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¿Y ahora qué?

Tras la muerte de Steve Jobs, las cosas para Apple no pintan nada fácil. Vienen enormes retos y profundas amenazas de sus competidores.

13 de octubre de 2011

Steve Jobs sigue vendiendo incluso después de muerto. Un día antes de su fallecimiento, Apple lanzó el iPhone 4S, un modelo que cayó mal entre la gente que esperaba la versión 5 de ese aparato. Sin embargo, 48 horas después de su muerte, el producto batió récord, pues las existencias de preventas se agotaron. Las líneas telefónicas de la empresa colapsaron e, incluso, en distintos momentos, la página de Apple registró bloqueos.

En solo 24 horas se vendieron más de un millón de unidades, superando cualquier producto lanzado por Apple antes. Ahora se esperan largas filas en las tiendas, cuando el producto salga oficialmente a la venta para el público en general, lo que se ha considerado como un homenaje póstumo a quien fuera uno de los referentes de la industria de la tecnología.

Sin duda, Jobs se convirtió en uno de los principales íconos del mundo tecnológico y del desarrollo de aparatos que cambiaron la vida de millones de personas, pero también en el Rey Midas moderno.

Bajo su batuta, Apple transformó las industrias de la tecnología, la música, el entretenimiento, las comunicaciones y la literatura, con productos tan reconocidos como los computadores Macintosh, los reproductores de música iPod, los teléfonos iPhone, la tienda en línea iTunes o la tableta digital iPad. No en vano, es la empresa tecnológica de mayor valor en bolsa, con US$350.000 millones.

Ahora viene para Apple una prueba de fuego: sobrevivir y crecer sin la guía de su mentor. La compañía, de la mano de Jobs, logró en la última década multiplicar las ventas por diez: en 2001, los ingresos de Apple bordearon los US$10.000 millones y para este año se estima que alcanzarán los US$100.000 millones, casi la tercera parte del PIB de Colombia y, además, cuenta con cerca de US$80.000 millones en caja.

Aunque la acción apenas cayó 0,23% tras la muerte de Jobs, el gran reto de la compañía es mantener el liderazgo que hoy tiene en teléfonos inteligentes y tablets, pero en un escenario de competencia mucho más agresivo y con dos grandes competidores al acecho: Google y Amazon.

Para varios analistas, más allá de la desaparición de Jobs, el gran reto para el valor de la acción y el futuro de la compañía está en dos grandes hechos: uno, protegerse de las amenazas que representan las recientes movidas de Google y Amazon.com, en los mercados de iPhone y iPad; y, dos, mantener en el mercado el entusiasmo que han generado sus numerosos lanzamientos y fortalecer la comunidad Apple.

A finales de septiembre, Amazon lanzó al mercado la Tablet Kindle Fire, que cuesta la mitad del iPad y es considerado uno de los mayores desafíos al imperio de Apple por la experiencia que tiene en administrar tiendas en línea. A su vez, Google compró Motorola Mobility Holdings por US$12.500 millones, con lo cual entra a competirle a Apple en el segmento de teléfonos inteligentes.

Además, según The Wall Street Journal, Amazon y Google compiten con Apple por cerrar acuerdos con grupos de medios que podrían impulsar las ventas de aparatos móviles y otros productos. “La ausencia de Jobs podría disminuir la influencia de Apple en estas negociaciones, en particular las que distribuyen música”, dice el informe. Y agrega que la competencia no solo será en productos sino en la forma como se comercializan: Apple recibe gran parte de sus ingresos por el hardware, mientras Google va tras la publicidad ligada a las búsquedas por internet y Amazon se beneficia del contenido digital.

Del otro lado, heredar la visión y el norte que Jobs le dio a la empresa será una tarea muy compleja para la nueva etapa de Apple. A pesar de haber trabajado en el escenario de una administración sin Jobs, el mayor desafío es lograr mantener las expectativas del mercado y los anuncios transformadores y seductores.

Sin embargo, es un desafío difícil. Una de las pruebas fue el lanzamiento del iPhone 4S de la mano de la cabeza visible de la compañía, Tim Cook, que no despertó el entusiasmo inicial. Fue gracias a la muerte de Jobs que las ventas del aparato se dispararon en todo el mundo. Desde 2004, cuando se anunció la enfermedad de Jobs, empezaron a tomarse acciones para blindar la organización. Por ejemplo: disminuir la rotación de los ejecutivos y formar una “universidad” interna que codificó el trabajo de Jobs en casos de estudio.

En la cúpula de la Apple de hoy sobresalen Jonathan Ives, el hombre al frente del diseño; Phil Schiller, que encabeza el área de mercadeo, y Scott Forstall, que dirige el software móvil; los cuales acompañan al veterano director de operaciones, Tim Cook, hoy cabeza visible de la compañía. ?Según un informe de Reuters, aunque tanto Cook como Jobs se han ganado la reputación de perfeccionistas exigentes, se considera que es más fácil trabajar con el sucesor. Se dice que Cook es mejor a la hora de forjar consensos, pero demanda la perfección, una atención exhaustiva al detalle y una actitud inflexible en la mesa de negociación.

Varias preguntas quedan por responder: qué tanto se había avanzado en el desarrollo de proyectos con Jobs a la cabeza y cuáles serán las próximas grandes transformaciones de Apple que ayuden a aumentar las más de 300 patentes que se consolidaron.

Si bien muchos comparan el ingenio de Jobs con el de Da Vinci o Einstein, otros consideran que más allá de un gran inventor, era un gran conductor de ideas. Jobs no diseñó el primer computador personal, ni el primer reproductor musical, ni el primer teléfono celular con pantalla táctil. Lo que sí hizo fue aplicar avances tecnológicos para crear máquinas seductoras y fáciles de usar que hoy le permiten tener con maravillosos resultados: mensualmente, esta compañía vende diez millones de teléfonos, tres millones de tabletas iPad y 1,3 millones de computadores Mac.

En ese sentido, algunos analistas consideran que el siguiente paso de Apple será llegar a industrias fragmentadas, como lo hizo en la música y los teléfonos; y podría aterrizar en segmentos como la televisión, que crece cada vez más en su número de opciones.

¿Cuál será el futuro de Apple sin Jobs? Solo el desarrollo de los mercados y el tiempo lo dirán. Pero la tarea no será fácil y la competencia muy dura.