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Costo de oportunidad de una agenda de junta directiva apropiada

Aprender a sacarle el mayor provecho a una junta directiva para que logre tener un mayor impacto estratégico en la organización es una combinación de varios elementos. Uno de ellos es saber seleccionar los puntos críticos que requieren mayor tiempo de discusión en la reunión.

Raúl Serebrenik
6 de septiembre de 2016

Para resaltar y poner en perspectiva este importante tema deseo basarme en diferentes estudios donde se muestra que el tiempo de muchas de las reuniones de junta se utiliza, en la mayoría, para recibir información y no para discutir los puntos críticos que presentan los diferentes expertos y disciplinas al interior de la junta y que pueden tener un mayor aporte, sobre todo los elementos estratégicos claves para poder recibir un mayor aporte de parte de los miembros de la junta directiva.

Si una junta directiva se reúne generalmente una vez al mes para un total de doce reuniones al año, y si cada reunión dura un promedio de tres horas, tendríamos entonces un total de 36 horas al año en que la junta invierte tiempo para cumplir sus funciones y obligaciones. Posiblemente una de las funciones principales es procurar que el gerente de la compañía cumpla con los objetivos propuestos de manera eficiente, pero si la mayoría del tiempo se invierte en estar recibiendo los informes queda poco espacio y poco tiempo para la discusión o el análisis de esa información. Este espacio de reunión debe ser el momento de mayor productividad que debe tener la junta como equipo para lograr impactar a la organización con el mayor valor agregado.

Para lograr un mayor enfoque es importante saber priorizar y anteponer los temas de mayor relevancia dada la enorme economía de tiempo que manejan las juntas directivas. Es importante entender que de alguna manera estamos teniendo un mayor o menor costo de oportunidad  de tal manera que se adquiere un enorme valor al saber establecer una agenda adecuada. Se puede decir que quien controla la agenda, de alguna manera, controla la reunión y esto es supremamente importante entenderlo.

El liderazgo apropiado y las buenas prácticas entran a tener un enorme impacto para que la junta logre los objetivos pues esta es en esencia su razón de existencia. No exagero en concluir que la agenda de temas que debe abordar la junta directiva y la manera como se prepara tanto la información focalizada y previamente socializada de cada uno de los puntos de la agenda va hacer la diferencia en el impacto tanto positivo como negativo que la junta vaya a lograr tener en la compañía.

El lograr desarrollar e implementar esa buenas prácticas en el manejo apropiado de los diferentes temas en el campo del gobierno corporativo es todo un arte que se logra afinar con la experiencia adecuada. Sin embargo, no me dejan de sorprender diferentes personas de edades bastante avanzadas y que por años participan en diferentes juntas directivas que no logran desarrollar y tener claridad sobre la importancia del liderazgo y de las buenas prácticas que se deberían aplicar en sus propias juntas directivas.

Las juntas directivas tienen solamente dos posibilidades: lograr consolidarse como un activo que permanentemente genere valor agregado o, por el contrario, ser un pasivo para la empresa generando gastos tanto de tiempo como de  dinero y restando valor.

De tal manera, si usted necesita por diferentes circunstancias desarrollar o tener una junta directiva debería enfocarse en tener la mejor junta directiva posible para enfrentar los retos estratégicos que tiene la organización.