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Centro de Innovación en India | Foto: Revista Dinero

Informe Especial

Innovación, la apuesta de India

En un proceso similar al vivido por Japón o Corea, las empresas indias comienzan a invertir en investigación y desarrollo, como una forma para diferenciarse en mercados cada vez más competidos.

José Alejandro González
7 de septiembre de 2011

Quizás uno de los mayores retos que tiene el gobierno indio actualmente es elevar la baja tasa de bancarización de sus habitantes. Y es que, según sus estadísticas, más del 40% de la población prefiere realizar sus negocios en efectivo y guardar su dinero debajo del colchón. Una tendencia que supera el 60% en las zonas rurales.

“Curiosamente, este problema no tiene que ver con desconfianza en el sistema financiero o por la informalidad en el comercio, sino de la imposibilidad de los ciudadanos para probar su identidad, para demostrar dónde viven, qué hacen y qué realmente son quienes dicen ser”, comenta Tanmoy Chakrabarty, vicepresidente de la unidad de soluciones para gobierno de Tata Consultancy Services (TCS).

Este no es un problema menor. La utilización de cédulas en papel resultaba inadecuada para un país más grande que América Latina, por los altos costos para su elaboración y logística.

Allí surgió la idea de utilizar las huellas digitales, las cuales pueden capturarse fácilmente con lectores especiales, son muy difíciles de falsificar y la persona puede quedar registrada de inmediato. De esta forma, el Estado comenzó un proyecto piloto que inicialmente llegará hasta 200 millones de personas, a través de una concesión con empresas especializadas.

Este es solo un ejemplo de como India le apuesta a la innovación para afrontar sus problemas internos, a través de soluciones universales. Un proceso similar al que ya vivieron otras economías asiáticas de primer nivel –como Japón o Corea-.

En este caso, más allá de ser tema de una agenda estatal, la innovación se ha convertido en elemento fundamental dentro de la cultura empresarial de este país. Las compañías locales están comprometidas en invertir parte de sus ingresos en la creación de soluciones que beneficien a la sociedad.

De hecho, las mayores empresas de India están creando sus propios centros de innovación, gracias al impulso que brinda el Estado para su elaboración -quien cede los terrenos necesarios y brinda algunas ventajas tributarias-. Al fin y al cabo, sabe que estos centros terminan generando nuevos puestos de trabajo y terminan fomentando la creación e nuevas empresas.

Por ejemplo, TCS -una de las mayores empresas de tecnología en India- acaba de estrenar un complejo de innovación en la ciudad de Chennai que está formado por ocho modernos edificios inteligentes, que aprovechan las condiciones climáticas para abastecerse con aguas lluvias, electricidad solar y ventilación, al capturar el viento que se genera entre las construcciones. La construcción de esta estructura tomó más de dos años y estuvo a cargo del arquitecto uruguayo Carlos Ott.

A través de sus 2,8 kilómetros cuadrados de extensión, el centro acoge a cerca de 22.000 empleados, que en su mayoría son profesionales graduados en carreras relacionadas con tecnología, como ingeniería de sistemas y electrónica. “Tenemos convenios con universidades, a través de los cuales los estudiantes de últimos semestres pueden trabajar con nosotros y el centro educativo les vale su labor como una materia electiva”, comenta Ravi Viswanathan, director de mercados emergentes y servicios para gobierno de TCS.

Para Viswanathan, el impulso que tiene actualmente la innovación en India no es una cosa casual y se explica en la educación que reciben sus ciudadanos desde sus mismos hogares. “Somos una sociedad muy enfocada en las matemáticas, al punto que muchos juegos que tienen los padres con sus hijos giran alrededor de operaciones con números. Esto lo complementan a la perfección las escuelas”, dice.