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Ingrid Betancourt se abraza con el presidente de Francia Nicolás Sarkozy y su esposa Carla Bruni, a su llegada a París.

Nación

Recepción de heroina para Ingrid

Ingrid Betancourt llegó el viernes a Francia. El presidente Nicolás Sarkozy la recibirá personalmente. "La muerte llega muy, muy rápidamente en la jungla", dijo Betancourt a la prensa francesa.

4 de julio de 2008

PARIS - Ingrid Betancourt, recién liberada del cautiverio y las humillaciones en las selvas de Colombia, arribaba el viernes a Francia para una recepción de héroe en los salones dorados del palacio presidencial.

El presidente Nicolás Sarkozy planeaba recibir personalmente a Betancourt en una base de la fuerza aérea en Villacoublay, en las afueras de París. Entonces, Betancourt, su familia y simpatizantes que realizaron la campaña para lograr su liberación se trasladarán al palacio Elíseo, informó la presidencia.

Betancourt, quien tiene la doble nacionalidad francesa y colombiana, fue rescatada el miércoles en una osada acción del ejército colombiano, en la que agentes de espionaje engañaron a rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para que entregaran a Betancourt y otros 14 rehenes, sin tener que realizar un solo disparo.

Betancourt realizaba una campaña por la presidencia de Colombia cuando fue capturada en el 2002. Durante sus seis años de cautiverio su retrato adornó alcaldías y fue exhibido durante manifestaciones en las calles en demanda de su liberación.

La recién liberada pasó buena parte de su niñez en París, donde cursó la universidad en el Intituto de Estudios Políticos. Sus hijos, Melanie, de 22 años, y Lorenzo, de 19, han vivido en la capital francesa durante su cautiverio.

Betancourt se reunió con ellos en Colombia el jueves. Entrevistada por la radiodifusora Europe-1 antes de su llegada a Francia, dijo estar orgullosa del carácter desarrollado por sus hijos durante su ausencia.

Recordó como fue humillada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, teniéndola encadenada las 24 horas del día, durante tres años.

"Cuando se tiene una cadena en el cuello, uno tiene que agachar la cabeza y tratar de aceptar su destino sin sucumbir a la humillación, sin olvidar quién eres", dijo.

"Llegué a un momento en el cual comprendí que la muerte era una posibilidad", dijo en una entrevista con la televisora France-2. "Vi a mis compañeros morir, sabía que la muerte llega muy, muy rápidamente en la jungla", dijo.

(AP)