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| Foto: Martha Escamilla R*

Vida ejecutiva

Miedo escénico

Soluciones para aquellos que sufren cuando hablan en público.

Martha Escamilla R*
20 de febrero de 2007

“Esta ha sido una de las peores experiencias de mi vida”, dice una paciente, “me quedé en blanco, no podía pensar, me sudaban las manos, el corazón se me iba a salir, quería desaparecer. Sentía mi cara como un tomate, que vergüenza, ellos seguro se estaban dando cuenta de lo que me pasaba, debieron pensar que yo era una imbécil, sentía ganas de llorar. La voz no me salía, la boca estaba seca y las pocas palabras que pude decir, solo yo las escuché. Quería salir corriendo, pero estaba demasiado congelada para hacerlo. Me da rabia conmigo misma, yo conocía el tema, es mi especialidad, pero cuando me paré frente a ellos, no sé qué me paso”.

Algunas personas tienen este tipo de reacción al hablar ante grupos. A esta angustia o pánico, se le llama “miedo escénico”. Para ellos, hablar ante un grupo resulta ser una “pesadilla”, una experiencia estresante, angustiante, que puede generarles, dependiendo del grado de estrés, cambios físicos, psicológicos y de comportamiento.

Las razones por las que se produce, pueden ser muchas:

1. Falta de preparación del tema y de manejo de grupos.
2. Sentir que se tienen muchos o pocos puntos para cubrir en el tiempo asignado
3. Preocupación porque se piensa que la audiencia será muy crítica.
4. Temor a que su charla no sea interesante o entretenida y las personas se salgan del salón.
5. Tratar de ser como otros conferencistas en lugar de ser él mismo.
6. Tener miedo a las consecuencias negativas o criticas después de la charla.
7. Tartamudear o dificultad para encontrar las palabras durante la charla.
8. Gastar mucho tiempo preparando el tema en lugar de desarrollar confianza en la habilidad para dictar la conferencia.
9. Es un miedo aprendido.
10. Hay un trauma pasado, no resuelto, que se reactiva en el momento en que está frente al público. Es decir, si usted tuvo una situación estresante en el pasado, donde se sintió humillado, expuesto, burlado, con miedo, inseguro, sin control, esta información queda gradaba en el cuerpo y en su inconsciente. Cuando está ante una situación que de alguna manera le revive esa situación, su cuerpo re experimenta las mismas emociones. Como consecuencia de estas vivencias traumáticas, puede presentar varios comportamientos o sentimientos negativos como baja autoestima, evitación de la atención o del éxito, entre otros.

Recuerdo el caso de una paciente, una profesional exitosa, quien vino a consulta, porque desde hacia unos meses había empezado a sentirse ansiosa al hablar o al pensar que debía hablar ante un grupo. En el pasado ella disfrutaba dar charlas. Durante el tratamiento, ella recordó varios episodios en su vida de estudiante donde se sintió expuesta, avergonzada y sin control. Algo muy interesante fue descubrir que a raíz de una cirugía de ojos, que había tenido hacia un año, (este tiempo coincide con el comienzo de su ansiedad), donde su campo visual quedó reducido, empezó a sentirse insegura hablando en grupos ya que no podía ver claramente al público y se sentía sin control, lo mismo que sintió de niña muchas veces. Al trabajar todas estas experiencias y emociones ella pudo volver a hablar en público con seguridad y tranquilidad.

Síntomas de una persona con pánico escénico

- Físicamente, la persona puede sentir dolor de cabeza, palpitaciones, sudoración, respiración acelerada, sequedad salivar, rubor facial, sensación que la laringe se cierra, malestar estomacal, urgencia urinaria y náuseas. Hay tartamudeo, reducción del volumen de la voz. Habla muy rápido o muy despacio. Hay deseo de salir corriendo, como no puede hacerlo, puede sentir que se congela, siente escalofrío, deseos de llorar.

- Psicológicamente; puede haber ideas pesimistas, recuerdo de errores pasados, miedo al rechazo, al error, al ridículo, al juicio negativo. Es tanta la carga emocional que siente la persona, que tiene dificultad para recordar, concentrarse o memorizar. Su mente queda en blanco.

Generalmente después de que la persona ha quedado en blanco o ha hablado de manera insegura, empieza a recriminarse a sí misma, sintiendo rabia, vergüenza y culpa.

La intensidad de los síntomas dependerá del estado emocional y anímico, la existencia de eventos traumáticos pasados no resueltos, la novedad del evento, la preparación y conocimiento del tema, la importancia que este reto tiene y el grado de importancia que tienen las personas ante las que está hablando.

Estrategias para vencer la ansiedad al hablar en público

Planee: conozca el propósito de su presentación y las expectativas de la audiencia. Aprenda sobre su público, quienes y cuántos son, por que están ahí, cuanto saben del tema que presentará. Escoja dos o tres puntos a desarrollar. Sepa con cuanto tiempo cuenta y evalúe si este es suficiente para cubrir el material. Investigue sobre el tema que va a presentar, profundice sobre información que la mayoría de la audiencia no conoce, suministre estudios e investigaciones.

Practique: ensaye su presentación, dígala en voz alta, hable desde su punto de vista. Utilice medios audiovisuales. Tenga a mano palabras o frases claves que le ayuden a recordar la secuencia y puntos importantes de su conferencia. Grábese y escúchese hablar, mire el tono de su voz, hable con entusiasmo. Haga una lista de 10 posibles preguntas que le pueden hacer, grábelas y contéstelas en 20 o 30 segundos. Esto le ayudará a sentirse más cómodo y pensar rápidamente. De esta manera su atención estará en informar a la audiencia y no en estar nervioso.

Utilice recursos propios para regular el sistema nervioso. Es decir, cuando esté nervioso es porque su sistema nervioso experimenta la vivencia como una amenaza y se activa. Hay que ayudarlo a relajarse. Observe en que parte del cuerpo está sintiendo el miedo o ansiedad, ¿tienen un color, una forma, un sonido? No conteste desde la cabeza, deje que el cuerpo le de la información, obsérvelo de manera amigable. Pregúntele a la sensación: ¿A qué le teme? ¿Por qué se siente así? Espere la respuesta en silencio y pregúntele qué necesitaría para sentirse mejor y hágalo. Otra manera de relajarse es usar recursos propios, una vez tenga identificado en qué lugar del cuerpo siente la ansiedad, acompañe la sensación con aceptación un rato, luego piense en algo agradable; una persona que estima, un lugar seguro y observe qué pasa en su cuerpo cuando piensa en esto agradable, quédese con la sensación corporal un rato y luego vuelva a sentir la ansiedad en el cuerpo y luego vaya otra vez al recurso. El ir del recurso a la molestia se llama pendular y si se emplea bien, le ayuda a relajarse.

Si tiene miedo escénico es mejor no consumir café, gaseosas o chocolates antes de la presentación, ya que pueden aumentar la ansiedad. El alcohol y la marihuana pueden también afectar al nivel de energía que necesita.

Si ha ensayado todo lo anterior y sigue teniendo pánico escénico, busque ayuda psicológica. Los métodos más rápidos y eficaces que he encontrado para eliminar el miedo escénico, mejorar el desempeño y cambiar la manera negativa como se percibe como orador son: terapia de movimiento ocular rápido y desensibilización sistemática, hipnosis, terapia de reprogramación, regulación del sistema nervioso y focusing.

No se de por vencido, es posible llegar a disfrutar estar frente a un público.

*Psicóloga de la Universidad Javeriana, Hipnoterapista
Especialista en trauma y “enhanced preformance”
www.traumatreatments.com