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Cuando la innovación se convierte en más de lo mismo

Encontrar las ideas es importante, pero no suficiente para contar con un sistema sostenible de innovación. Por eso, es importante que éste se fortalezca desde la cultura.

Juliana Sánchez Trujillo, Juliana Sánchez Trujillo
3 de mayo de 2017

La innovación tiene grandes promesas de futuro, pero en su desarrollo, muchas veces genera el sin sabor de ser una sobrecarga laboral, de ser un esfuerzo que no tiene sentido o de perder el tiempo en numerosas sesiones de ideación que generan más de lo mismo. El problema de esto, es que cuando se pierde la motivación, se esfuma la musa de la inspiración ¿Cómo romper entonces este ciclo?

¿Qué es lo que se quiere lograr?

La creatividad es la base de la innovación, pero es importante entender que más que enfocarse en buscar ideas descabelladas y completamente nuevas, se debe iniciar por tener muy bien delimitada la caja; ¿Cuál es nuestro campo de acción en innovación?, ¿Qué hace que una idea sea o no innovadora para la empresa?, ¿Cuáles son los bloqueos que nos hacen creer que es difícil o incluso imposible innovar?

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¿Cómo superar las brechas?

Como dice el refrán, “cuando se desconoce el puerto, todos los vientos son favorables”, por eso se debe tener claro qué es lo que se quiere lograr con los esfuerzos de innovación. Pero adicionalmente, se requiere de claridad de dónde se está y qué es lo que hace falta para llegar al lugar deseado. Aquí, funciona usar herramientas que permitan medir las causas y efectos de los problemas, que se definan los retos a profundidad y que esto se contraste con las capacidades y recursos con los que cuenta la organización. Pues de otra manera se estarán realizando esfuerzos con un alto nivel de riesgo y muy seguramente resultados desfavorables.

Busque múltiples formas para encontrar nuevas ideas

Si bien la lluvia de ideas es una herramienta que funciona cuando se usa correctamente, esta no siempre es la respuesta a las ideas que se quieren encontrar. Por eso, lo mejor que puede hacerse es cambiar constantemente las herramientas que se usan, teniendo en cuenta el objetivo que se quiere lograr y las dinámicas grupales de los involucrados en el proceso. El proceso de innovación es el que da la guía, pero resulta fundamental contar con una robusta caja de herramientas que pueda adaptarse a las diferentes situaciones. Tenga en cuenta que la mayoría de las veces en las que no se encuentran ideas satisfactorias, el problema no está en la gente, sino en un deficiente diseño del proceso. Por eso, fortalecer las habilidades de facilitación de los mentores de innovación puede ser la clave del éxito para identificar iniciativas ganadoras.

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Preparar el camino

Encontrar las ideas es importante, pero no suficiente para contar con un sistema sostenible de innovación. Por eso, es importante que éste se fortalezca desde la cultura. Para lograrlo, no solo basta con hacer campañas de expectativa que muevan emociones alrededor del concepto de innovación; también se deben formar las habilidades de las personas para identificar oportunidades, entender necesidades, definir problemas, y generar y evaluar ideas. Además, se deben compartir resultados y celebrar el progreso. En últimas, recuerde que son las personas las que mueven los resultados, y si estas no están motivadas por el tema, preferirán invertir su energía en otro tipo de proyectos.

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