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El mito del estratega

Vale la pena cuestionar el mito de que un estratega exitoso puede serlo siempre, en cualquier situación y, por este hecho, vamos a precisar la importancia de las circunstancias en la acción directiva.

Jorge Gómez Pinilla
16 de febrero de 2017

¿Cuál es la clave del éxito de un estratega?, ¿dónde reside su fuerza?, ¿es el estratega o son las circunstancias las que generan los resultados más admirados? Para desarrollar estas preguntas partiremos de una premisa: el éxito de un estratega es igual a la suma de su capacidad y preparación y a las circunstancias. Vale la pena cuestionar el mito de que un estratega exitoso puede serlo siempre, en cualquier situación y, por este hecho, vamos a precisar la importancia de las circunstancias en la acción directiva.

No bastan –solamente- la destreza y la capacidad del estratega para obtener grandes resultados; tampoco contar con grandes equipos. Como profesor en Inalde Business School y con base en las experiencias que los directivos me han compartido, se requiere, además, de suerte, viento a favor, escoger un buen terreno de juego y, especialmente, actuar en el momento más oportuno. Para desarrollar este argumento pondré tres ejemplos:

Los millonarios de los Estados Unidos en el siglo XIX:

Para todos son familiares los nombres de Rockefeller, Carnegie o J.P. Morgan. Normalmente, los recordamos por su capacidad para haber construido grandes imperios económicos y comerciales en los Estados Unidos. Pues bien, la particularidad de ellos es que todos nacieron entre 1835 y 1840 y para 1870 tenían, en promedio, 35 años. ¿Qué sucedió en Estados Unidos en 1870? Lo que los historiadores económicos denominaron la gran revolución económica del ferrocarril, que generó la conexión entre todos los estados en un solo mercado, impulsó el desarrollo de otras industrias como el acero y el hierro para su fabricación e impulsó el comercio de mercancías (Gladwell, 2005).

Podemos decir, entonces, que la influencia de las circunstancias fue alta para el caso de estos tres multimillonarios. ¿Qué hubiera sucedido si hubiesen nacido diez años antes o después? No lo sabremos pero de lo que lo que sí podemos tener certeza es que supieron aprovechar las oportunidades que el entorno les ofrecía y se subieron en el momento oportuno a la ola de la industrialización de los Estados Unidos.

Bill Gates y Steve Jobs

¿Cuál es la mayor particularidad entre ellos? Ambos nacieron en 1955; una casualidad muy llamativa pero si ahondamos descubriremos cosas. Bill Gates, por ejemplo, nació en un hogar cuyo padre era abogado. De él aprendió la importancia de proteger y explotar la propiedad intelectual, en su caso, el software. Gates pudo acceder en su escuela Lakeside, en Seattle, a una computadora en 1968, lo que le permitió tomar contacto con la máquina y aficionarse a la informática. Allí conoció a Paul Allen, otro genio informático.  

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Por su parte, Steve Jobs creció en un ambiente de investigación y desarrollo informático, en Palo Alto, California. Jobs vivía cerca de Hewlett Packard y allí los ingenieros de esta empresa, que residían en el barrio de Jobs, generaron todo un movimiento a favor del desarrollo de las computadoras. Asimismo, a raíz de la Guerra Fría, el gobierno norteamericano, especialmente el ejército, movilizó grandes recursos a empresas que pertenecían al hoy conocido Silicon Valley para la investigación y el desarrollo informático.

Estos hechos fortuitos, ¿incidieron en el éxito de estos dos grandes empresarios? Y si, como en el caso anterior, ¿hubieran nacido diez años antes o después?

Seguridad democrática y el Plan Colombia

El tercer ejemplo tiene que ver con nuestro país. Se trata de la política de seguridad democrática que en su momento impulsó el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Antes de Uribe hubo dos hechos de singular importancia en materia de seguridad en Colombia. La primera fue el esfuerzo modernizador de las Fuerzas Militares que impulsó el exministro de Defensa Rodrigo Lloreda Caicedo. La segunda fue el gran desarrollo tecnológico y social que brindó el Plan Colombia para el fortalecimiento de las Fuerzas Militares y la inversión social en comunidades pobres y marginadas de Colombia. Ambas iniciativas provenían del expresidente Andrés Pastrana Arango.

¿Qué nos muestran los anteriores ejemplos?: Que los éxitos que hemos obtenido provienen, en muchas ocasiones, no solo de nuestra inteligencia y capacidad, sino de un sinnúmero de circunstancias, llamémoslas, posibilitadoras. No se trata de encerrar este argumento en el determinismo de que son las circunstancias las que actúan. Por el contrario, es ver qué tanto las decisiones de las personas, como sus circunstancias, son relevantes a la hora de explicar el éxito de un estratega.

En conclusión, los ejemplos anteriores nos muestran una realidad que consiste en descubrir uno de los rasgos principales de un estratega: su humildad. Eso, desde el punto de vista práctico, trae consigo tres aprendizajes relevantes para un estratega:

  1. Reconocer el papel de los antecesores, dado que muchos de los resultados pueden ser fruto de la siembra de algún directivo que nos precedió.
  2. No todo es genialidad pura ni contexto puro. Es una combinación de la suerte, las oportunidades y el trabajo duro.
  3. No hay estrategas iluminados sino contextos posibilitadores que, unidos a un trabajo arduo, se convierten en un arma muy poderosa para el éxito.

Reflexionando sobre este artículo recordé una frase atribuida a Isaac Newton que decía: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”.

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