OPINIÓN ONLINE

Del fenómeno Uber y otras inevitables (y necesarias) transformaciones

En muchas ocasiones, la transgresión que representan los grandes cambios en los modelos de negocio de las empresas que innovan apoyadas en la tecnología llevan a la descalificación, la satanización y la prohibición… pero la discusión debe ir mucho más lejos.

Christian Onetto
27 de abril de 2016

El gran ejemplo de esta situación lo pone el ya conocido sistema de transporte Uber, que ha reclutado con velocidad a miles de conductores alrededor del mundo, desafiando los sistemas jurídicos, legales y laborales de cientos de países que se debaten entre gestionarlos, normalizarlos, adoptarlos o censurarlos.

Al respecto considero que la discusión difícilmente debe centrarse en el bloqueo y el rechazo de las transformaciones, sino que más bien estas situaciones deben generar una reflexión en los países sobre las medidas que deberán tomar si quieren transitar de buena manera por el camino de la digitalización, lo que demandará una actualización de su aparato público para regular estos sistemas e integrarlos según sea posible, y con las consideraciones adecuadas, a las dinámicas económicas, sociales, políticas e industriales a que haya lugar.

Uber funciona como ejemplo perfecto de los puntos de inflexión que comienzan a presentarse pero que serán recurrentes hacia el futuro. Allí, la historia ha sabido enseñarnos que los grandes cambios en la manera como la humanidad hace las cosas generar resistencia, lo que exigirá una visión de vanguardia para manejar las transformaciones de una manera propositiva.

Llevar la línea de discusión y construcción desde ahí justifica y garantiza que el tema no se quede en prohibir o no un producto o servicio, sino que permite considerar que una nueva economía pueda encontrar lugar entre los modelos tradicionales e impulsar el desarrollo y el empleo de grupos sociales específicos y, por qué no, de comunidades o regiones enteras.

La manera como algunas de las grandes naciones del mundo han reaccionado ante ciertas tendencias disruptivas de conectividad, acceso y oportunidades de negocio es una manera clara en que tales economías han marcado una diferencia en su camino hacia ser desarrolladas, importantes e innovadoras con respecto a otros territorios que puedan llegar a ser más conservadores en este sentido.

En algunos casos además, es tan fuerte la tendencia y su impacto en el mercado que en la oposición a ellas sólo se encontrará el absurdo y la imposibilidad del algo que se irá instaurando con o sin oposición.

Para ayudar en estos procesos las empresas del sector privado debemos ser abiertas y ayudar a buscar maneras para que la tecnología y sus implicaciones no sean causantes de caos sino que beneficien al sistema entero, al tiempo que aporten la calidad de vida de las personas y las oportunidades para todos de tener un mejor y más productivo país.