CAMILO DÍAZ

Bitcoin y otras pueden venirse abajo

Con la reciente decisión del Banco Central de China de prohibir las ofertas iniciales de cualquier moneda digital y prohibir su intercambio, el Bitcoin y demás criptomonedas pueden venirse abajo.

Camilo Díaz, Camilo Díaz
9 de septiembre de 2017

El pasado lunes el Banco Central de China (BoCH) emitió una circular prohibiendo expresamente la emisión, negociación en plataformas de trading, intercambio y captación de dinero a través de monedas digitales. El BoCH fue más allá y ordenó devolver el dinero captado, aclarando que las monedas digitales no son consideradas medio de pago, ni moneda legal, ni tienen estatus equivalente al dinero, también prohibió su conversión frente a otras divisas como el dólar, euro, yen, etc. Los escépticos sobre la determinación de las autoridades de China, pueden consultar la decisión oficial en el siguiente enlace o ver archivo.

Que la segunda economía del mundo con un PIB de US$11,2 trillones (millones de millones) y la primera en crecimiento económico, decida eliminar las monedas digitales prohibiendo su emisión e intercambio, deja claro los inmensos riegos que implican las inversiones en ellas, ahora sin el mercado chino la liquidez y facilidad de intercambio de las monedas digitales se contraerá, lo que inevitablemente conducirá a la pérdida de valor.

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Quienes promocionan el bitcoin y otras monedas digitales como ethereum argumentan que son divisas y commodities a la vez, porque pueden ser usadas como medio de pago por algunas mercancías (no en el comercio mundial como divisa de referencia) y porque son escasas, (se supone que la emisión de bitcoin está limitada). Sin embargo, parece que ninguna de esas dos características se cumple de verdad.

En primer lugar, no son divisas de referencia en el comercio mundial, difícilmente un productor encontrará un proveedor de materias primas que acepte como pago por un envió de petróleo, hierro, o azúcar, unidades de bitcoin, Ethereum u otras como forma de pago. Se sabe sí, que algunas plataformas de comercio electrónico las aceptan para el pago de transacciones minoristas, como comprar una cámara, pagar consumos, pagar contenidos multimedia etc. pero esas no son transacciones del comercio internacional, son simplemente transacciones minoristas.  

En segundo lugar, tampoco son un commodity, porque su característica de escasez no se cumple, puesto que la emisión permanente de nuevas criptomonedas diferentes a las dos más transadas, bitcoin y ethereum, hace que la limitación de emisión se difumine, y exista el riesgo permanente de que alguna nueva la supere en eficiencia o aceptación y pueda reemplazarla, lo que en efecto erosiona el valor. En contraste, las características de escasez y utilidad de commodities, como el oro, petróleo, hierro, café, o cacao, son mucho más difíciles de imitar o reemplazar.

En lo que va de 2017 se han lanzado en China más de quince nuevas criptomonedas diferentes, de las cuales las diez más populares han logrado levantar más de US$1 billón, de ahí las preocupaciones de las autoridades que consideran que esto es un factor de desestabilidad financiera para la economía, y facilita el movimiento de dinero ilegal.

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Aquí en Colombia siguen proliferando captadoras de dinero que prometen la inversión en bitcoins y otras, con altos rendimientos, asegurando que el riesgo es bajo y comparando que billonarios como Bill Gates tienen dinero invertido ahí. Pero no aclaran que los espectaculares rendimientos del bitcoin se han dado en el último año y durante ese lapso se han presentado momentos con caídas de más del 30%, que las variaciones en el precio son bruscas y constantes (el lunes después del anuncio chino, el bitcoin cayó 20%) lo que implica alto riesgo, y que los billonarios que tienen dinero invertido, tienen cantidades mínimas de su patrimonio expuestas, precisamente por el riesgo que representan.  

La gente debe darse cuenta que una cosa es que un billonario con US$60.000 millones, arriesgue US$100 millones, o que un banco que administra más de US$100.000 millones exponga hasta el 3% de esos fondos; a que una persona del común arriesgue sus ahorros, venda su casa o se endeude para asumir un riesgo elevado, porque el nivel de absorción del riesgo es diametralmente diferente. Definitivamente no se debe arriesgar más dinero del que se pueda perder sin desestabilizar las finanzas familiares o personales.

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