OPINIÓN ONLINE

Colaboración, trabajo y tecnología

Ya hemos visto cómo la tecnología ha modificado la manera en la que vivimos, desde nuestra vida personal hasta la manera en la que enrutamos nuestros negocios o empresas.

Christian Onetto
2 de noviembre de 2016

La tecnología, en una sola expresión, revolucionó el trabajo de cada uno de nosotros, pues, entre otras cosas, nos ha permitido compartir conocimiento, esfuerzos y saberes con otras personas, incluso en otros lugares.

Es de allí de donde viene la expresión “colaboración”, que no es más que la reunión de personas e información en busca de un fin común. Precisamente, la tecnología es la gran creadora es esta práctica tan beneficiosa, sobre todo en estos tiempos de cambio, en los que las organizaciones se redefinen por su agilidad y sus ventajas competitivas.

La red de información corporativa es el punto clave, donde este tipo de nuevas posibilidades de trabajo se hacen realidad, generando interesantes beneficios productivos. Lo importante es partir de la idea de que todo aquel proceso no repetitivo en el que se desarrolle una interacción entre personas e información, es susceptible de ser optimizado con técnicas colaborativas.

Sus beneficios obtenidos son directamente proporcionales con el número de personas involucradas, su distancia y el volumen de información que se intercambia, pues, como se ha dicho en el sector,  la colaboración ha generado, en este siglo XXI, una revolución productiva que nos hace recordar el impacto de la máquina a vapor en las organizaciones productivas del siglo XIX.

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Eso sí, hay varias clases herramientas colaborativas. Las más tradicionales son el teléfono o el correo de voz, o aquellas básicas que se basan en la web, como wikis, blogs, redes sociales o foros online. Todas ellas tienen como común denominador su capacidad para permitir que distintas personas, a pesar de la distancia, contribuyan en términos laborales a realizar tareas o afrontar problemas.

En la actualidad, también han aparecido otras más, como la mensajería instantánea, los sistemas de coordinación de documentos, los espacios electrónicos, aplicaciones como Spark, los calendarios electrónicos y una herramienta que por sí sola ha generado otra revolución en los espacios de trabajo: el video (de sala y de telepresencia).

Todos estos espacios para unir a las personas en pro de un objetivo empresarial son posibles gracias a que una misma red de información corporativa vincula a los usuarios en oficinas,  sucursales, lugares públicos o desde sus hogares.

Precisamente, los beneficios se manifiestan en la forma de reducción de los costos operativos y de capital y el aumento de la productividad, con una particularidad: lo segundo puede llegar a duplicar  lo primero. Por ello, el retorno de inversión es excelente, en plazos menores a los 3 años.

El éxito de esas herramientas no es solo el privilegio de un sector. Al contrario. En la actualidad las empresas más avanzadas son aquellas que logran integrar profundamente este tipo de prácticas colaborativos en sus procesos y su cultura, debido a que así aceleran sus beneficios e incentivan la creatividad de sus empleados.

Los casos de uso cruzan horizontalmente las organizaciones, y no son privativos de un sector. Las empresas más avanzadas son aquellas que logran integrar profundamente las herramientas colaborativas en sus procesos y cultura, ya que aceleran la obtención de los beneficios.

Lo importante es encontrar la mejor solución del mercado, aquella que brinde agilidad operativa, que garantice la seguridad de la información y la autenticación de los usuarios, permitiendo mejorar la competitividad sin comprometer los datos.

Hoy, las soluciones de colaboración están al alcance de corporaciones de todos los tamaños. Es hora de que analicemos caso a caso el mejor conjunto de herramientas que necesitamos, para la adopción y migración tecnológica.

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