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Adentro usted encuentra otro mundo; Varitas mágicas, collares con inscripciones de la película, bufandas y gorros que usaron los personajes, entre otras cosas. | Foto: Redes Sociales

Cultura

Los negocios 'raros' de la Feria del Libro

Entre editoriales, presentaciones de libros, conversatorios y conferencias, un buen número de negocios que poco o nada tienen que ver con la industria editorial se abren campo con éxito en uno de los eventos más visitados cada año en Bogotá.

José Vicente Guzmán M.
1 de mayo de 2012

Cada año, la Feria del Libro de Bogotá ofrece la oportunidad para que los amantes de la literatura se den una cita en la que pueden asistir a eventos que difícilmente se pueden encontrar reunidos en otra oportunidad.

Las editoriales y las otras empresas del sector aprovechan los 10 días que usualmente dura el evento, para aumentar sus ventas y hacer varios contactos entre ellas que afiance sus relaciones y permita diferentes ingresos adicionales cada año.

Entre libros, comics, universidades y editoriales, que acaparan la atención de los visitantes, existen diferentes negocios que poco o nada tienen que ver con el sector. Algunos de ellos son tan raros que llaman la atención por su cuenta, mientras que otros lo hacen por la cantidad de visitantes que se acumulan en ellos. Para esas pequeñas empresas la feria del libro también es un buen negocio.

1. El stand de los recuerdos

Daniel Marta está rodeado por elementos del pasado. Atiende uno de los stands más grandes del segundo piso del pabellón 3 y su espacio es fácil de reconocer; billetes y monedas antiguas de Colombia y otros países, acetatos de diferentes bandas de rock, libros que ya no se encuentran en ninguna tienda, artículos promocionales de Coca Cola en diferentes épocas, afiches de películas viejas y bandas que ya no tocan juntas, pulseras y ‘colgandejos’ que se usaron hace varios años, y muchos otros elementos de colección.

Hace 15 años Daniel era un ingeniero que se dedicaba a hacer partes para carros al que se le complicó su situación económica. La única forma que encontró para salir de sus problemas fue vender las monedas y los billetes que había coleccionado durante toda su vida. El éxito que tuvo en ese momento, hizo que viera sus colecciones como un negocio. Actualmente participa en varias ferias y tiene una página de internet para ofrecer sus productos, pero no un local propio.

Este año sus ventas en la Feria del Libro han estado más flojas que en otras oportunidades, pero no se queja de lo que ha recibido hasta ahora. Lleva doce años asistiendo y le gustan porque suele hacer muchos contactos y ganar una buena plata. Por el stand, uno de los más grandes, paga $6’300.000 y contrata en promedio cuatro o cinco personas al día para que le ayuden a vender.

No sólo vive de la Feria del Libro; cada mes se realiza una feria especializada en monedas y billetes en Medellín y Bogotá, además el gremio de coleccionistas también lo invita a distintos eventos en los que puede participar. A Daniel le preocupa que la cifra de ventas en la Feria esté cayendo cada año, y sobretodo que no ve que se toman acciones para evitar que siga sucediendo. Sin embargo, sigue atendiendo su stand que cada día es uno de los más visitados de su pabellón.

2. El negocio de los apellidos

En el segundo piso del pabellón 3 de Corferias, uno de los más visitados, y rodeado por diferentes institutos departamentales, se encuentra en uno de los extremos un pequeño stand que llama la atención por la cantidad de escudos que están colgando de las paredes. Sobresale un letrero que dice “La historia de su apellido” y un grupo de personas observan con atención.

Entrar en el pequeño espacio es como entrar en una tienda de la edad media. Dentro del local se pueden encontrar escudos en relieve y de diferentes materiales o tamaños; cuero, madera, papel, entre otros. También hay llaveros, vasos, stickers, separadores, afiches y varios elementos que tienen un escudo dibujado junto a una descripción histórica de donde viene cada apellido.

Miriam Cruz cuenta que hace aproximadamente 16 años, el señor que elabora los escudos trabajaba en la Academia de Historia y conoció el tema de los apellidos. Se apasionó y quiso darlo a conocer haciendo los primeros y vendiéndolos entre sus familiares, amigos y personas cercanas. Al ver que podía funcionar, comenzó a producir más, hasta que el negocio creció.

En este momento tienen un punto de venta en el barrio Doce de Octubre. Llevan diez años asistiendo a las Ferias del Libro y siempre les va muy bien. El sitio siempre atrae la mirada de los que caminan por el lugar y algunos se detienen a buscar sus propios apellidos. No solo participan en la Feria del Libro, también van a la de artesanías, hogar y otro tipo de eventos similares.

3. El rincón del cine

El pabellón de Caricatura e Ilustración es uno de los más visitados por los jóvenes en la Feria del Libro. Entre caricaturistas que dibujan a los visitantes, personas que escriben los nombres con caligrafía japonesa, stands dedicados a superhéroes y comics, sitios que venden lo que se conoce como ‘manga’ y ‘anime’, sobresale un pequeño espacio en el que muchos afiches de películas están colgados en las improvisadas paredes de plástico.

Dentro del local no sólo tienen imágenes de películas nuevas. ‘Pulp Fiction’, ‘Lo que el viento se llevo’, o ‘La naranja mecánica’ se confunden con ‘Transformers’, ‘The Avengers’ o ‘Spiderman’. No sólo tienen afiches, venden camisetas con imágenes de películas estampadas, unos pequeños relojes con producciones de Hollywood de fondo, unos cuadros en madera que tienen la imagen oficial de la película y otro tipo de elementos cinematográficos. Las personas que no consiguen elementos de las que quieren, los dejan encargados para después.

Las dos personas que atienden, siempre han sido coleccionistas y consumidores del cine. Ellos mismos comenzaron a conseguir los afiches y las imágenes de las diferentes películas que les gustaban, y mandaban a hacer camisetas o estampados con ellas. La mercancía la importaban y la traían de otros países y comenzaron a venderla con mucho éxito. Llevan cinco años en el negocio y tienen locales propios en ‘Sanandresito’ y Kennedy.

Es la primera vez que asisten a una Feria del Libro, el stand les costó $3’000.000, y han tenido muy buenas ventas. Han asistido a otras Ferias de entretenimiento como SOFA (Salón del Ocio y la Fantasía), que se realiza en Octubre de cada año. Su espacio, a pesar de ser uno de los más pequeños del pabellón, es uno de los más visitados.

4. El mundo de Harry Potter

El stand se reconoce porque es uno de los más llenos del pabellón de Caricatura e Ilustración. Sea la hora que sea, frente al local aparece siempre un nutrido grupo de jóvenes que señalan los muñecos y elementos que aparecen en una improvisada vitrina protegida por una malla negra. El letrero dice “Ollivanders” y adentro personas con capas, como salidas de las películas de Harry Potter, atienden a los visitantes.

Adentro usted encuentra otro mundo; Varitas mágicas, collares con inscripciones de la película, bufandas y gorros que usaron los personajes, afiches, copas de oro, dulces de todos los sabores, ranas de chocolate, sacos y camisetas, entre muchos otros objetos oficiales de las películas del taquillero mago adornan el espacio. También tienen elementos de otras sagas como ‘Crepúsculo’ o ‘Los Juegos del Hambre’, y tienen muñecos de series o juegos populares como ‘Los Simpsons’ o ‘Angry Birds’.

Alejandro es quien maneja el negocio en Medellín, pero viaja a Bogotá durante cada Feria del Libro o SOFA desde hace dos años. Trae los objetos oficiales desde Estados Unidos y los vende a través de un grupo en Facebook y una página de internet, que aún está en construcción. Su popularidad ha crecido, pues varias personas entran al pabellón preguntando por el pequeño stand del joven que “vende cosas de Harry Potter”.

Algunas veces organiza concursos y eventos con los cuales entrega premios, y no es raro ver corriendo a varias personas con capas o gorros que buscan cosas escondidas o pegadas en las paredes. El stand, aunque no es uno de los más grandes, siempre tiene a más de tres personas atendiendo a los visitantes y con pocas posibilidades de descansar.

5. Otros

Los sitios extraños abundan. Desde uno en el cual ofrecen leer el futuro en la palma de la mano o la personalidad según el tipo de letra, hasta locales que venden cubos rubik y otros objetos para niños que, a pesar de eso, son adquiridos por adultos y personas mayores.

La Feria del Libro también da la oportunidad de ver pequeños negocios que se dedican a ofrecer separadores hechos a mano, sitios que venden exclusivamente cuadros de personajes famosos, una tienda de cojines y gorros con personajes de los videojuegos o el cine, y hasta un local en el que ofrecen pintar tatuajes temporales que duran alrededor de dos días.

Estos locales llaman tanto la atención que son visitados por una gran cantidad de personas. Para ellos, las ferias son la oportunidad perfecta para hacer contactos, mostrar su negocio y conseguir clientes. No sólo de libros y editoriales vive la Feria del Libro, estos negocios también hacen parte de uno de los eventos más importantes del año.