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El precio medio de venta fue de US$172.600, una contracción del 4,3% frente al mismo periodo hace un año y con una ganancia del 0,2% ante octubre.

Vivienda

Inmigrantes ayudan mercado inmobiliario EEUU al comprar vivienda

Se calcula que del 2005 al 2015 el aumento de viviendas en EEUU llegará a 14,6 millones impulsado por la cantidad de inmigrantes, según un estudio del Centro Conjunto de Estudios Inmobiliarios de la Universidad de Harvard.

31 de julio de 2007

Billerica, Massachussets, USA_ Patricia Ortiz y su esposo Sebastián redujeron sus salidas a cenar, sus visitas al cine e incluso optaron por un matrimonio civil y no una gran ceremonia religiosa a fin de adquirir su casa colonial de tres dormitorios a 389.000 dólares.

 

Al hacerlo, la pareja panameña contribuyó con el alicaído mercado inmobiliario estadounidense.

 

Con su poder adquisitivo en aumento, el creciente número de residentes estadounidenses nacidos en el extranjero ha evitado un colapso en ese sector de la economía. Y ante la lenta demanda de una población nativa que envejece y crece lentamente, los inmigrantes están alimentando las predicciones de un repunte en el mercado.

 

Suponiendo que el Congreso no imponga nuevas restricciones, se espera que los inmigrantes _legales e ilegales_ y sus hijos nacidos en Estados Unidos brinden el principal impulso para que aumente la demanda de viviendas en los próximos años, fortaleciendo así el mercado y contribuyendo con la economía en general.

 

Se calcula que el aumento de viviendas en Estados Unidos desde el 2005 al 2015 alcanzará 14,6 millones _casi dos millones más que en el periodo 1995-2000_ principalmente debido a una mayor cantidad de inmigrantes, según un análisis reciente del Centro Conjunto de Estudios Inmobiliarios de la Universidad de Harvard.


La mayoría de hijos nativos estadounidenses de los inmigrantes son clasificados como minoría racial, y la participación de las minorías en la propiedad de viviendas nuevas en el país _un factor clave de la demanda inmobiliaria_ se calcula que podría ascender de poco más de dos tercios en la actualidad a más de tres cuartos en el 2020, según un estudio preliminar de Harvard. 
 

"Al superar esta recesión inmobiliaria, los inmigrantes continuarán teniendo un papel aún mayor", dijo Dowell Myers, un profesor de la Universidad de Sur de California que estudia el progreso de los inmigrantes. "Si fueras a detener la inmigración, sería devastador, porque paulatinamente sustraería esta inmensa porción de las bases del mercado inmobiliario".


Para los inmigrantes que han dejado sus países de origen en busca de mejores oportunidades, la compra de vivienda es otro riesgo justificado. Patricia Ortiz y su esposo obtuvieron el año pasado una hipoteca de tasa variable para adquirir su casa en Billerica, un suburbio de Boston, asumiendo el riesgo de que aumentaran sus cuotas mensuales de 3.000 dólares a cambio de tener un lugar que ellos y su hija recién nacida pudieran considerar su verdadero hogar. 
 

"Una vez que te lanzas, te las arreglas para que funcione", dijo Ortiz, supervisora en una aseguradora dental de 31 años de edad, y estadounidense naturalizada. "Pero siempre está la duda de que si no lo logro, tendré que empacar y regresarme a Panamá. De alguna manera sientes que debes destacarte en todo lo que hagas".

 

Los inmigrantes formaron más del 40% de las familias nuevas que la nación agregó desde el 2000 al 2005, un aumento en comparación con menos de 30% registrado en la década de los 90 y un 15% en la década de los 80, determinó el centro de Harvard en su más reciente estudio anual del mercado inmobiliario.

 

"La cantidad de nuevas casas construidas se relaciona con la cantidad de familias agregadas, por lo cual la inmigración es tan importante para el mercado inmobiliario", observó Eric Belsky, director ejecutivo del centro.


 

Entre el 2000 y el 2005, la nación captó más de 1,2 millones de inmigrantes al año, concluyó el estudio de Harvard. Ello elevó a los nacidos en el extranjero a más del 12% de la población total estadounidense, un nivel no visto desde la década de 1930.

 

Aunque los inmigrantes suelen tener casa propia con menos frecuencia y rentar más frecuentemente que los nativos estadounidenses, la investigación de Harvard halló que los nacidos en el extranjero representaron en el 2005 el 13,8% de todos los compradores de la vivienda a la que se habían mudado durante los cuatro años previos, un aumento respecto al 11,4% del 2001.

 

Las cifras son bastante más altas en algunos estados de gran población inmigrante. En California, casi un tercio de los compradores de vivienda en el 2005 fueron nacidos en el extranjero. Para Nueva York, Nueva Jersey y Florida, las cifras fueron de entre un cuarto y un quinto.

 

Más allá de las cifras, los apellidos narran la historia:
En el 2000, los apellidos más comunes entre los compradores de viviendas estadounidenses fueron Smith, Johnson, Brown, Williams y Miller. En el 2005, Rodríguez y García rebasaron a Brown y Miller, según DataQuick Information Systems, una empresa de San Diego que analizó títulos de propiedad y estadísticas de condados en gran parte de la nación.


 

Los inmigrantes tienden a ser más jóvenes que los residentes nativos, y por lo tanto suelen ser jóvenes cuando intentan convertirse en propietarios por primera vez.

 

"Los inmigrantes compran al fondo del mercado inmobiliario", dijo Myers, el profesor de la USC. "Y si el fondo es endeble, los precios se desploman. Una casa pequeña está impulsando el mercado, manteniendo en alza los precios de las casas para las mansiones de Hollywood Hills".


 

Los profesionales de bienes raíces buscan las oportunidades hacer negocios con una clientela inmigrante. Casi tres cuartas partes de los clientes de Global Real Property Solutions, una compañía evaluadora inmobiliaria perteneciente a Brian, se concentra en compradores inmigrantes en un suburbio al oeste de Boston que ha tenido un reciente flujo de brasileños.

 

"Cuando voy a las reuniones de los vendedores inmobiliarios, o a una clase de valuación, siempre se tejen comentarios sobre la lentitud del mercado, sobre cuán difícil es conseguir trabajo", dijo Shifrin. "Pero realmente no puedo identificarme con eso".

Al proyectar más de un década hacia el futuro, se espera que los inmigrantes y sus hijos compren gran parte de las casas que queden en venta cuando la generación de posguerra (baby boomers) llegue a los 70 años, una edad en la que muchos se mudarán a asilos de ancianos o morirán.

 

"No habrá suficientes blancos nativos para comprar todas esas casas", dijo Myers, el profesor de USC. "Tenemos este tema de la burbuja generacional inmobiliaria. Los propietarios inmigrantes serán bastante más importantes en el futuro. Serán sus hijos quienes nos salven cuando los "baby boomers" se jubilen".

 

 

AP