En diciembre de 2009 Comcast acordó adquirir una participación mayoritaria de las redes NBC y Telemundo, 24 canales de cable y el estudio cinematográfico y los parques de diversiones de NBC Universal, propiedad del conglomerado financiero-industrial General Electric (GE).

¿El fin de la televisión gratis?

Los días en que los canales de televisión ofrecían su programación gratis podrían estar contados.

8 de enero de 2010

Tradicionalmente, los canales generaban ingresos mediante publicidad, sin necesidad de cobrarle al televidente. Pero esa fórmula ya no funciona para las cadenas tradicionales estadounidenses ABC, CBS, NBC, Fox y sus repetidoras, en un fenómeno que se repite en otros países. Con la llegada de la televisión por cable y la web, que se llevan mucha audiencia y publicidad, la torta está más repartida. La recesión, por otra parte, agrava la escasez de avisos publicitarios, obligando a los canales a buscar nuevas formas de generar ingresos.

Está claro que se avecinan cambios, que podrían aumentar las tarifas de la televisión por cable o satelital, a medida que las cadenas y los canales locales incrementan las tarifas que cobran a los proveedores de televisión paga como Comcast y DirecTV por el derecho a usar sus transmisiones. Y no se descarta que las cadenas suspendan la emisión de señales gratis y comiencen a cobrar por su programación, como los canales de cable.

"Los programas buenos cuestan dinero", declaró Rupert Murdoch, cuya News Corp. es dueña de Fox, en una reciente reunión de accionistas. "Ya no se pueden costear con publicidad exclusivamente".

Fox libra una dura batalla con la proveedora Time Warner en torno al uso de su programación.

Otro factor que podría tener un gran impacto es el hecho de que Comcast, el principal proveedor de televisión paga, se apresta a tomar las riendas de NBC, cuyo presidente Jeff Zucker dijo hace poco que "el modelo de cable es superior al modelo tradicional".

Según el modelo tradicional, las cadenas CBS, NBC, ABC y Fox distribuyen sus programas a través de repetidoras. Las cadenas son dueñas de canales en los grandes mercados, pero en el resto del país usan esas filiales.

Los ingresos de canales y cadenas vienen de la publicidad.

Los canales de cable tienen una situación financiera mucho más sólida, que les permite capear mejor la recesión, porque además de percibir publicidad le cobran a los proveedores una tarifa por cada suscriptor. Esto les permite producir espectáculos de mayor calidad y no tener que exhibir series y películas viejas.

Esto, combinado con el creciente número de canales de cable, hace que el dinero de la publicidad esté ahora mucho más repartido y que los ingresos que perciben los canales tradicionales sean inferiores a los de antes.

Mientras los canales de cable florecen, los tradicionales tienen que reducir personal y tomar otras medidas de emergencia.

Fox refleja bien este fenómeno: sus operaciones tradicionales sufrieron una baja del 54% en sus ingresos en el trimestre de julio a septiembre, en tanto que los de cable registraron un aumento del 41%.

Muchos canales y cadenas están imitando a los de cable y cobrando a las proveedoras por cada suscriptor que recibe su programación.

Gannett, que opera 23 canales, recibió Us$56 millones de operadores de televisión paga en el 2009, comparado con los Us$18 millones del 2008.

Analistas calculan que CBS acordó cobrar 50 centavos por suscriptor en sus negociaciones más recientes con proveedores que muestran sus programas. Esto representa "cientos de millones de dólares por año", según el presidente de CBS Leslie Moonves.

CBS y Fox también están negociando el cobro de un porcentaje de las tarifas que reciben sus filiales.

Es posible que, a la larga, las cadenas decidan que pueden hacer más dinero sin las filiales, eliminando un componente clave de la televisión gratis.

La razón es esta: los proveedores le pagan a las cadenas únicamente por los canales que son de su propiedad. Esos canales representan hoy un tercio de la teleaudiencia, lo que implica que dos tercios de lo que pagan las proveedoras se lo llevan las filiales.

Las cadenas podrían quedarse con todo si prescindiesen de las filiales y operasen sus propios canales.

Para sobrevivir, las filiales se verían obligadas a producir su propia programación.


 

(AP)