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"En beneficio del bienestar de los pueblos ecuatoriano y colombiano y de la preservación de los 150.000 empleos, reiteramos la solicitud de retornar a la normalidad histórica en las relaciones comerciales y de inversión", aseguran los empresarios.

Comercio Exterior Y TLC

Renovación del Atpdea se complica

El programa de preferencias arancelarias vence el 31 de diciembre, pero una apretada agenda en el congreso de los EE.UU amenaza su renovación.

8 de agosto de 2008

La renovación del sistema de preferencias comerciales de los países andinos, que les permite exportar miles de productos a Estados Unidos libre de impuestos, está atascada en el Congreso estadounidense en un año electoral y el programa podría cerrarse a fines del 2008.

El programa de preferencias arancelarias, conocido bajo la sigla ATPDEA, expira en 31 de diciembre y su vigencia depende de una extensión del Congreso estadounidense. Pero un apretado calendario legislativo, con elecciones presidenciales y legislativas el 4 de noviembre, amenaza con bloquear su renovación.

Los legisladores estarán en receso todo el mes de agosto, regresan por un corto tiempo en septiembre y luego vuelven a sus distritos para seguir con sus campañas. Tampoco es claro si volverán al Congreso en diciembre, después de las elecciones, por un breve período antes de que se instale el nuevo Gobierno.

Las preferencias fueron creadas a principios de la década de 1990 como un reconocimiento de Estados Unidos por los esfuerzos en la lucha antidrogas de Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador y para fomentar la creación de empleos como alternativa al narcotráfico.

En conjunto, los países envían el 50,4%  de sus exportaciones a Estados Unidos bajo el programa ATPDEA, según la Comunidad Andina (CAN), generando más de US$10.000 millones con el envío de productos como petróleo, flores, brócoli, atún, joyas, ropas y madera.


Batalla política

Además de las dificultades generadas por el calendario político estadounidense, a la renovación de las preferencias se suma una batalla política entre demócratas y republicanos.

Los primeros, que controlan el Congreso, en general apoyan el programa y buscan renovarlo por plazos más largos, de años, mientras que los republicanos, aunque en minoría, han forzado renovaciones más cortas, de tan sólo algunos meses, para impulsar tratados bilaterales de libre comercio.

Las negociaciones entre los legisladores de ambos partidos para tratar de alcanzar un convenio sobre el ATPDEA deberían reanudarse a partir de septiembre, pero no hay garantías de que ello ocurra.

"Acordamos que vamos a tratar el tema cuando regresemos (del receso de agosto)," dijo una fuente legislativa próxima a las negociaciones partidistas.

Ecuador y Bolivia, que no concretaron tratados de libre comercio con Estados Unidos, son los más interesados por la renovación del programa, pese a que ha aumentado el malestar en Washington por la retórica antiestadounidense del presidente boliviano, Evo Morales, un aliado del venezolano Hugo Chávez.

El senador Charles Grassley, el republicano de más alto rango en la Comisión de Finanzas del Senado, que trata temas de comercio, se ha manifestado en contra de renovar las preferencias a esos dos países por sus políticas izquierdistas, y actitudes hostiles hacia las empresas estadounidenses.

Ecuador y Bolivia buscan la renovación de las preferencias por cinco años, argumentando que su propósito está vinculado con el combate al narcotráfico, y no con el libre comercio, área donde cumplen con las exigencias del programa.

Perú, por su parte, logró obtener la aprobación de un acuerdo de libre comercio en el Congreso estadounidense, y usaría las preferencias hasta la implementación total del tratado.

Colombia aún espera que el Congreso estadounidense ratifique el acuerdo de libre comercio negociado con Washington, algo difícil por las trabas impuestas por los legisladores demócratas, preocupados por asesinatos de sindicalistas en ese país.

A eso se suma el clima hostil en el comercio internacional y proteccionista de un Congreso con baja popularidad, en medio de la desaceleración económica estadounidense y una campaña electoral.

Pese a eso, hay un factor geopolítico a considerar, que puede pesar en la decisión final de los legisladores.

Para Michael Shifter, vicepresidente para política en el centro de investigación Diálogo Interamericano, no renovar las preferencias seria "contraproductivo" porque profundizaría el antagonismo de los Gobiernos de Ecuador y Bolivia con Washington.

"Un movimiento de ese tipo no le interesa a nadie," afirmó.

 

Reuters