GREGORIO GANDINI

Las decisiones, la información y la desinformación

En nuestra vida diaria tomamos decisiones todo el tiempo y no siempre tenemos toda la información y con la cercanía de diversas elecciones no solo en Colombia sino en el mundo, me parece clave dedicar esta columna a hablar de las asimetrías de información y como nos afectan.

Gregorio Gandini, Gregorio Gandini
7 de marzo de 2018

Normalmente es en mi blog donde me detengo a explicar temas más de teoría económica para mis estudiantes y lectores, pero hoy me pareció interesante darle un espacio aquí en la columna a una rama que me ha encantado desde que era un estudiante, la economía de la información. Pero la verdad, es ahora que me he dedicado a escribir, analizar la economía y los mercados financieros y a enseñar que me convenzo más que nunca que la economía se encuentra a nuestro alrededor, influyendo en nuestra vida y creo que no hay ejemplo más claro que en la relación entre las decisiones y la información disponible.

El riesgo moral y la selección adversa

Existe toda un área de la economía dedicada a la información y como afecta nuestras decisiones basada en muchos autores tales como Frederich Hayeck con su trabajo “The use of Knowledge in the Economy” y George Akerlof con “The market for Lemons” que analizan la importancia de la información en la economía y en las decisiones de los individuos. Un punto importante a tener en cuenta es que en ambas teorías se utilizan los precios como un mecanismo de revelación de información y mientras más información revelen mejor será la decisión que se tome al respecto. Esto es particularmente pertinente cuando estamos hablando de mercados financieros ya que la reacción de los precios ante cualquier hecho viene determinada por decisiones de compra o venta de los agentes.

Imagen tomada de Pixabay

Volviendo a la economía de la información, existe un caso particular al que nos enfrentamos a la hora de tomar una decisión, la selección adversa. La selección adversa describe una situación en la cual previa toma de una decisión una de las partes está menos informada sobre la calidad del bien que está adquiriendo lo que puede llevar a que compre algo de mala calidad. Akerloff habla de este tema en su artículo que se centra en la compra de carros usados que parecen estar en buen estado, pero en realidad no lo están los cuales son llamados limones o lemons. En términos más generales la selección adversa no se aplica solo a la compra de un bien sino a todo tipo de decisión que tomemos con una menor cantidad de información que otra persona o como es más común sin entender sus consecuencias en el futuro.

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El problema real detrás del caso particular de la selección adversa, es el de la información asimétrica, ya que información incompleta puede llevar a la toma de malas decisiones tal y como se mencionó anteriormente. Una forma de corregir estas asimetrías es a través de las señales que se envían entre los agentes, permitiendo mejorar la decisión al final. Por ejemplo, a la hora de comprar acciones, todos los reguladores del mundo hacen que las compañías hagan públicos sus estados financieros de forma periódica, convirtiéndose estos en señales que reducen las asimetrías de información a la hora de comprar o vender una acción determinada ya que están disponibles para todos los agentes al mismo tiempo.

¿Y si la señal falla?

Uno de los temas más importantes tocados por Hayeck es la necesidad de una rápida adaptación a los cambios de las circunstancias particulares. Sin embargo, creo que el mismo Hayeck se sorprendería de la cantidad de información y la velocidad a la que se puede obtener el día de hoy, a través de internet, las redes sociales y todas las aplicaciones de nuestros teléfonos. El asunto ya no se convierte en una cuestión de velocidad de ajuste sino de calidad y esto abre la puerta a un nuevo riesgo, ¿estamos recibiendo buena información? En otras palabras, ¿son las señales que tenemos a nuestra disposición un mecanismo que reduce o aumenta la asimetría de información?

Hay numerosos casos donde las señales fallaron y guiaron a decisiones equivocada, por ejemplo, la baja velocidad de ajuste de las calificaciones de riesgo de diferentes títulos durante la crisis del 2008 en Estados Unidos lo que llevo a subestimar su nivel de riesgo. Otro escenario es el de las encuestas y las elecciones, por ejemplo, la “sorpresiva” victoria de la salida en el Brexit o de Donald Trump en Estados Unidos.

Pero esto no termina ahí, la manipulación activa de la información es el nuevo gran problema que han traído las redes sociales y que enfrentan muchas elecciones en el mundo. Para no ir más lejos solo falta remitirnos a las investigaciones de la Corte Suprema en Estados Unidos concernientes a intervenciones de Rusia a través de las redes sociales y la utilización de fake news o noticias falsas para afectar la elección presidencial de ese país.

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El objetivo de este tipo de campañas a la luz de lo que hemos visto, es modificar el conjunto de información disponible, lo cual a su vez afectará la decisión. Aunque el problema ahora es más complejo a la hora de tomar una decisión, porque no siempre es posible distinguir entre una buena y mala señal, al menos podemos tratar de filtrarla yendo hasta la fuente real cuando sea posible y mejorar la calidad y cantidad de información a nuestra disposición y así llegar mejores conclusiones.