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Fanny Kertzman

Diosdado y los boliburgueses

Boliburguesía: una combinación de los términos “Bolívar” y “burguesía” que describe a los nuevos burgueses creados por el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Personas que se enriquecieron bajo la administración de Chávez.

Fanny Kertzman
23 de enero de 2013

“Ser rico es muy malo”, decía Hugo Chávez. Pero parece que volverse rico no es tan malo. Que lo digan los boliburgueses, aquellos nuevos ricos que han pelechado al calor del régimen. Aquellos a los que les gusta andar en Hummer y consumen tanto whisky que Venezuela es uno de los mejores mercados para las destilerías. Aquellos que no están sujetos al régimen cambiario de Cadivi, que tienen sus dólares a buen resguardo y los gastan en continuos viajes a Europa y Dubái.

Hay dos personajes que son los más influyentes del país: Diosdado Cabello –presidente de la Asamblea Nacional– y Rafael Ramírez –presidente de PDVSA–. Diosdado es el boliburgués por excelencia. “Ojitos Lindos”, como lo bautizó Chávez en un “Aló Presidente”, es todo terreno con juego y agenda propios. Fue militar, es ingeniero y pasó por varios cargos en el chavismo: Ministro del Interior y Justicia, de Obras Públicas y Vivienda, gobernador del estado de Miranda, y ahora preside la Asamblea Nacional. Los que lo conocen aseguran que es arrogante y vengativo, y que aquellos que quieren realizar un negocio con el Estado deben pasar antes por su despacho. Dicen que es multimillonario, que tiene mansiones en Europa y testaferros en varias empresas y bancos. Aunque él siempre negó estas historias, un cable de WikiLeaks divulgado por la revista Semana, de Colombia, lo presenta “como uno de los grandes polos de la corrupción del gobierno”. En voz baja lo llaman “El Padrino”. Tuvo el poder de reelegirse como presidente de la Asamblea en el momento clave: la transición del poder.

Pero no es solamente él. Su hermano, José David Cabello, es el director del Seniat, el servicio de Impuestos y Aduanas. Empezó como Ministro de la Infraestructura en julio de 2006 y en febrero de 2008 pasó a ser director del Seniat. Todo el comercio exterior de entrada y salida de mercancías está en sus manos. Todos los impuestos, tasas, desacuerdos, pleitos y procesos son manejados por el hermano de Diosdado y juntos ejercen su poder.

El segundo hombre más poderoso es el presidente de PDVSA, Rafael Ramírez Carreño, quien a la vez es Ministro de Energía y Petróleo. Conoce a Chávez de vieja data. Aunque no se sabe exactamente el monto que controla, porque desde 2008 PDVSA distribuye alimentos a través de PDVAL –el programa de alimentación del gobierno que importa la comida–, participa de la construcción de viviendas y financia programas sociales. Contando estos rubros, más el negocio energético, se estima que por lo menos mueve US$150.000 millones anuales. De apariencia austera, Ramírez tiene lo suyo: su voraz familia. El ejemplo más escandaloso es su primo Diego Salazar Carreño, alias el “Rojo de Oro”, hijo de un guerrillero y poeta de los años 60.

Diego Salazar Carreño pasó de vendedor de pólizas de seguro a convertirse en uno de los hombres más ricos de Venezuela gracias a su poderoso pariente, quien le otorgó el multimillonario contrato de la póliza de seguros y reaseguros de PDVSA. Va de vacaciones a Dubái, a donde se traslada en su avión, con mucamas, chefs y escoltas. Tiene mansiones en Estados Unidos y Europa. En Caracas adquirió un lujoso piso en la urbanización Campo Alegre, pero como le resultaba pequeño, compró todo el edificio. Aficionado al canto, creó una orquesta de cien músicos de salsa –a los que les paga en dólares– con los que ensaya tres veces por semana en el hotel Marriott, cuya planta baja compró para que sea sede de sus fiestas. Sueña con ser cantante de salsa. Ya sacó su primer disco en el que canta con su hijo Diego Jr. Su ritmo de vida es millonario.

Sobre la familia del Presidente, se sabe que antes de su llegada al poder pasaba grandes penurias y hoy vive en la abundancia. En Barinas, su estado natal, los pobladores los llaman la “familia real”. La casa natal de Hugo Chávez está hecha de cañas, es baja y tiene pisos de tierra. Hoy la familia disfruta de “La Chavera”, una finca de 600 hectáreas cuyo valor se estima en US$800.000. Sus hermanos tienen cargos en el gobierno, su padre fue gobernador del Estado, cargo que ocupa hoy su hermano Adán. Además hay fuertes rumores de que Adán Chávez controla el grupo Proarepa, el conglomerado alimentario más grande del país.

Y como ellos hay muchos más. Según Transparencia Internacional, Venezuela es el país más corrupto de América. Solo hay tres países en el mundo más corruptos que Venezuela: Somalia, Afganistán y Corea del Norte. Pobre Venezuela. Cuando aterricen de barriga se van a dar muy duro.

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