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El desfasado resultado de las compañías encuestadoras

Las empresas encuestadoras en los últimos años no le pegan a nada, sus resultados son muy mediocres y a esta altura del juego son poco creíbles en la percepción del público espectador.

Raúl Serebrenik G.
22 de noviembre de 2016

Recapitulando sobre los resultados mostrados los últimos años por las prestigiosas encuestadoras en general en los que no lograron predecir oportunamente, por ejemplo, quién sería el presidente de la República de Panamá así como tampoco en el Reino Unido pudieron predecir correctamente los resultados del Brexit; o por otra parte en Colombia no dieron en el blanco correctamente con los resultados de la consulta popular entre el Si y el No en relación al “Tratado de Paz” con las Farc y por último  tampoco lograron anticipar el resultado de las recientes elecciones en los Estados Unidos.

Es curioso que hoy en día que contamos con una mejor tecnología como también con mejores metodologías de análisis, este tipo de empresas no logren acertar en la aproximación a unos resultados y más en épocas en las que en el mundo la llamada “Big Data” y lo que también se denomina como “Analitics” están teniendo una mayor influencia, en la que el manejo de la enorme cantidad de información que se recoge pretende entender, mostrar y predecir los comportamientos así como los estilos de las personas, que afecta en alguna medida sus procesos de toma de decisiones; ¿qué esta pasando?. Nos enfrentamos ante una problemática global en cuestiones de metodologías o más bien a técnicas tradicionales que hasta la fecha se aplican y que se alejaron de la toma de una radiografiá creíble de la realidad.  

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Si bien algunos afirman que las estadísticas es una “metodología matemática” de acomodar el comportamiento de los electores frente a un proceso democrático,  en el pasado eran más creíbles que en la actualidad. Lo curioso es que por lo menos en el Brexit como también en el caso del recién electo presidente Trump, algunas fueron las encuestadoras que predecían un resultado por un lado a favor del no y por el otro a favor de la candidata Clinton; otros fueron los resultados de las casas de apuestas en las Vegas y en Londres, que mostraron ir a favor del si y de Trump.

¿Qué es lo que están viendo los apostadores que no están logrando ver las encuestadoras?; ¿hoy  las personas  tienen comportamientos más erráticos y los métodos estadísticos no logran predecirlos?; ¿hay una manipulación de las cifras?.

Si de lo que se trata es de poder “adivinar” el futuro, es claro que parte de los métodos estadísticos que usan las compañías encuestadoras se basan en el pasado prácticamente creando un sesgo especialmente cuando los resultados son muy errados, afectando los métodos estadísticos asumiendo por descontado unos  supuestos originales que resultaron no cumpliéndose.

En el pasado algunos electores que originalmente apoyaron al presidente Obama en las elecciones pasadas en los estados sureños, en estas elecciones no votaron por el partido demócrata o lo que es peor votaron en contra de la candidata Clinton; asumiendo por descontado el supuesto de que las personas que votaron en el pasado por los demócratas en algunos estados lo volverían hacer por Clinton, esta pudiera ser una de las posibles causas de no tener los resultados acertados.

De seguro los encuestadores no afinaron sus lápices en esta parte de país asumiendo erróneamente que votarían como en el pasado, con lo cual no se concentraron en buscar nuevas personas para ser  encuestadas en algunas regiones donde si daban por descontado unos resultados que se produjeron en el pasado, o posiblemente el número de personas que respondieron las encuestas fue inferior a la media o al un umbral que permite que las metodologías sean más efectivas a lo que habría que validar y a parte buscar otras razones adicionales.  

Sin encuestas fuertes y creíbles el público no sabrá qué es probable que ocurra en una contienda electoral, aunque nunca se sabrá de manera exacta hasta que se cuenten el total de los votos sufragados. Por otra parte, para los candidatos electorales y la política en general, será incierto dónde enfocar su maquinaria para colocar los recursos con mayor eficacia así como medir el gran reto por alcanzar.

Las encuestas políticas modernas pueden o no estar condenadas, siempre y cuando los encuestadores así como los analistas políticos puedan identificar lo que salió mal y se pudiera detener una repetición de tales errores construyendo modelos más acertados.

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