Opinión Online

Más colombianos preparados en TIC, clave para crecer la economía digital

Colombia sigue avanzando con firmeza hacia una nueva economía, impulsada especialmente por un crecimiento desenfrenado en materia tecnológica. Este escenario ha provocado que surjan nuevos retos en diferentes órdenes: uno de ellos el educativo.

Invitado
17 de junio de 2015

Es así como cada vez es más urgente encontrar el camino correcto para llevar mayores conocimientos y habilidades en TIC a las nuevas generaciones de jóvenes. Este aprendizaje es el principal habilitador de la nueva economía en el mundo y una de las más grandes fuentes para lograr el desarrollo y crecimiento anhelados.

Y es que es evidente que las economías que están creciendo de manera sostenida y permanente, son las que han logrado unificar esfuerzos para consolidar programas educativos integrales que abordan desde sus comienzos la capacitación en nuevas tecnologías. Programas que desde muy temprano impulsan a la población hacia un saber de temas clave como los de las TIC, las redes o los ambientes informáticos seguros.  

Esta realidad ha sido comprobada por IDC, firma que destaca que las habilidades tecnológicas se han transformado en la “moneda internacional de las economías del siglo XXI”. El informe resume que si los países no destinan suficientes recursos, a través del progreso tecnológico, no se podrán transformar los esfuerzos en productividad; por tanto, tampoco podrán competir en una economía global, que cada vez está más influenciada por el conocimiento en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Precisa IDC que la demanda de profesionales con habilidades en TIC supera la oferta en Latinoamérica, creando una brecha del 35% en promedio en la región. Para el caso colombiano la cifra llega al 33%, lo que nos deja en evidencia la necesidad de formar jóvenes que puedan solventar esta amplia demanda de conocimiento que está presentando el país y que es una tendencia global de la nueva economía.

Según mi experiencia, el camino más indicado para disminuir la brecha existente en Colombia en esta materia está en lograr generar sinergias entre las distintas entidades públicas, privadas y académicas para desarrollar la retención y motivación necesaria para que los jóvenes se involucren y se interesen en estudiar este tipo de temas y para producir un nivel de desarrollo tecnológico con el que podamos aumentar la competitividad y productividad en el país.

Por ejemplo, en Colombia específicamente y gracias al trabajo realizado por academias e instituciones educativas de primer orden como el Sena y Networking Academy de Cisco, se ha logrado que jóvenes de todo el país puedan prepararse e incluso lograr certificaciones o adquirir conocimientos en carreras profesionales de nivel básico relacionadas con las TIC.

La iniciatica ha permitido que miles de jóvenes colombianos, en especial los de escasos recursos y provenientes de zonas vulnerables, adquieran conocimientos profesionales avanzados que les permiten ser más competitivos en el mercado laboral al adquirir capacidades para la resolución de problemas, el trabajo colaborativo y el pensamiento crítico, elementos fundamentales en la preparación profesional del siglo XXI, pues son los habilitadores principales para la nueva economía, la del conocimiento y la tecnología.

Mi invitación es que a través de programas de responsabilidad social, el sector público, el privado y todos los actores que involucran el gran ecosistema de la academia en Colombia entiendan que el camino más indicado para disminuir la brecha de recurso humano especializado está en integrar esfuerzos para que cada vez más jóvenes colombianos puedan acceder a la nueva preparación académica.

No cabe duda que si se siguen integrando los esfuerzos como se está haciendo desde el Gobierno Nacional, en cabeza del Ministerio de las Tecnologías de la Información, junto con compañías como Cisco o entidades como el Sena, Colombia dará grandes pasos para disminuir las brechas existentes, mejorar la calidad de vida de la población y ofrecer nuevas oportunidades a los jóvenes, quienes representan el motor de la nueva economía.