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Arabia Saudita: ¿La caída de la monarquía?

Arabia Saudita está bajo amenaza. La expansión de la influencia de Irán en golfo Pérsico, los conflictos con Los Houthis en el sur y los ataques del Isis en el norte, sumado a la guerra de precios en la industria del petróleo, ponen en alto riesgo la hegemonía de la casa Saud.

Gustavo Valencia Patiño
7 de marzo de 2016

La amenazas geopolíticas

La alianza entre Estados Unidos y Arabia Saudita, vigente desde 1971, y el acuerdo del petrodólar por armas, había garantizado la hegemonía de la casa Saud en el Medio Oriente.

En los 80, esta alianza respaldó a Iraq (gobierno sunita) en la guerra contra Irán (chiita), apoyando al régimen de Saddam Hussein. Posteriormente, a los Mujahideen contra la expansión soviética en Afganistán. 

En los 90, los incentivos cambiaron por completo. Con la invasión a Kuwait, el régimen de Saddam Hussein (Iraq) se convirtió en el nuevo enemigo de la alianza. 

A principios del siglo XXI, con el ataque terrorista del 11 de septiembre, la invasión a Afganistán y el derrocamiento de Sadam Hussein fue la prioridad número uno para la alianza saudí-americana. 

La alianza llega a su fin

Desde el 2011, gracias a la revolución del Shale Oil, Arabia Saudita no se ha mostrado como un socio estratégico para Estados Unidos. En consecuencia, este último ha retirado paulatinamente su influencia en el Medio Oriente, creando una nueva situación geopolítica donde Arabia Saudita enfrenta un reto sin precedentes.

Mapa de influencia geopolítica en el medio Oriente.

Infográfico: Escala estudio de diseño. Análisis Macrowise.

En el 2011, Qatar patrocinó indirectamente la Primavera Árabe en el norte de África, mostrándose como alternativa de liderazgo sunita en la región. Con la salida de Estados Unidos de Iraq, un país de mayoría chiita, Irán logró expandir su área de influencia a Iraq, Yemen, Líbano y Siria.

Por otro lado, el Isis nació como un Frankestein entre la facción religiosa más importante en Arabia Saudita, el wahabismo, el fondeo occidental y de algunos países del golfo Pérsico a los movimientos de la Primavera Árabe junto con el liderazgo de los ex-comandantes del régimen de Sadam.  Ahora el Isis constituye un gran amenaza a la estabilidad interna de la monarquía Saudí.

Por último, el acuerdo nuclear entre Estados Unidos, Europa, Rusia y China con Irán, muestra claramente que Irán es más estratégico para los intereses de las grandes potencias geopolíticas que Arabia Saudita.

La guerra de precios

El ministro de Petróleo Saudí, Ali al-Naimi, habló en Houston a finales de febrero sobre la falta de confianza de los grandes productores del mundo y cómo esta es la razón por la cual un corte en la producción no va a ocurrir. También mencionó que el Reino estaría a favor de un congelamiento coordinado de producción con el fin de contrarrestar el exceso de oferta.

Por otro lado, el Secretario General de la Opep, Abdalla El-Badri, dijo que la producción de Estados Unidos puede llenar el vacío de producción causado por los cortes de la Opep.

Esta guerra de precios la describimos en detalle en nuestra columna “La Opep está ‘cañando’”.

Las estrategias de la casa Saud

La casa Saud no se va a quedar con los brazos cruzados y va a usar todo su arsenal para defender su posición hegemónica.

La oferta de acciones de Saudi Aramco

Ante la creciente presión fiscal y tensión geopolítica, emitir acciones de la compañía Saudi Aramco es una carta sobre la mesa. Se especula que la valorización de Saudi Aramco está alrededor de un trillón de dólares. No obstante, esta emisión no incluiría las reservas, sino activos no estratégicos en Estados Unidos y Europa.

El foco del gobierno Saudí está en ser competitivo en Asia con crudo refinado. Con este fin, Saudi Aramco firmó un acuerdo con Sinopec para desarrollar refinerías en China, y está buscando acuerdos similares en Korea y Japón.

La guerra de precios intensifica la tensión militar entre Arabia Saudita e Irán, y por ende, muchos conflictos en el Medio Oriente. La emisión de acciones de Saudi Aramco también podría ser considerada como una señal de que Arabia Saudita se está preparando para un escalamiento del conflicto. 

Arabia Saudita junto con Rusia tienen los ejércitos más poderosos en la región. Si bien Irán no tiene el mismo poder militar, la potencia persa tiene producción propia de armas mientras que Arabia Saudita depende totalmente de las importaciones de Estados Unidos.

Devaluación del Saudi Riyal

Otra carta sobre la mesa es la devaluación del Saudi Riyal. El rublo ruso y el real brasileño se han devaluado en más de un 70% desde el 2011, mientras que la moneda Saudí ha mantenido su paridad contra el dólar. Algunos fondos de cobertura macro empezaron apostar por este escenario de baja probabilidad pero gran retorno para ellos.

Devaluar la moneda hace que los costos de producción disminuyan, pero aumentan tremendamente los riesgos de inflación. Arabia Saudita importa la mayoría de los productos que necesita diferentes al petróleo. La pérdida de poder adquisitivo de los árabes podría poner una gran presión en la estabilidad política de la Casa Saud.

Ambos escenarios implican un mayor riesgo, tanto político como crediticio, que ha visto plasmado en la subida de 90 bps a 190 bps en los “credit default swaps” de Arabia Saudita (precio del seguro en caso de que Arabia Saudita no pague sus deudas) desde diciembre del año pasado, sin embargo está por debajo de los 300 bps de Rusia que enfrenta riesgos geopolíticos y económicos similares.