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El “juego” detrás del plebiscito por la paz

La historia nos presenta un reto como sociedad que va más allá de los egos e incentivos de los líderes políticos. Es la sociedad, constituida de individuos libres de sesgos y pasiones, la única que puede cambiar el juego en el camino de la construcción de paz.

Gustavo Valencia Patiño
10 de octubre de 2016

Los colombianos nos volvimos una masa gobernada por los impulsos emocionales de nuestra amígdala y no por los procesos de la razón de nuestro neocórtex.

Friedrich Hayek hace alusión a que algunas veces la mayoría puede constituir una tiranía. En su libro,  “La Constitución de la libertad”, expresa que la democracia no solo provee un método para resolver las diferencias de opinión en el curso de adoptar determinada propuesta de ley, sino un mecanismo para conciliar entre lo que es ley hoy y lo que debería ser ley si la sociedad no tuviera problemas de asimetrías de información.

Las decisiones de las mayorías son sabias, si y solo si, no son manipuladas por grupos de interés o por las instituciones gubernamentales.

Y este punto es en lo que precisamente está fallando nuestra sociedad. Los colombianos estamos atrapados en un juego de intereses que no representa el bienestar común. Campañas a favor de una postura o la otra solo manipulan a la sociedad para servir a las motivaciones intrínsecas de los líderes  políticos. La democracia en Colombia es un sistema caudillista totalmente polarizado que no está sirviendo al bien máximo de la sociedad.

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En este artículo hacemos un ejercicio simplificado para entender la dimensión estratégica del actual Acuerdo de Paz con las Farc. La idea es mostrar las tablas de actores e incentivos en tres situaciones: antes de la firma del Acuerdo en Cartagena en septiembre 26 del 2016; después del plebiscito del 2 de octubre del 2016 y después del anuncio del Premio Nobel para el Presidente Juan Manuel Santos.

En este ejercicio mostramos cómo el plebiscito del 2 de octubre del 2016 convierte un juego de coordinación entre el Gobiernos Santos - Farc, en un juego de la gallina (juego de egos) entre el Gobierno y el uribismo. El peligro de este juego es que fácilmente se convierte en un dilema del prisionero (juego pierde pierde) donde toda Colombia pierde. También mostramos cómo el anuncio del Premio Nobel cambia por completo la estructura de incentivos entre los diferentes líderes políticos convirtiendo a la paz de nuevo en el tema más importante para elegir al próximo presidente de la República.

Antes del 26 de Septiembre del 2016:

Tabla 1. Tabla de incentivos, urgencia de acción y estrategias antes de la firma del acuerdo en cartagena. Análisis Macrowise

La tabla 1 muestra que los actores que ganaban más capital político y  tenían urgencia de actuar antes del 26 de septiembre eran el presidente Santos y Humberto de la Calle.  Muestra que Germán Vargas Lleras no tenía los mismos incentivos, ni tampoco la urgencia de que el Acuerdo se firmara. El objetivo de Germán Vargas Lleras es ser presidente en las próximas elecciones. Para sus intereses individuales esperar a firmar el Acuerdo cuando él pueda ser presidente es totalmente racional.

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El presidente Santos toma el riesgo de firmar el acuerdo con las FARC-EP, sin contar con la aprobación del plebiscito, dando una señal a los votantes de que el Acuerdo no tiene reversa y subestimando el potencial de alianzas de sus opositores. Y la falta de acción de Germán Vargas Lleras.

Después del plebiscito del 2 de Octubre  2016:

Tabla 2 Tabla de incentivos, urgencia de acción y estrategias  después del plebiscito. Análisis Macrowise.

El 2 de octubre el pueblo se manifestó con un No. Sin embargo, es difícil saber qué significa. El No está representado por el grupo de interés de Uribe, Ordoñez y Pastrana, más un voto de opinión de inconformidad por los acuerdos. Para algunos votantes del No, reducir un Acuerdo de 297 páginas a una pregunta binaria no es justo.

El gran problema con este tipo de plebiscito es que no sabemos en qué partes del Acuerdo los votantes aceptan los términos y en cuáles no.

El plebiscito cambió por completo el juego, el capital político del grupo de interés Uribe, Ordoñez y Pastrana subió y con ellos los incentivos para que el Acuerdo no se firme en la presidencia Santos.

Tanto Uribe como Pastrana también querían ser protagonistas en la historia de la paz en Colombia y tal vez ser candidatos conjuntos al premio Nobel de Paz. Un juego de coordinación se transforma completamente en una disputa de egos y de medir fuerzas para las próximas elecciones.

Después del anuncio del Nobel de Paz para el presidente Juan Manuel Santos el 7 de Octubre del 2016

El Viernes 7 de Octubre el país amanece con la sorpresa de que el presidente Santos es galardonado con el Premio Nobel de Paz, lo que cambió por completo el juego de intereses frente al Acuerdo de Paz. Ahora la firma del Acuerdo se está convirtiendo en cómo el Uribismo y el Santismo miden fuerzas de cara a las elecciones presidenciales:

Tabla 3 Tabla de incentivos, urgencia de acción y estrategias después del Nobel de Paz. Análisis Macrowise.

Sin embargo, hay un cambio muy importante en los incentivos del juego. En este nuevo esquema estratégico Vargas Lleras no gana nada al procrastinar las acciones en busca de la paz. Por otro lado, si él se vuelve un punto intermedio entre Uribe y Santos podría ganar mucho capital político.

La acción de la paz es urgente. La economía colombiana no está bien, la incertidumbre política aumenta la posibilidad de que perdamos el grado de inversión, creando un escenario bastante complicado para el futuro presidente de Colombia.

La prontitud de un nuevo Acuerdo no debería depender del intríngulis de interés entre diferentes caudillos políticos. La paz es un derecho fundamental del ser humano, es una deuda que tenemos con los muertos inocentes y un legado para las futuras generaciones.

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