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Las nuevas ‘vedettes’

Aunque en Colombia su perfil es muy bajo, en el exterior estos empresarios son importantes jugadores de la industria textil y de confecciones. ¿Quiénes son los nuevos embajadores?

4 de agosto de 2011

Las cifras son contundentes: mientras las importaciones de prendas de vestir crecieron 70% en los cinco primeros meses del año, las exportaciones apenas lo hicieron al 4%. La razón principal: el dólar barato. La tasa de cambio está incentivando la traída de productos terminados y está promoviendo la llegada de grandes marcas, como las del grupo Inditex –Zara, Massimo Dutti, Stradivarius–, Mango y cadenas como Falabella. Otras grandes ya tienen a Colombia en el radar, como H&M, Gap y Banana Republic.

Además, la pérdida de beneficios arancelarios hacia Estados Unidos –producto de la suspensión del Atpdea y de la incertidumbre del TLC con ese país– más la caída del mercado venezolano, han hecho que buena parte de los confeccionistas colombianos concentren su atención en el mercado interno. Carlos Eduardo Botero, presidente de Inexmoda, advierte que es necesario retomar la senda de las exportaciones, buscar nuevos mercados y atraer nuevos clientes que no estaban en la agenda.

En ese sentido, dos casos de éxito muestran el enorme potencial de la confección colombiana en el exterior: Cannon y Supertex.

La conquista de Las Vegas

Cannon se ha convertido en uno de los íconos de la producción de toallas en el país, producto que comparte en su portafolio con otras confecciones para el hogar, como cortinas, edredones y ropa de cama. Desde hace 50 años opera en Barranquilla, con una tradición que supera las fronteras.

En Colombia, la empresa facturará el año entrante $125.000 millones y su capacidad instalada ha estado copada en los últimos tres años. En toallas, esta compañía se ha convertido en un referente y está entre las cinco primeras del continente, con una producción cercana a las 800 toneladas mensuales que podrían representar –con un tamaño promedio de 50 x 100 centímetros– 3,5 millones de toallas cada mes.

70% de sus ingresos corresponden a los mercados internacionales y el resto es generado en Colombia. “Estados Unidos representa, como destino, 35% de nuestra producción –no solo de toallas sino de otros elementos de ropa de hogar– y allí atendemos el mercado de hoteles, mientras en otras regiones como Latinoamérica y Europa –desde donde llegamos a los países escandinavos, entre otros destinos–, somos muy fuertes en retail”, dice Ricardo Caridi, socio de la empresa.

Esta compañía es una de las principales proveedoras de toallas, cortinas y ropa de cama para los hoteles más importantes en Las Vegas, Atlantic City, Hawái y Palm Beach. Allí tiene una empresa distribuidora asociada y atienden cadenas como Disney Resorts, MGM y Four Seasons, y hoteles tan emblemáticos como The Venetian o Bellagio.

A pesar de sus esfuerzos, la tarea recientemente no ha sido fácil. Por un lado, para que sus productos ingresen a Estados Unidos paga en promedio 9% de arancel, incluso con el Atpdea, pues importa –por costos– gran parte de su materia prima de India, Pakistán y México y no cumple reglas de origen.

Y, por otro lado, los precios de las materias primas han registrado en los últimos meses incrementos sustanciales. “Este ha sido uno de los años más difíciles para el negocio textil porque la hilaza subió y de US$0,63 la libra llegó a ubicarse en US$2,20, casi 4 veces más”, dice Caridi.

¿Cómo enfrentar estas situaciones? Para el empresario ha sido clave el manejo de inventarios y darle más versatilidad a la oferta. “Los grandes productores de toalla fabrican solo 3 y 4 líneas. Nosotros nos hemos preocupado por atender necesidades a la medida. Tenemos más de 3.000 referencias”, explica Caridi.

El precio del dólar mantiene las alarmas encendidas para Caridi. “Si llega a $1.600, es muy posible que Cannon convierta su estrategia a más importación que producción, para atender el mercado en Colombia. Ya tenemos, además, producción en otros países como India o Pakistán que fabrican, por ejemplo, duvets y jacard que no realizamos en Colombia”.

Una de sus últimas movidas fue la adquisición de la licencia del segmento de ropa de hogar de la marca Naf Naf para Colombia. “Son estrategias que venimos buscando para que esa mezcla nos dé una mejor rentabilidad”, concluye el empresario.

Nike en la mira

Por su parte, Supertex, firma caleña productora de ropa deportiva, hizo hace unos meses un acuerdo para convertir a Nike en uno de sus clientes. Sería, en concepto de Eduardo Herrera, presidente de la compañía colombiana, el primer proveedor en el país para esa marca deportiva.

De hecho, el acuerdo llevó a Herrera a producir fuera de Colombia, mientras se define el TLC con Estados Unidos. Montó, junto con una textilera brasilera, un joint venture para crear una planta de producción que fabrica cerca de 300.000 prendas mensuales para Nike.

“Nos estamos preparando para la demanda que vendrá, una vez se firme el TLC con Estados Unidos, pues varias marcas están interesadas en abrir producción en esta región y están trasladando parte de lo que fabrican en Asia a este hemisferio porque los costos en oriente han subido y los tiempos de entrega son más largos”, dice Herrera, cuya fábrica en Cali produce también para marcas como Adidas y Patagonia, entre otras.

¿Cómo se está preparando? Supertex está montando una nueva planta en Pereira, con una inversión cercana a US$5 millones, donde antes estaba ubicada la sede de Textiles Omnes, tendrá cerca de 2.000 empleados y una capacidad de producción cercana a las 400.000 unidades mensuales. El plan con Nike es producirle en Colombia, entre las plantas de Cali y Pereira, cerca de 600.000 prendas cada mes.

A pesar de su optimismo, Herrera es consciente de que los tiempos se están corriendo. “Inicialmente se dijo que el tema del TLC con Estados Unidos quedaría definido en marzo, luego en julio y ya estamos hablando de septiembre”, dice.

Supertex facturó en 2010 cerca de US$25 millones y para este año la cifra crecerá en cerca de 30%. Una vez estén operando en forma simultánea las tres plantas y con la producción adicional de Nike y otras marcas, se estima que los ingresos podrían llegar en el mediano plazo a US$100 millones. Sin embargo, como lo está esperando gran parte del sector, todo dependerá de la velocidad con que se concrete el TLC con Estados Unidos.