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Ronald Filler, miembro del Comité de Conducta de Negocios del New York Mercantile Exchange.

Banca y Bolsa

Un cambio de fondo en el mundo financiero

Nuevas normas para los mercados financieros de Estados Unidos. El efecto de las regulaciones sobre los mercados del mundo. Entrevista con Ronald Filler, miembro del Comité de Conducta de Negocios del New York Mercantile Exchange.

8 de agosto de 2010

El 21 de julio el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aprobó el texto de una ley que propiciará un cambio regulatorio profundo en el sistema financiero en ese país. En líneas gruesas la medida le impuso una vigilancia a operaciones y algunas firmas.

Las operaciones de swap no estaban reguladas y ahora lo estarán. Lo mismo que las firmas que transan con esos instrumentos, como por ejemplo los fondos de cobertura (hedge funds). “Los participantes tendrán que registrarse con las agencias de vigilancia, tendrán requisitos de capital neto y otros requerimientos de reporte y conservación de registros”, explica el profesor Ronald Filler, director de la maestría en Derecho del New York Law School.

Filler, es además miembro del Comité de Conducta de Negocios del New York Mercantile Exchange y fue miembro del Comité Asesor de Mercados Globales del
Commodity Futures Trading Commission de Estados Unidos y miembro del Comité de Supervisión Regulatoria de la cámara de compensación del Chicago Mercantile Exchange, entre muchos otros cargos en la industria financiera. El experto, que fue invitado por la Bolsa de Valores de Colombia a dictar una charla en Colombia sobre el futuro del mercado financiero después de la crisis, habló con Dinero.com.

“El valor nocional de las operaciones de swap sobre el mostrador en Estados Unidos es de US$500 billones. De ese monto, el 50% lo ejecutaban comisionistas no regulados”, ilustró.

Por eso la norma ahora exigirá contrapartes reguladas, sino también que haya un sistema de compensación para swaps transparente y vigilado. Esto le da una mayor seguridad a quienes transan con esos instrumentos.

Para el experto, cambios de este tipo llegarán a Europa en 1 ó 2 años. Mientras tanto existirá una posibilidad de hacer lo que los financieros llaman ‘arbitraje regulatorio’, en el que los operadores usarán las normas más débiles. Este movimiento será interesante. “Hay qué esperar para ver si prefieren quedarse o irse a otros mercados menos regulados. El impacto lo veremos en los próximos doce meses”, dice.

Pero habría razones para querer quedarse. El nuevo andamiaje no es, como se podría pensar, un estorbo a las negociaciones. En muchos casos las facilita. Hoy una transacción swaps en el mercado de mostrador (OTC), se puede tomar semanas para estructurar, explica el experto, porque los contratos son complejos y se deben redactar con cuidado. Si hay una cámara de compensación que tiene contratos estandarizados, lo único que hay que hacer es tomar de una pantalla la operación y ejecutarla.

“Aumentarán los negocios. Ya lo vimos con los futuros de tasas de interés que no necesitan contratos y acuerdos”, señala.

También espera que el siguiente paso en ese mercado es que se instale, como ocurre en los mercados de futuros y de acciones, la posibilidad de que los clientes entren directamente a hacer sus transacciones en un sistema electrónico, sin llamar al corredor. El efecto también sería el de hacer crecer el mercado, como lo evidenciaron después de que se pusieron en marcha los sistemas de negociación electrónicos en esos mercados.

¿Qué viene?
En ese escenario, Ronald Filler ve que lo que viene es un entorno financiero en el que habrá más obligaciones de reportar, más transparencia. Esta actitud posiblemente se contagie a la mayoría de los mercados del mundo. A fin de cuentas las crisis financieras son casi lo único seguro del futuro de la economía mundial y por eso es tan importante tratar de evitarlas y de reducir su impacto.

Uno de los escenarios donde quizás vengan nuevas regulaciones es en el área de las negociaciones de alta frecuencia. Estas transacciones se hacen con computadores muy poderosos y veloces, que negocian con algoritmos que les permiten encontrar oportunidades explotables de arbitraje.

Es un asunto de negocios de una importancia crucial. Muchos expertos culpan a los corredores que usan ese tipo de herramientas, de buena parte de la crisis financiera de 2008.

Hasta el momento, por lo que opina Ronald Filler, es un área en la que no se sabe cómo podría ser la regulación. Sin embargo, le parece que el punto crucial para su diseño está en un asunto de equidad. No le parece que haya problema en que las empresas inviertan en computadores y en el desarrollo de programas para hacer utilidades cada vez más rápido en los mercados globales.

Lo que le parece injusto es cuando se usan los programas para generar efectos artificiales en los precios, “para mover los precios a un nivel que no es el correcto. Hacer millones de órdenes en un segundo, con ese propósito”, señala.