OPINIÓN ONLINE

Confío en ti, pero te falta mejorar porque hace un año…

Cada una de las relaciones que tenemos está matizada por la confianza y dependiendo de lo fuerte o frágil que esté, da seguridad en las relaciones y nos predispone a actuar de una manera específica.

Maria Gabriela García
19 de abril de 2016

La mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiando”. – Ernest Hemingway.

Encuentro a lo largo de las vivencias con gente en las organizaciones personas, que no pasan la página, que se han dedicado a hacer cobranzas que no le hacen bien a la relación desde la construcción de lazos fuertes que ayudan a la productividad.

Algún líder me decía que uno de sus reportes directos era bueno, que tenía todas las credenciales para llegar lejos, pero le faltaba dominio de un tema que para él era importante y se lo recordaba en cada sesión de desarrollo que tenían o ante un problema. Y descubrí lo dañino que puede ser no dejar pasar una situación y seguirla cobrando, porque cuando una persona ya ha trabajado por arreglar la situación y lo hace de manera diferente, al no existir el perdón, ocasiona una ruptura y se establece una confianza bastante frágil o en algunos casos esa confianza se rompe.

Con lo anterior no quiero decir que perdonar signifique olvidar, sino, no volver a cobrar algo que quedó en el pasado. Repetirle algo que ha hecho mal a una persona o recordarle una acción que no tuvo un final feliz, una y otra vez, cuando la relación pasa por momentos difíciles o cuando se está en una retroalimentación de desempeño no es un buen aliciente para avanzar en la construcción de una confianza sólida.

Para construir una confianza fuerte, es necesario tener a la mano tres tipos de acciones:

1. Actos que construyen: Para comenzar, ser coherente entre nuestras promesas y nuestro compromiso para cumplir, por ejemplo llevar un cronograma, tenerlo a tiempo y mantenerse en esa línea, ayuda a que crean en uno. Otro elemento es la capacidad de saber escuchar activamente, sin estar interrumpiendo, dejar que el otro termine y comprobar qué dijo. Aceptar que los otros son diferentes a nosotros, sin juzgarlos,  entendiendo diversos estilos y que no siempre se tiene la razón.

2. Actos que mantienen: Una vez hecha una promesa, cumplirla, tener el lema “cumplo lo que prometo”. Una de las promesas más incumplidas que afecta la confianza en la organización y en sus líderes, es que prometan un cambio salarial y/o un movimiento de cargo y no lo hagan. Otra posibilidad es poder hacer reclamos sobre expectativas no cumplidas, tener la capacidad de expresar que no estoy satisfecho, que no quedé contento y poder pactar de nuevo otro acuerdo. Poder decir sí o no de acuerdo a la situación, esto ayuda a que las personas puedan ver que si se expresan de manera genuina van  obteniendo un beneficio porque pueden llegar a acuerdos, asimismo expresar lo que no les gusta y sentirse cómodos porque la relación no se ve afectada, es clave para mantener una confianza sólida.

3. Actos que reparan: Pedir disculpas, pedir perdón y perdonar. Este es uno de los actos para mí, más relevantes que permite continuar con la relación de una manera sana, cuando el que perdona a otro por una falta, es capaz de pasar página y no está cobrando año tras año lo que pasó. También ayuda si se tiene la posibilidad de conversar sobre el asunto que nos molesta en estado emocional de calma, porque hace que digamos mensajes claros que ayudan a la reflexión y solución de la situación, estar de pelea no es favorable para ninguna de las dos partes. Finalmente poder ofrecer restauración de una situación y que la contraparte acepte, da muestra de que se pueden solucionar los problemas y que se es una persona digna de confianza.

Si se practican las acciones anteriores se puede llegar a tener relaciones basadas en la confianza que beneficien a todas las personas de nuestro entorno y a nosotros mismos.