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Nueva embotelladora en Leticia

La compañía Gaseosas Leticia, una de las tres plantas embotelladoras de Coca-Cola en Colombia, puso en marcha su nueva línea de producción de envases de plástico no retornables.

5 de septiembre de 2006


Juan Carlos Martínez A.
Leticia, Amazonas

Puede que muchos consumidores en otras partes del país no conciban la idea de utilizar envases que no sean de material no retornable. Pero en el Amazonas, en pleno corazón de la selva, era casi inimaginable que esta nueva tecnología entrara a suplir un mercado como el de Leticia y sus alrededores.

Por eso, el Gerente General de Gaseosas Leticia, Hauptman Puentes, empresa que obtuvo desde 1.978 la franquicia de Coca-Cola para producir y embotellar esta bebida gaseosa, se puso en la tarea, hace tres años, de implementar, de la mano de la multinacional y cumpliendo con los estándares de calidad exigidos por las autoridades, una línea de producción de envases no retornables.

En el mundo, el cambio de envase fue motivado por los propios consumidores. Según el Gerente de Coca-Cola Servicios de Colombia S.A., Jorge Garduño, las preferencias de los consumidores tienen una evolución constante y dinámica, lo que llevó a que ellos mismos buscaran atributos diferentes y el empaque no fue la excepción.

Sólo hay que mirar las bondades y la conveniencia que estos productos poseen, pues además de ser fáciles de transportar, se pueden abrir y cerrar cuantas veces sea necesario, algo que los empaques retornables nunca pudieron cumplir.

Gaseosas Leticia tenía una línea de embotellado retornable de Coca-Cola y la demanda de no retornable era satisfecha, básicamente por otros productos de diferentes embotelladores que sí tenían esta línea. “El sólo transportar el producto terminado desde alguna ciudad era algo que no se podía hacer, porque además de las condiciones climáticas, los costos de cualquier producto que se quiera poner en Leticia son excesivamente altos”, asegura Garduño.

Gaseosas Leticia decidió entonces invertir en esta nueva línea. Inicialmente arrancó, hace dos meses, con la producción de botellas dos litros y luego introdujo a la región la presentación de 600 mililitros. “Hasta el momento hemos tenido una aceptación por parte del consumidor lo suficientemente buena, pues además de ser una necesidad para el público, los costos para la planta se han logrado disminuir”, explica Puentes.

La empresa produce ambos tipos de envases. “El de vidrio es traído de Perú y pese a que es transportado de tan cerca, nunca podrá compararse con las botellas no retornables, sobre todo por su valor”, agrega.

Inicios
La historia de esta nueva línea de producción de Gaseosas Leticia arrancó hace tres años. En ese momento, las estimaciones de la puesta en marcha de esta nueva aventura eran de $678 millones, lo que implicaba la traída y la adecuación de los nuevos equipos y la realización de la obra civil en la propia planta. Finalmente, se invirtieron $730 millones, un 6% más de lo presupuestado. Sin embargo, algo que retrasó el proceso fue la llevada de los equipos hasta Leticia, pues fue necesario mandarlos desde Barranquilla por vía marítima y luego, fluvial.

A ello se le sumó una de las mayores sequías vividas por el río Amazonas en 60 años, lo que impidió el desplazamiento de la maquinaria. “La idea fue iniciar a comienzos de este año, pero sólo hasta hace dos meses logramos arrancar el funcionamiento de todo”, explica el Gerente General de Gaseosas Leticia.

Con este nuevo desarrollo, la planta aumentará la capacidad de producción en 1.800 botellas PET por hora, que se suman a las 4.800 botellas de vidrio por hora. Para este año, la meta es pasar de vender 25.000 cajas unitarias a 47.000. Ambos directivos coinciden en asegurar que este resultado es consecuencia de las ganas de encontrar soluciones más que de reparar en los obstáculos geográficos y físicos, pues esta combinación hace que se logren romper barreras.

Actualmente, esta planta productora y embotelladora, la más pequeña en el mundo de The Coca-Cola Company, genera 55 empleos directos y cerca de 400 indirectos.

En cuanto al impacto al medio ambiente que pueda causar la puesta en marcha de un proyecto como estos en plena selva, las directivas de Coca-Cola sostienen que existe la tecnología necesaria para que el material de ese tipo de envases vuelva a ser parte de botellas futuras, mediante un proceso de reciclaje, que pronto pondrán en marcha.