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US$17.400 millones para automotrices

El Gobierno de Estados Unidos anunció que ofrecerá estos recursos en préstamos a las tres mayores automotrices del país, General Motors, Ford y Chrysler LLC, para evitar un colapso del sector

19 de diciembre de 2008

El gobierno salió el viernes al rescate de la industria automotriz, con préstamos por un total de US$17.400 millones a cambio de concesiones por parte de las compañías y sus trabajadores.

Al mismo tiempo, el secretario del Tesoro Henry Paulson dijo que el Congreso debería autorizar el uso de una segunda partida de US$350.000 millones del fondo de rescate financiero aprobado en octubre para salvar a las grandes instituciones financieras en apuros.

"Permitir que se caigan las compañías automotrices no es un curso de acción responsable", dijo el presidente George W. Bush en un mensaje a la nación. Añadió que la quiebra difícilmente resultaría eficaz para la industria automotriz en estas circunstancias y, por el contrario, propinaría "un golpe inaceptablemente doloroso a los esforzados estadounidenses" de todos los sectores de la economía.

 

Unos US$13.400 millones estarán disponibles en diciembre y enero a través del fondo de US$700.000 millones diseñado originalmente para rescatar a las complicadas instituciones financieras, pero los préstamos podrían ser desactivados si las automotrices no pueden demostrar que son viables antes del 31 de marzo, señaló el funcionario.

La viabilidad significa que deben tener un valor neto positivo en ese momento, lo que no implica necesariamente una inmediata rentabilidad, pero les exigiría alcanzar ese punto relativamente rápido, dijo un funcionario.

Los préstamos a tres años requerirían límites a la compensaciones de ejecutivos y otros beneficios, y las automotrices también tendrán que brindar garantías para títulos sin derecho a voto.

Los US$4.000 millones de ayuda restantes dependen de que la administración busque acceso a la segunda mitad del plan de rescate financiero de US$700.000 millones, conocido como Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP, por su sigla en inglés), explicó el funcionario.

 

El plan de Bush aspira a mantener la industria automotriz en pie a corto plazo, y transferir el problema más amplio al gobierno del presidente electo Barack Obama.

Las empresas automotrices de Detroit han anunciado la prolongación de sus cierres navideños tradicionales. Chrysler cerrará en enero sus 30 plantas en América del Norte durante cuatro semanas debido a las pobres ventas; Ford cerrará 10 plantas de montaje en América del Norte durante una semana adicional en enero, y General Motors cerrará temporalmente 20 plantas _ muchas de ellas durante todo enero _ para reducir su producción.

Bush dijo que esas empresas han encarado serias dificultades durante muchos años: penosos costes, disminución de su presencia en el mercado y merma de beneficios. "En los últimos meses, la crisis financiera global ha hecho más severos estos desafíos", agregó.

El presidente dijo que por una parte, el gobierno tiene la responsabilidad de no minar el sector empresarial privado, aunque por otra parte, debe salvaguardar la salud general y estabilidad de la economía estadounidense.

"Si permitiésemos ahora que el mercado libre corriera su curso, casi con seguridad conduciría a una bancarrota desordenada y la liquidación de las empresas automotrices", agregó.

"En circunstancias económicas ordinarias diría que este es el precio que deben pagar las empresas fracasadas", dijo el mandatario. "Y no sería partidario de intervenir para evitar que las automotrices quiebren. Empero, no son estas circunstancias ordinarias".

"En medio de una crisis financiera y recesión, permitir que fracase la industria automovilística estadounidense no es una actuación responsable".

El director general de Chrysler Bob Nardelli agradeció al gobierno la ayuda.

En una declaración emitida el viernes por la mañana, Nardelli dijo que el aporte inicial de capital ayudará a la empresa a superar su crisis de liquidez y a la postre volver a la rentabilidad. Agregó que Chrysler está decidida a cumplir las condiciones establecidas por Bush a cambio del dinero.

 

 

Agencias