RAÚL ÁVILA FORERO

¿Cómo ahorrar?

De cara a un panorama internacional en donde la tasa de ahorro se mantiene en un umbral muy bajo y poco dinámico, los hogares vienen presentando una necesidad de financiación en donde la deuda figura como una alternativa de preferencia. Sin embargo, las personas no perciben fácilmente los beneficios de los planes de ahorro organizados ni su inminente necesidad a futuro.

Raúl Ávila Forero, Raúl Ávila Forero
9 de abril de 2018

La adopción de conocimientos básicos sobre decisiones financieras acertadas tiene un impacto sobre el bienestar económico de las personas y, por ende, se requiere el debido reconocimiento e importancia en uno de los temas más elementales de la ecuación: hablar de ahorro involucra, en muchas ocasiones, un cambio profundo en la cultura financiera de las personas y en nuevos paradigmas dentro de la economía conductual bajo una visión de planeación a largo plazo.

En la medida en que una persona revise su presupuesto y su patrimonio real, es posible que decida ahorrar más dinero. Esta puede ser una estrategia para cuidar el bolsillo y prepararse bien sea para épocas duras, o para cumplir un objetivo como vacacionar a un destino en particular, tener un fondo de ahorro para temas educativos, compra de bienes, remodelaciones y demás. Un sinfín de opciones que pueden darse bajo un plan de ahorro formal.

Sin embargo, muchas veces el problema radica en la espera de una persona a tener un dinero extra, dada su incapacidad de planear a largo plazo. Por ello, en lugar de esperar, tener un presupuesto claro ayudará a generar un fondo de ahorro que le permita manejar mejor su dinero. Al fijarse metas de gastos, la mayor parte de las personas descubren que pueden ahorrar regularmente, incluso más de lo que creen.

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Al principio, los montos que se destinan para ahorrar serán menos importantes que el hecho de ahorrar regularmente. No obstante, adoptar un hábito siempre empezará por pequeños pasos, en donde para este caso deberá empezarse con una cantidad que esté seguro de que puede ahorrar y que no resultará perjudicial a corto plazo. La idea es que se convierta en un compromiso serio.

Y es que más allá de una visión de cuidado del bolsillo, se tienen también estimaciones relacionadas a que la mayoría de las personas en todo el mundo necesitarán de casi el 70% de sus ingresos laborales para poder subsistir luego de su jubilación. El Foro Económico Mundial ya nos hizo la advertencia de que las ocho economías más grandes del mundo tendrán un déficit de USD 400 billones para pensiones en los próximos 30 años. Y si este es el panorama para las grandes potencias, ha de preocuparnos mucho más el de las economías en vía de desarrollo que no hemos logrado gestionar un sistema decente para asegurar un retiro digno.

En nuestro caso, tenemos el triste contexto nacional en donde sólo tenemos un 23% de cobertura pensional y una tendencia de gastar el dinero que nos sobra en pagos a créditos, deudas, entretenimiento, ropa y planes vacacionales según la Encuesta Global de Nielsen. Allí también se reflejó que los colombianos dejan para lo último el ahorro, la inversión en acciones o montos adicionales a los fondos de retiro.

Así, más allá de los típicos tips para el ahorro que se encuentran virtualmente, en el caso colombiano, es altamente recomendable reducir la dependencia a la deuda, de tal forma que la misma proporción de dinero sea destinada al ahorro, y de allí para posibles inversiones rentables. Si la excusa es que la volatilidad del ingreso limita las posibilidades de ahorro, cambie la mentalidad de tener que endeudarse por tener que ahorrar previamente para adquirir lo que desea.

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Para ello, lo más recomendable es ahorrar de forma mensual entre el 5% y el 10% de los ingresos, dependiendo de las capacidades de los hogares. Con ello se volverá costumbre, tal y como se hace cuando se adquiere una deuda con una entidad bancaria.

En paralelo, se hace necesario incentivar la educación financiera en la población para darle los conocimientos necesarios para realizar planes presupuestales y de ahorro que les permitan planear sus gastos con suficiente antelación, incluyéndose en esto el ingreso complementario que se requerirá para la eventual jubilación. Hay que recordar que ello se prevé necesario para obtener un ingreso conjunto pensional que garantice la calidad de vida del retirado.

Asimismo, deben tratarse con cuidado y precaución los gastos hormiga (aquellos que no aparentan mucho dinero, pero sumados al final de mes suelen ser cuantiosos), diferenciar los antojos de las necesidades y, como opción, puede recurrirse a la diversidad de asesorías y herramientas financieras que ofrecen las entidades bancarias como las cuentas de ahorro, que ofrecen una rentabilidad del 0,1% al 3,55% efectivo anual en promedio. Sin embargo, este tipo de ayudas siempre deben ir acompañadas del conocimiento financiero propio y necesario para evaluar si lo que le están ofreciendo es verdaderamente beneficioso; allí, las estrategias de educación financiera son pilares transversales.

Para ello no es necesario ser economista, financista profesional u obtener un máster en la materia. Las finanzas personales son pan de cada día, y los programas de educación financiera pueden ser su salvavidas para aprender a manejar sus ingresos, saber cómo controlar sus gastos y conocer todos los productos financieros que están a su disponibilidad.

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