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Pasabocas naturales

El procedimiento de liofilización ha hecho posible encontrar en el mercado, sobre todo en tiendas naturistas, frutas como bananos y fresas, empacadas en paquete, listas para saborear. Una fabrica del país, por ejemplo, tiene capacidad para producir 10 toneladas mensuales.

14 de septiembre de 2006

Fríjoles, lentejas, tamales y frutas liofilizadas y empacadas en bolsita son algunos de los alimentos que montañistas, campistas e incluso miembros del Ejército han comido en lugares lejanos y apartados.

Son alimentos que han pasado por una máquina a donde entran congelados y salen sin agua. Allí sufren un proceso sublimación, con el cual el agua en estado sólido llega al estado gaseoso directamente, sin pasar por el estado líquido. La máquina extrae el 98 por ciento del agua de los alimentos.

Este procedimiento ha permitido que existan en el mercado cereales de marcas conocidas con fresas que parecen secas, o también menús de cereales, granos y carnes para personas que no tienen en donde cocinar y necesitan alimentarse. Este procedimiento, llamado liofilización, no altera la composición química de los alimentos porque no se someten a altas temperaturas. El producto recupera su textura, aroma y sabor cuando se le agrega agua. También puede ingerirse seco.

La liofilización no es nueva en el mundo. De hecho, en 2003, un medio mexicano informó sobre la construcción de una planta para producir anualmente hasta 80 toneladas de frutas liofilizadas para Kellogg's. En Nueva York es posible encontrar papitas como pasabocas, que son naturales y no se han fritado.

En Colombia, una empresa le vendió este año al Ejército 350.00 bolsitas de menús con fríjoles, lentejas y carnes para que los soldados las consuman en lugares apartados. Y Quala S.A.., por ejemplo los utiliza en sus productos, el pollo que va en las sopas de paquete es liofilizado. Algunos montañitas los compran para alimentarse durante sus aventuras y el café liofilizado es un producto muy conocido en el país.

La diferencia es que ahora, con la tendencia hacia los productos naturales, cada vez más personas están poniendo el ojo en este tipo de productos.

Larga vida
Los alimentos liofilizados pueden durar un año o dos años en buen estado, siempre y cuando los paquetes no se abran. Una vez reciben aire, se ablandan.

Una empresa del país, Alimentos liofilizados Ltda., cuenta con equipos diseñados por ellos y está en la tarea de vender mango, piña, fresa, banano, coco y papaya como pasabocas. Ya tienen un distribuidor que diseñará su marca y los venderá en tiendas naturistas. También les ha venido menús completos con carne, arroz, fríjoles y verduras, a montañistas.

Juan Carlos Segura, gerente de Alimentos liofilizados Ltda., opina que estos productos tendrán mucho éxito en el futuro, porque las personas tienden cada vez más a lo natural y es probable que las generaciones futuras busquen alimentos diferentes a los tradicionales “paquetes” para comer a deshoras. Y más con el aumento de la obesidad en el mundo.

Esta fábrica tiene una capacidad instalada para producir 10 toneladas mensuales y en pleno funcionamiento requiere de 70 empleados. El proceso de liofilización tarda 36 horas.

Marcela Triana, esposa de Juan Carlos Segura, estudió diseño industrial en Colombia y luego realizó cursos de cocina en Texas. Regresó al país con la idea de montar un restaurante, pero en negocio de su esposo la llevó a producir un alimento novedoso: “dips” que sólo requieren mezclarse con un queso crema o con mantequilla Son “dips” hechos con cocinados como champiñones a las finas hierbas sometidos a procesos de liofilización. Este producto hasta ahora está en el proceso de creación, pero ya se promocionó en la pasada feria de Alimentec, en Corferias.

Marcela explica que estos productos permiten preparar comidas sabrosas muy rápido, que son características propias de la vida moderna.