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Vivir barato, vivir caro

Gracias al crecimiento económico e imparable desarrollo de las grandes urbes, aspectos como el costo y calidad de vida son datos para pensar en migrar a otros destinos. Hoy la ciudad más costosa del mundo es Singapur y ciudades de Kazajistán e India las más baratas.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
17 de abril de 2017

Uno de los factores determinantes para la elección de la ciudad en la que se desea vivir o migrar por diferentes condiciones, está atado al costo de vida que ofrece y a la capacidad de adaptación y sostenibilidad que se puede tener, dependiendo de los recursos con que se cuente. Al respecto, se mantiene una estrecha relación con la dinámica en el índice de precios y los comportamientos de la moneda por país, para determinar la estabilidad que se puede tener en el costo relativo de vivir en las diversas ciudades.

Un estudio realizado por The Economist que elabora un ranking considerando 400 precios individuales de 160 productos y servicios, con indicadores de costos relacionados a prendas de vestir, medios de transporte, entretenimiento, alojamiento y servicios públicos como salud y educación. Para esto, como punto de referencia para el ordenamiento y comparación del resto de urbes, se toma a Nueva York, la única ciudad del continente americano que aparece dentro de las 10 ciudades más costosas.

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El primer lugar lo mantiene Singapur por cuarto año consecutivo, siendo por ahora un 20% más costosa que la Gran Manzana. Sin embargo, su costo de vida se mantiene relativo según la categoría analizada; por ejemplo, es la ciudad más cara del mundo para adquirir un automóvil y la segunda más cara para comprar ropa. Pero los artículos para el hogar y de cuidado personal se mantienen más baratos, si se evalúan respecto a sus pares asiáticos. Este tipo de relaciones nos explican lo difícil que es parametrizar y categorizar una urbe como costosa o barata, depende del tipo de bien.

Por su parte, Hong Kong también mantuvo su segundo lugar, seguido muy de cerca por Zurich, Suiza. Este último se considera el lugar más caro del mundo para actividades de ocio, por recargos suplementarios al gasto discrecional.

Del cuarto al sexto lugar se evidenciaron algunos cambios, en donde ciudades asiáticas retornaron a ser de las ciudades más caras del mundo. En Japón, son los casos de Tokio y Osaka y en Corea del Sur fue Seúl; en particular, la capital japonesa ha manifestado diversos dinamismos dentro del ranking desde que se consideró la ciudad más cara del mundo en 2012 y ha logrado recuperarse gracias al fortalecimiento del yen en los últimos años siendo, ahora, un 10% más costosa respecto a Nueva York.

Ante este panorama, es evidente el crecimiento económico sostenido que mantiene Asia al tener, en este caso, la mitad de las 10 ciudades más costosas. Ello ha hecho descender varias posiciones a Nueva York, el punto focal del estudio, gracias a la inestabilidad que ha tenido el dólar norteamericano que, por lo pronto, ha tendido a la recuperación y fortalecimiento.

Ahora, por otra parte, al analizar las ciudades más económicas del mundo, nos muestran costos de vida muy asequibles a la población, sea por el caso del bajo poder adquisitivo de la población, como por ejemplo Katmandú en Nepal, Teherán en Irán, Damasco en Siria por la guerra y la inestabilidad política, Lusaka en Zambia, y por el tema de crecimiento y dinamismo con precios fáciles de acceso, como Petroria y Johannesburgo en Suráfrica, Mumbai y Nueva Dheli en India y Bucarest en Rumania.

En América Latina, por ejemplo, el impacto de las fluctuaciones del petróleo y los precios de los commoditties se ven reflejados en el costo de vida de algunas ciudades de la región. En algunos mercados, las tendencias inflacionarias se han mantenido al alza, mientras que en otros casos se mantienen en niveles bajos.

Como resultado de ello, Sao Paulo y Rio de Janeiro son casos en los que más rápido han descendido en el ranking. La recuperación del Real y las mejoras en sus índices de inflación respecto a los últimos años, impulsó a que estas dos ciudades ocuparan los puestos 78 y 86, para pasar a ser de las ciudades más baratas para vivir en la región, con una buena calidad de vida.

Sin embargo, casos como Bogotá y Caracas se mantienen como ejemplos de ciudades aún más baratas para vivir, brindando aproximadamente un rango inferior de más del 40% respecto a Nueva York. Sin embargo, las condiciones políticas dadas en Venezuela, en donde ni siquiera se tiene una canasta familiar para consolidar una comparación en bienes, no brindan un soporte sólido para asegurar una buena calidad de vida, al menos en esta categoría.

Indudablemente, los mejores índices de calidad de vida se mantienen predominando en el continente asiático y europeo; la relación de costos de vida alto va correlacionado con altos ingresos laborales y PIB per cápita elevados. El desarrollo económico, social y cultural se refleja en la mejor oferta en la calidad de vida, manteniendo uno de los mayores costos económicos para obtenerla. Bien sea por motivos de estudio, trabajo o entretenimiento, el impacto de la volatilidad de los mercados de lento crecimiento económico, le ha dado las ventajas a Europa y Asia para mantenerse en este ranking mundial y dentro de las mejores opciones para establecerse con éxito garantizado.