FREDDY CASTRO

Ciudades nocturnas

En el mundo se desarrollan estrategias para aprovechar las oportunidades económicas que trae la noche. La discusión llegó a Colombia.

Freddy Castro Badillo, Freddy Castro Badillo
21 de noviembre de 2017

José Manuel Caballero Bonald, al igual que otros poetas, describió a la noche como “un bulto de mar vacío y de caverna”. La desventaja de los humanos ante los depredadores nocturnos y, quizá, siglos sin alumbrado público, perpetuaron el miedo.

Sin embargo, la sociedad cambió. Los nuevos tiempos trajeron migraciones hacia las ciudades, expansión de las oportunidades de intercambio, y, sobre todo, la búsqueda de experiencias que no solo están disponibles mientras alumbra el sol.

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Ejemplos que trae la noche

Londres, Berlín, Nueva York y Amsterdam, entre otras ciudades, aprovechan la oportunidad. La Guía para gestionar la economía nocturna señala que solo en Nueva York, la noche genera aproximadamente 300.000 empleos, mientras que a Manchester llegan 150.000 personas los fines de semana para disfrutar de su vida nocturna.

La coordinación pública-privada es esencial. Por ello Amsterdam cuenta con “Alcalde de la noche”, intermediario entre la municipalidad y los empresarios, quien, además, apoya y promueve la cultura nocturna. Otras ciudades del mundo han dado pasos para su implementación. Cali, en el caso colombiano, tiene desde 2016 un Gerente de la Noche.

Aunque pareciera que se trata de un asunto de rumba, los espacios de encuentro sobrepasan esta alternativa. Bibliotecas, restaurantes, parqueaderos, escenarios deportivos, servicios de administración pública, teatros, museos, lavaderos de autos, son parte de una larga lista.  En Barrancabermeja, por ejemplo, existe Ruta 65, un programa que promueve el uso de la Villa Olímpica para la realización de actividades deportivas entre las 6:30PM y las 9:30 P.M.

¿Bogotá nocturna?

Pese a que la economía nocturna no es un tema exclusivo de grandes ciudades, Bogotá está llamada a liderar estos procesos. En una noche de un fin de semana, la metrópoli de los ocho millones de habitantes puede tener a un millón de personas fuera de casa. Estos se distribuyen entre quienes aprovechan el espacio de ocio y las casi 100.000 personas que trabajan en servicios de transporte, comercio, bares, restaurantes, parqueaderos, hospitales, estaciones de gasolina y hoteles. Empleos necesarios en un contexto de desaceleración económica.

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Para fomentar la discusión, Asobares realizó la cuarta versión de Expobar. Miembros de la administración Distrital, el Concejo, empresarios e invitados internacionales participaron del encuentro.

Andreina Seijas, experta en estos tópicos, indicó que la puesta en marcha de ciudades nocturnas requiere de la suma de hardware (seguridad, transporte e iluminación), software (reglas de juego) y coordinación (un gerente de la noche). Asimismo, para ahuyentar preocupaciones sobre la seguridad, destacó la teoría de los ojos en la calle de Jane Jacobs. Según este marco, la presencia de personas en los espacios públicos ensancha la vigilancia.

Al Cabildo Distrital llegó el debate. Desde diversas ópticas, concejales como Ángela Garzón (competitividad); Nelson Cubides (análisis del consumo de alcohol); Julio César Acosta (seguridad) y Roger Carrillo (turismo), evalúan las debilidades, oportunidades y retos de una Bogotá 24 horas.

Por esta razón, se analiza la posibilidad de crear la figura del gerente de la noche que, de materializarse, sus primeras tareas serán participar en la estructuración de estos asuntos en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), consolidar las estadísticas de la noche e impulsar el uso del “Sello Seguro”.

De la gestión, planeación e interrelación público-privada dependerá que, en Bogotá, y en las ciudades colombianas, sea realidad el proverbio de Goethe que sostiene que “la noche es la mitad de la vida, y la mejor mitad”.

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