JULIANA SÁNCHEZ TRUJILLO

El jefe sabe más de innovación que usted

Cuando el líder cree que se las sabe todas, sus procesos de innovación estarán destinados al fracaso.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
21 de marzo de 2018

Uno de los principales bloqueos de la innovación en las organizaciones, se encuentra ligado a las jerarquías y al respeto tradicional de la autoridad, en donde el “jefe”, por su misma posición, se asume como no solo más poderoso, sino también más conocedor del negocio que sus subalternos. Sin embargo, cuando se refiere a innovación, esta creencia es bastante limitante e incluso peligrosa, pues al aventurarse por lo desconocido, nadie tiene realmente las respuestas, pero en un entorno en donde “aquí se hace lo que yo diga”, las probabilidades de fracaso en la innovación tienden a aumentar todavía más.

La innovación se nutre de la creatividad, pero es importante entender que el talento es tan bueno como el entorno en el que se desarrolla. Esto quiere decir, que cuando el clima organizacional no es propicio para que las personas compartan sus ideas con tranquilidad, por miedo a ser atacados, a que les roben sus ideas, a que sus propuestas sean rechazadas porque hacen un llamado a la toma de riesgos, o simplemente porque no suenan bien en la cabeza del jefe; la creatividad nunca podrá fluir y la personas perderán la motivación por contribuir con los procesos de innovación que se desarrollan en la organización.

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En el mundo de los negocios se aprende a proteger y defender lo que existe, pero la batalla por mantener el status quo, juega más en contra que a favor de las dinámicas de la innovación.

No se puede pretender gerenciar equipos creativos siguiendo las mismas normas de una cadena de producción, haciendo que las ideas se queden atrapadas en sistemas que amenazan su existencia. El simple hecho de tener el poder, no significa que siempre se esté en la capacidad de tomar las mejores decisiones. Esto tal vez funcionaba en épocas de la máquina a vapor donde la fuerza laboral contaba con poco experiencia y conocimiento.

Pero hoy la realidad es otra, la existencia de internet ha abierto las puertas del conocimiento, haciendo que éste ya no sea un sinónimo de poder. Si no se conoce la respuesta, para eso existe Google. Pero cuando se trata de usar el potencial creativo para buscar nuevas formas de hacer las cosas, la verdad es que puede existir más de una respuesta correcta, pero cuando el ego se interpone y se disfraza de posición de poder, la mayoría de estas respuestas mueren.

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Lo anterior no quiere decir que no existan gerentes talentosos que puedan tomar buenas decisiones. La dificultad radica en que ninguno tiene  la capacidad de adivinar el futuro; y es allí donde se encuentran los riesgos.

Estoy segura de que en grandes fracasos organizacionales han existido personas talentosas que trabajaron fuerte para evitar fatales resultados. Si pensamos en empresas como Blockbuster, Kodak y muchas otras que no pudieron adaptarse a la oferta de su competencia, seguramente su éxito de muchos años estaba apalancado por personas muy capaces, pero que muy seguramente creyeron sabérselas todas y fue esa misma creencia la que generó su fracaso. Solo recuerde que en muchas ocasiones, contar con un alto grado de experiencia y confianza, pueden convertirse en la principal barrera de resistencia para la innovación.