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Uribe, prescindible para los mercados financieros

Felipe Gómez, gerente de Investigaciones Económicas de Porvenir, asegura que un negativo a la reelección solo tendría un efecto pasajero en los mercados.

30 de septiembre de 2005

Mucho se ha especulado recientemente acerca de los posibles peligros para los mercados financieros que podría traer la no reelección del Presidente Álvaro Uribe. Muchos dicen que el precio del dólar se dispararía y que las tasas de interés se irían al cielo. Como consecuencia de lo anterior, el crecimiento del país se vendría al piso.



Este escenario catastrófico supone que sin el actual mandatario, se perdería la confianza que el primer mandatario ha despertado sobre empresarios e inversionistas: En lo corrido de este cuatrienio la formación bruta de capital, como proporción del PIB, ha pasado del 14% al 20%, los flujos de inversión extranjera directa han aumentado un 33% y el PIB está creciendo a tasas del 4%.

Sin embargo, Colombia no es el único país que está creciendo. En Latinoamérica, otras economías donde la popularidad del Presidente es menor, están creciendo más que nuestro país. En Perú por ejemplo, aunque la gestión del Presidente Toledo solo la aprueba un 10% de la población, el consenso de economistas encuestados por Latinfocus espera que se presente este año un crecimiento del 4,8%, después de haber crecido un 5,10% en 2004.

 


Entonces, ¿Por qué se está creciendo?... Las economías latinoamericanas se han beneficiado de bajas tasas de interés internacionales, que han irrigado suficiente liquidez a nivel mundial para crecer, jalonando a los países latinoamericanos. Sin embargo, también es cierto que Colombia tiene una característica que no tienen otros países latinoamericanos: un conflicto armado que limita el crecimiento. Por eso, no hay que desconocer los logros en materia de seguridad del actual Gobierno, han contribuido al crecimiento económico.

Por tanto, si la reelección no llegase a ser aprobada, es muy probable que se genere algo de incertidumbre en los mercados financieros, pero no duraría mucho. Las tasas de interés sí podrían subir y el precio del dólar algo se levantaría, pero este pánico no sería duradero. Mientras que en Estados Unidos y el resto del mundo las tasas de interés permanezcan bajas, los inversionistas seguirán aprovechando oportunidades de tasas altas para invertir.

Lo importante, para que lo anterior se dé, es que quien se perfile como sucesor de Uribe en un escenario de no reelección, demuestre la intención de continuar con políticas que mantengan la confianza de los inversionistas, tanto en el plano de seguridad, como en el plano económico. Es importante, por ahora, que se siga haciendo inversión en defensa, que se haga un saneamiento del déficit fiscal y que se mantenga la autonomía del Banco Central.

Conservar la autonomía del Banco Central implica dejar estables las reglas de juego para los inversionistas y empresarios. Esta debería ser la principal petición para el próximo mandatario, con o sin reelección. Economistas internacionales de la talla de Barro, Gordon, Kydland y Prescott, han hablado en sus trabajos de la inconsistencia intertemporal de la política monetaria, afirmando que es bastante peligroso que un Banco Central esté cambiando sus objetivos. Las consecuencias se reflejarían en un incremento de la inflación y en un deterioro de la confianza del inversionista; que en última instancia generarían un menor crecimiento económico.

En Colombia, el Banco de la República tiene la obligación de defender el poder adquisitivo de la población. Su objetivo está explícitamente enfocado al control de precios, y no del tipo de cambio. Este hecho ha llevado a que hoy por hoy, se haya logrado mantener una credibilidad tal en la institución, que ya nadie en el país tiene en mente que se pueda volver a tener tasas de inflación de dos dígitos. Gracias a esta credibilidad, hoy el Gobierno se financia, no solo en Colombia sino también fuera del país, con bonos denominados en pesos a plazos superiores a los 10 años.

Hasta ahora, el Banco Central ha sido responsable en el manejo de la política monetaria. A pesar de las presiones que por todos le acechan para que contengan el precio del dólar, solo ha decidido bajar tasas de interés en momentos donde percibe que la inflación está controlada. Por eso los mercados financieros han respondido positivamente, apoyándolo con una caída en las tasas de los bonos de deuda pública interna.

A futuro, los dos nuevos miembros de la junta del Emisor que elija el reelecto Uribe o su sucesor, deberán continuar con la independencia y ortodoxia de los actuales codirectores. De esta forma, se mantendría la confianza de los inversionistas, las tasas de interés seguirán bajas y Colombia podrá alcanzar un mayor crecimiento de largo plazo.