Home

Empresas

Artículo

Satena ofrecerá descuentos de 75%

La aerolínea estatal plantea su esquema de vuelos ultrabaratos en todas sus rutas. La condición, comprar los miércoles.

11 de abril de 2008

 

Escalofriante, podría ser la calificación que se le daría a la promoción que comenzará la línea aérea Satena la próxima semana. Para conmemorar sus 46 años, desde el 16 de abril y hasta el 30 de noviembre, abrió la posibilidad de que quién reserve y pague su pasaje los miércoles, tenga un descuento de 75% sobre la tarifa normal en cualquiera de sus destinos.

Pero el pasajero no tiene que viajar un miércoles. Puede reservar para cualquier día , siempre que pague el miércoles, y su pasaje lo puede usar en cualquier momento dentro del año siguiente.

Pero, ¿cómo se puede hacer eso en una época de aumentos en los precios del combustible?

La letra menuda ‘aterriza’ la propuesta. La aerolínea sólo venderá con esa tarifa cerca del 25% de las sillas de sus aviones. En promedio los vuelos salen con un 70% de ocupación. La promoción apunta a vender a un precio más bajo la mayor parte del 30% de sillas desocupadas, explica Desiderio Rodríguez, gerente Comercial de la aerolínea.

“Solo tenemos cuatro clases, no todo el abecedario como otras aerolíneas”, afirma. Dividen el número de sillas disponibles entre las cuatro clases y a cada una le dan un precio diferente.

Entonces, el pasajero puede buscar cada miércoles las fechas para su vuelo y si hay disponibilidad en la clase barata, obtiene el descuento del 75%. Estos pasajes descontados tienen limitaciones. Como es usual con los vuelos de costos ultra bajos, el cambio de la fecha de viaje genera una penalidad. Tampoco se pueden comprar más de cinco pasajes por persona y los agentes de viajes y otros intermediarios no pueden comprar para ellos mismos.

Un pasaje ida y regreso Bogotá – Puerto Inírida que hoy vale $531.500, quedaría en casi $133.000. El de Bogotá – Villavicencio de $381.800 en $95.500, un asunto muy atractivo cuando se compara con los $80.000 que vale la ruta Bogotá – Villavicencio en bus.

Agresivos
La intención de Satena es la de aumentar su flota de 15 aviones a 20 en los próximos dos años. Piensan traer dos aviones nuevos de 100 pasajeros, dos de 50 y dos más de 35 ocupantes, para incrementar sus servicios.

La competencia se queja constantemente de que Satena tiene un tratamiento tributario preferencial, porque por ser estatal no paga derechos de aterrizaje. “pagamos todos los impuestos, IVA, tasas aeroportuarias, renta. Los derechos de aterrizaje son un costo muy pequeño al lado de los demás que tiene la aerolínea”, contrargumenta Rodríguez.

Afirma que es una pequeña contraprestación a los esfuerzos que deben hacer para cubrir las rutas a los antiguos territorios nacionales, donde “nadie más quiere ir”. En muchos de esos lugares no hay posibilidad de reabastecer los aviones de combustible, por lo que deben llevarlo en el vuelo de ida, y reducir el número de pasajeros transportados.

“Este año nuestras ventas serán de $257.000 millones y la utilidad de $1.000 millones”, vaticina. El beneficio financiero es muy pequeño para el tamaño de la operación y cualquier cambio de costos lo puede convertir en pérdida, explica. Por eso considera que la exención y el manejo de ciertas rutas de forma exclusiva como la Bogotá al aeropuerto Olaya Herrera en el centro de Medellín, apenas compensan las pérdidas de las rutas ‘sociales’.

Quizás es una forma indirecta de capitalizar la empresa que aún conserva el capital pagado de $24.000 millones de hace 20 años, con el que la empresa ha conseguido conseguir activos que superan los $250.000 millones.

Costos de impuestos
Pero así como se beneficia por la exención en los derechos de aterrizaje, se afecta por la estructura impositiva que recae sobre todas las aerolíneas del país. Un ejemplo sencillo lo ofrece el gerente Comercial.

Un pasaje en la ruta más barata de Satena, la Bogotá – Neiva, vale $60.000. A esa cifra se le deben sumar $53.000 de cargo por combustible, $11.000 de tasa aeroportuaria, $15.000 de cargos administrativos por la labor de las agencias de turismo y 16% del IVA. “Por un tiquete de $60.000, el pasajero termina pagando $150.000 o más. Los impuestos encarecen mucho”, concluye.