JUAN CARLOS SANCLEMENTE TÉLLEZ

El comercio minorista está cambiando radicalmente

En nuestro país se están produciendo transformaciones significativas en el mundo del “retail” que parecieran estar siguiendo las tendencias que se viven en el mercado norteamericano. Hay que tomar atenta nota de ellas y las enseñanzas que dejan.

Juan Carlos Sanclemente Téllez, Juan Carlos Sanclemente Téllez
17 de junio de 2017

En el contexto norteamericano, y en medio de una cierta recuperación económica, cientos de tiendas y centros comerciales están cerrando. Las razones para esto van mucho más allá del simple fenómeno de Amazon como afirman algunos expertos.

Tanto en el año 2016 como en el 2017 se han producido en ese país al menos una veintena de quiebras entre negocios de comercio minorista. Reconocidas cadenas como J.C.Penney, RadioShack, Macy´s y Sears han anunciado cada una, más de cien cierres de sus locales y otras tan importantes como Sports Authority y Payless o se han liquidado o han quebrado. Por otra parte, importantes marcas se han visto obligadas a cerrar algunos de sus almacenes en privilegiadas ubicaciones  en distintas ciudades y esto se está convirtiendo en una de las mayores oleadas de las últimas décadas.

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De acuerdo a investigaciones, muchos de estos minoristas están saliendo de su negocio tradicional y tratando de cambiar a un modelo en línea pero se ha podido verificar que esta crítica situación en Estados Unidos, venía sucediendo desde hace algún tiempo, pues allí los metros cuadrados de espacio comercial por persona, superaban ampliamente a los de otros países.

Se ha constatado también que las visitas a los centros comerciales han disminuido progresivamente durante años debido entre otros aspectos al aumento del comercio electrónico y a cambios sustanciales en la manera en que los consumidores gastan su dinero. Hoy en día, según los mismos reportes especializados, la gente está dedicando una mayor parte de su dinero al gasto en restaurantes, viajes y tecnología e invierte menos en ropa y accesorios.

Debido a que las tiendas tradicionales van cerrando sus puertas, muchos de los centros comerciales que las cobijan, clausuran igualmente, y esto va generando una espiral descendente en el rendimiento de todos los actores llevando a la renegociación de espacios o a la espera “improductiva” de mejores condiciones para desarrollar lo que se denomina “negocio ancla” dentro de dichas áreas.

Últimos estudios y análisis de este importante sector en la economía estadounidense muestran que ni aún una recesión intensa y profunda podría ser la causa del declive en este negocio pues la situación no es ahora tan difícil en este país en cuanto a crecimiento, precios, desempleo y otros elementos asociados al bienestar económico.

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Todos se preguntan entonces ¿qué es lo que está pasando? La respuesta, de acuerdo a muchos, se encuentra en las tendencias que muestran un aumento del comercio electrónico, el exceso de oferta de centros comerciales y un resurgimiento de servicios tales como los restaurantes y el entretenimiento en general. Todos estos factores han tenido su efecto en las compras estadounidenses.

Las investigaciones desarrolladas en este país muestran algunas causas para el declive que se ha mencionado, estas podrían ser indicativas aún para lo que sucede en Colombia y brindar orientación acerca de la forma en que los empresarios aludidos deben abordar la problemática:

  • Las personas están comprando cada vez más artículos en línea que antes: las ventas de Amazon se quintuplicaron entre el 2010 y el 2016 y hoy en día la mitad de los hogares estadounidenses son suscriptores de Amazon Prime. Otros emprendimientos en categorías distintas de productos (camas, ropa, gafas) como Casper, Bonobos y Warby Parker han facilitado inmensamente la vida de los consumidores “online”.
  • Se construyeron demasiados “malls” durante cierto tiempo: un marcado descenso de los salarios después de la recesión al igual que el aumento en los costos de la salud hizo que los consumidores redujeran sus visitas a los centros comerciales a comprar artículos como la ropa por ejemplo.
  • Los americanos están cambiando sus gastos en asuntos “materiales” por comidas, momentos o experiencias con los amigos: es evidente el cambio en los gustos de las personas pues reemplazan las compras de vestuario por aquellas de viajes o de restaurantes para compartir con los demás. En el año 2016 por primera vez en la historia, de acuerdo a cifras de expertos, los estadounidenses gastaron más dinero en restaurantes y bares que en supermercados.

¿Qué sucede en Colombia mientras tanto? Peritos en el tema de los centros comerciales en nuestro país mencionan que las ventas comparadas de los dos últimos años en el primer cuadrimestre han descendido y ello es debido a la pérdida de la capacidad adquisitiva de los consumidores, los ajustes presentados en el IVA y la desconfianza general, económica y política, que experimentan los ciudadanos.

Estos mismos entendidos en la materia consideran que el tipo de ventas tradicional en estos sitios está siendo reemplazado por una oferta creciente en entretenimiento, comidas, cine y atracciones infantiles que no necesariamente logra compensar las ventas perdidas pues el principal cliente de estos servicios es esencialmente la clase media con ingresos insuficientes 

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Otro elemento importante a considerar en el concierto nacional es el auge del comercio electrónico. Según información de EXMA (Mayo 2017), el porcentaje de compradores online en Colombia para el 2016 creció un 24% respecto al año 2013 y del total de todos los internautas en el país, el 16% son compradores de al menos un producto o un servicio por este medio en el último año. Se piensa que si bien estamos en una etapa muy temprana en el sector, existen oportunidades enormes de desarrollo y hay que ir pensando en “cambiar las estrategias tradicionales”.

Respecto al auge del “e-commerce” en el país, la Comisión de Regulación de Comunicaciones, publicó en abril de 2017 el estudio de la evolución del sector en donde se evidencia que el “76,4% de los más de 33 millones de ciudadanos, mayores de 18 años en Colombia, es decir tres de cada cuatro personas, están conectados a internet. Sin embargo, dos de estas tres personas, con acceso a la red no hacen transacciones de comercio electrónico”.

Este mismo informe muestra que “a pesar de existir una gran variedad de productos y servicios ofertados a través de internet, los de mayor consumo son el pago de servicios públicos y administración de viviendas, así como la adquisición de tiquetes aéreos y artículos relacionados con la moda (prendas, accesorios, calzado)”. Continúa mencionando que, “la falta de confianza y el temor en la entrega de datos personales o financieros son las principales causas por las cuales los colombianos se abstienen de comprar a través de Internet”.

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Se encuentran pues, muchos elementos para explicar la transformación del “retail” que no solo están relacionados con los hábitos o costumbres de los compradores sino además con la evolución de la tecnología y su aplicación en los negocios. Lecciones que nuestros pequeños y medianos empresarios no deben pasar por alto cuando se desempeñan en la cadena de valor minorista.