OPINIÓN ONLINE

¿Dónde se toman las decisiones para el buen uso del poder?

Los empresarios deben tener clara la importancia de adquirir los conocimientos necesarios para conocer los límites de cada uno de los órganos de gobierno de la empresa y el manejo de la autoridad.

Gonzalo Gómez Betancourt
7 de septiembre de 2016

En esta quinta entrega del especial  “El Poder para qué el objetivo es identificar los límites en la toma de decisiones de la Propiedad, el  Gobierno y la Dirección y proporcionarles algunos consejos para ser más prudentes en el arte de gobernar y dirigir.

No es suficiente el conocer, se necesita también el querer, es decir la voluntad de aplicar bien el conocimiento, acompañados de actos prudenciales, porque la realidad es que las normas o leyes no vienen acompañadas del saber prudencial. Por lo tanto la primera recomendación para poder generar autoridad es el desarrollo de las competencias blandas.

Voy a exponer dos ejemplos de los efectos positivos que se pueden dar cuando no se ponen en práctica los anteriores conceptos. Hace algunos años, una empresa en donde participaba como asesor externo, el Director General deseaba modificar un producto que estaba empezando a perder su dinamismo y aunque dentro de los estatutos de la compañía no era necesario por la cuantía de la inversión llevarlo a la junta directiva, él decidió hacerlo, y después de las discusiones, este órgano de gobierno vio como inconveniente el cambio de ese producto, en vez del lanzamiento de una nueva linea. Ese es el arte de gobernar, saber qué se consulta y qué no, es la gran diferencia entre un buen gobernante y uno que no lo es. Siempre habrá alguien en la junta que diga por qué no nos consultaste y esto puede generar grandes diferencias en los órganos de gobierno.

Otra situación similar sucedió cuando el gerente de una compañía en la que asistía como miembro de Junta, tenía la oportunidad de comprar para la organización una empresa que estaba en el límite económico prestablecido en los estatutos, con lo cual tenía la libertad de subir o no esa iniciativa a la junta y quizá tener discusiones complejas con respecto a su decisión de hacerlo, lo que fininalmente sucedió, pero se tomó la decisión de comprar aunque para él fueron muy incomodas las discusiones, incluso se subió la decisión a la Asamblea de Accionistas una vez aprobado por la Junta. Mi consejo es que aunque no lo diga los estatutos es mejor plantearlo en los órganos de gobierno y así será mejor el ánimo societario, las relaciones son infinitamente mejores cuando va más allá de lo estrictamente ceñido a la ley o las normas estatutarias.

Es indudable que para el buen ejercicio del poder es necesario entender qué es el gobierno corporativo, según Sir.Adrian Cadbury (1992) “Es la forma como nos dirigimos y nos controlamos”. Existen tres elementos fundamentales en el gobierno corporativo: Propiedad, Gobierno y Dirección, los cuales deben estar siempre interrelacionados.

Las decisiones de Propiedad son las que influyen con fuerza en el proceso que conduce a la empresa a ser como es y a hacer lo que hace, es decir aquellas que conforman la estructuración legal del poder. Su órgano supremo es la Asamblea General de Accionistas, cuyas responsabilidades son las de diseñar y aprobar los estatutos, elegir el gobierno es decir la Junta Directiva, el número de miembros, su perfil, elegir el revisor fiscal. Otras de las funciones de la propiedad son las relacionadas con el aumento de capital, fusiones y adquisiones por fuera de los límite de la junta directiva, salida a bolsa, dividendos a repartir y rotación del gobierno, etc.

Como es usual, pero vale la pena repetirlo, la ley confiere a los propietarios el poder, infortunadamente aunque se tenga el poder no todas las personas tienen el conocimiento y la voluntad para ejercerlo. Uno de los temas que más adolece el mundo académico es la formación de propietarios porque muchas veces no se ha reflexionado en el impacto que tienen los propietarios. En el ejercicio del poder de la propiedad, yo les recomiendo un proceso de formación, si usted no está formado, tiene dos opciones, formarse o darle el poder a alguien que si lo esté y que además tenga la voluntad para ejercerlo.

Las Decisiones de Gobierno son las realizadas por la Junta Directiva e influyen directamente en el futuro de la empresa, en aspectos como: la estrategia es decir debe definir productos, mercados y ventajas competitivas; en los lineamientos para su implementación, es decir debe definir la estructura de responsabilidades, los sistemas de evaluación, compensación, comunicación y el de control. Hemos de entender que el gobierno de la empresa y los miembros de junta directiva se deben a todos los partícipes o stakeholder de la organización, no exclusivamente a los accionistas. Este es uno de los temas más difíciles cuando existe un propietario sentado en la junta porque hay un sesgo en su racionalidad, por lo tanto es fundamental contar siempre, no importa el tipo de empresa que sea, con una mayoría de miembros independientes para evitar los conflictos de intereses de los accionistas. Otro tema del Gobierno con los independientes presentes es la elección del Gerente General y la Sucesión Ejecutiva de toda la alta dirección, precisamente por ese sesgo que tenemos de nombrar un gerente accionista o con vinculos con los socios o familiares.

Las  Decisiones de la Dirección se fundamentan en la implementación de la estrategia. Una vez la Junta Directiva ha establecido producto, mercado y ventaja competitiva, la tarea del director general y sus directivos es implementarla. Para ello es importante entender los limites económicos establecidos en los estatutos, son necesarios en todo tipo de empresa, en las empresas de familia se comete el error de poderes ilimitados a la gerencia, porque por lo general no se colocan limites en sus estatutos a los fundadores y cuando la empresa pasa a segunda generación la situación se complica mucho más, pueden ocurrir verdaderos desastres. La dirección no puede usurpar las funciones de la junta ni mucho menos de la asamblea.

Hay que entender que la principal responsabilidad del directivo es ayudar a que las cosas se hagan bien, implementar la estrategia con base en la cultura de la organización, labor que tiene el  tinte del directivo y puede convertirse también en el mayor riesgo de una empresa. Con todo respeto con otros colegas, no es la propiedad ni el gobierno, sino un gerente autoritario el que puede romper toda la estructura organizacional. Por tanto siempre será necesario blindarse de sí mismo y de otros del abuso del poder para establecer la cultura y la manera de desarrollar la organización dentro  los límites de la autonomía de los mandos medios. Si todo lo tiene que controlar una sola persona, el crecimiento de la compañía se trunca, porque va a poner como límite su tiempo, en cambio cuando usted delega y cree en las personas, la capacidad de crecimiento es mayor.

Dentro de estos tres temas que acabamos de ver, el papel más ambiguo en cualquier empresa lo tiene el gerente general, su función es implantar una cultura y mostrar unos resultados, más que la de ejecutar tareas específicas. Lograr que la gente haga su labor, para cumplir con el propósito de la organización, por eso se necesita gente con el arte de dirigir.

Muy a mi pesar como profesor, consultor e investigador he encontrado que los directivos utilizan  el poder coactivo, más que la autoridad reconocida por los demás. Creo que las universidades han enseñado más a la técnica y el conocimiento de la administración, pero no han enseñado cómo ganar autoridad en una empresa, es decir el arte de la dirección y el buen gobierno. Se ha aprendido, como se dice popularmente a los golpes, incluso muchos en su ejercicio del poder han terminado por reducir al ser humano a un recurso. Cuestión que impide la implementación adecuada y en especial el propósito de la organización, que es el desarrollo de las personas y de la sociedad.

Mis estimados empresarios que ostentan el poder en las empresas, no sólo es importante el conocimiento, es necesario tener la voluntad de hacer las cosas como las debo hacer y  saber que el límite inferior es la ley porque siempre tendrá la posibilidad de tener un mejor ánimo societario que él que esta autoriza, ósea ir más allá, pensar cómo pueden ser mejor las relaciones entre colaboradores, directivos y socios, hacer lo correcto.