OPINIÓN ONLINE

Dime cuánto ganas y te diré qué tan estratégica es tu empresa

El tema salarial no debe ser el factor fundamental ni decisor para tomar un nuevo empleo.

Claudia Varela
12 de junio de 2016

Como líderes hay que fijarse muy bien en que nuestros nuevos talentos no se muevan solo por la plata. Es obvio que todos queremos ganar bien y lo que nos merecemos, pero si solo es plata el motivador, en corto tiempo la gente se va en busca de más dinero volviéndose un mercenario corporativo.

Todavía en este siglo las mujeres ganan menos que los hombres. Esto es realmente increíble. En días pasados leí un artículo que me impactó (Women: ¿Just like Men-Only cheaper?) donde contaban la historia de Evan Thornley, multimillonario australiano co-fundador de la compañía de publicidad online LookSmart, cuando en un discurso de hace algunos años dijo que había muchas razones por las que le gustaba contratar mujeres en su empresa de tecnología y uno de los motivos expuestos fue “son como hombres, pero más baratas”. Este señor es uno de los pocos valientes (¿?) que hace realmente este comentario en público, pero hay que ser conscientes de qué está ocurriendo en las empresas en el mundo y en Colombia.

Según información de las Naciones Unidas, las mujeres en el mundo ganan en promedio 24% menos que los hombres. Por supuesto esto no tiene ningún sentido de equidad ni de justicia. Pero peor aún me parece una miopía absoluta de las organizaciones.

Los empleados deben ganar lo que merecen sin importar si son verdes, rosados, amarillos, judíos, católicos, hombres o mujeres. Los rangos salariales deben adecuarse a políticas competitivas que busquen retener talentos, motivar y comprometer.

Es cierto que la nómina de un negocio es normalmente la carga más grande en el mix del gasto total, pero precisamente ahí es donde debe invertirse bien. No concibo una empresa que quiera ahorrar en salarios, en aumentos de sueldo, en políticas de retención, que pretenda que su gente gane menos para generar mejores indicadores. Creo que esto es cortoplacista absolutamente.

No hablemos solo de mujeres. Hablemos de talentos, de millennials, de nuevas generaciones que exigen que la vida les devuelva y su compromiso es con ellos mismos no con las corporaciones. Las generaciones anteriores podían pensar que las empresas hacían un gran favor al dar empleo… señoras y señores el mundo ha cambiado y el papel de un buen líder es hacer que su equipo se sienta realmente “feliz” de trabajar donde está. Ese es el nuevo compromiso.

Considero que una empresa justa y con políticas de largo plazo para sus empleados debe pagar bien también salarialmente. Es obvio que está además el salario emocional, los beneficios adicionales, el balance vida trabajo etc., pero es importante que nuestras políticas de salario sean claras o nos vamos a quedar solo con mercenarios temporales, gente que trabaja por plata pero no va a querer dar la milla extra o gente regular que básicamente trabaja en horario básico por un sueldo que le dé tranquilidad. ¿Qué perfil queremos en nuestro pool de talentos?

Líderes del nuevo milenio. Paguen bien ¡por favor! Generen raíces y compromiso en sus equipos, también con algo tangible que es la remuneración (es lo básico). Creo firmemente que las empresas que pagan bien tienen talento para rato y una buena base para un compromiso ganado, eso que llamamos la “camiseta puesta”.