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Mujer millonaria

La esposa de Kiyosaki también escribe sobre finanzas, pero ella les enseña a las mujeres.

31 de mayo de 2007

Kim Kiyosaki, la esposa de Robert Kiyosaki también se lanzó a escribir sobre finanzas e inversión. Después del éxito del best seller Padre Rico, Padre Pobre, Kiyosaki es un apellido conocido y ella lo supo aprovechar. Con las mismas fórmulas de Robert, ella escribe su versión de los hechos, su visión de las finanzas y aplica los conceptos a las mujeres.

A raíz del reencuentro con sus amigas de colegio y de la comparación entre la vida que cada una de ellas lleva, Kim explica la fórmula de su marido para hacer inversiones, su concepto de un buen retiro y cómo todo esto también aplica al sexo femenino.

A cada mujer le dice que sí puede invertir, que esto no es un mundo únicamente masculino, cada una debe ser independiente y manejar sus finanzas en forma autónoma. Su concepto de riqueza para las mujeres incluye no depender de un marido. Y para eso cita cifras de la situación de las mujeres en Estados Unidos que muestran cómo la mayoría se separa y baja su nivel de vida, cómo las mujeres se apegan a los esposos por el dinero a pesar de tener malos matrimonios, cómo las mujeres mayores deben trabajar para conseguir el dinero del día porque quedaron viudas, en fin, una serie de estadísticas para demostrar por qué las mujeres deben aprender a invertir.

Claro, el libro tiene el mismo corte de los libros de su esposo, es necesario cuando se desea utilizar la palabra Kiyosaki y por supuesto, ella también cita una y otra vez el libro Padre Rico, Padre pobre y lo recomienda como una lectura fundamental para realmente cambiar la mentalidad frente al dinero y frente a la posibilidad de ser rico.

Ilustra cada situación con un nombre y una historia, con un personaje que encarna perfectamente la decisión financiera que se debe tomar. Finalmente concluye que cada cual debe tener un verdadero motivo para ser independiente financieramente y que es muy posible poner a trabajar el dinero para uno y no trabajar uno para hacer dinero.