza sensorial necesaria que le permita determinar si el camino es el correcto o si por el contrario se desvía por defecto o por exceso.

Seguramente le ha sucedido en alguna oportunidad que aunque el aplicativo le indicara una ruta usted siguió otra, sin embargo él, al darse cuenta de lo sucedido, recalculó la ruta nuevamente, indicándole el nuevo camino a seguir. De manera idéntica funciona su cerebro al darse cuenta que está siguiendo el camino equivocado y aquí es donde Neuroemotion entra en juego, ya que es imposible tener la agudeza necesaria para darse cuenta qué camino lo está acercando o alejando de su objetivo, si no se encuentra en la emoción correcta, que en este caso particular es la tranquilidad.

Recuerde: cuando peor se siente por aquello que le está sucediendo más difícil le será encontrar el camino adecuado. Así como el aplicativo tiene la flexibilidad necesaria para recalcular la ruta, de la misma manera usted  deberá desarrollar la flexibilidad necesaria que permita ajustar las acciones, de tal modo que se acerquen a lo que se desea.

Una de las cualidades del éxito, en todas las áreas de la vida, es la flexibilidad, es decir, tener la capacidad de modificar la conducta tantas veces como sea necesario hasta obtener los resultados esperados.