¿Cómo es usted creativo?

Si usted ha escuchado alguna vez que los zurdos son más creativos que los derechos, déjeme decirle que ha vivido engañado toda su vida. Lamento decepcionar al primer grupo, pero entender la creatividad como el uso exclusivo de un hemisferio cerebral, no solo no es acertado, sino que nos genera un entendimiento erróneo de la propia capacidad creativa. Lo que sí es cierto, es que los siniestros tienden a tener mayores habilidades para las artes y el diseño, y aunque estas requieren de un alto nivel de creatividad, esto no implica que sea necesario tener talentos especiales para ser creativo. La creatividad es por el contrario un proceso dinámico en el que se requiere tanto de las ideas que provee la imaginación, provenientes del hemisferio derecho, como del pensamiento crítico que permite evaluar dichas ideas, procesado en el hemisferio izquierdo.  De nada sirve tener ideas altamente originales si estas no puden llevarse a la realidad. Si este es el caso, no tenemos creatividad, sino simplemente ideas novedosas.

De hecho, en los años 70, la matemática Ruth Nöler, desarrolló, junto con Sidney Parnes, una investigación conocida como: el proyecto de los estudios creativos. Esta se realizó con estudiantes de pregrado y buscaba indagar sobre los efectos que tiene esta habilidad tanto en la vida personal como profesional de las personas. Las conclusiones del estudio fueron bastante esperanzadoras, pues concluyeron que ésta no solo se puede enseñar, sino también se puede aprender. Adicionalmente, demostraron que los estudiantes formados en estos temas, obtuvieron mayores logros profesionales, en menor tiempo después de haber culminado sus estudios, en comparación con aquellos que no habían sido expuestos a los mismos.

Adicionalmnete, Ruth Nöller propone la siguiente fórmula matemática para entender la creatividad:

C= f _a (K, I, E)

Creatividad es igual a la función de una actitud, por conocimiento imaginación y evaluación. Es decir, que para ser creativo se tiene que tener actitudes de apertura a las nuevas ideas, tolerancia al riesgo y a la incertidumbre, y una mentalidad positiva, entre otras. Esto posibilita usar las capacidades dentro de un proceso que combina nuestros saberes técnicos, con la imaginación y el pensamiento crítico, todo con el fin de asegurarnos de que las ideas generadas sean tanto útiles como novedosas. Lo anterior sustenta la teoría de que la creatividad implica un balance entre diferentes tipos de pensamiento y por tanto deja de ser una actividad exclusiva de un hemisferio cerebral.

Así mismo, es vital comprender el rol que juega el conocimiento para desarrollar resultados creativos. Por eso, la pregunta que usted debe hacerse no es qué tan creativo es, sino cómo es creativo; cada vez que resuelve un problema, busca nuevas formas de hacer las cosas o utiliza su recursividad, usted está ejerciendo esta valiosa habilidad. Todos nacemos creativos y con el tiempo olvidamos cómo serlo, pero lo importante es que reconozca que aun puede despertar esos talentos y que empiece a aplicarlos en diferentes áreas de su vida. Finalmente, recuerde que  la creatividad es un hábito, y como tal se desarrolla a través de la práctica constante. Bien decía Maya Angelou al expresar que “la creatividad nunca se agota, entre más la usas, más tienes”.